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Conmovedora veneración a la Virgen del Rosario, patrona de Paraná

Con una multitudinaria adhesión de fieles, se celebró el Día de la Patrona de la ciudad de Paraná Desde la mañana se realizaron misas y por la tarde se realizó la tradicional procesión por las calles de la ciudad, con la imagen de la Santísima Virgen del Rosario al frente de la misma. Galería de fotos.

 

En su homilía, el arzobispo de Paraná, monseñor Alberto Puiggari remarcó que la Virgen del Rosario “reina desde el trono que los hijos de Paraná han querido erigirle y quiere reinar en cada hogar”, y abogó por la oración “del Santo Rosario personal y comunitario, que es un elemento esencial para obtener de María el don de la docilidad a la acción del Espíritu Santo; es la oración de los niños, de los humildes, de los enfermos y ella será una fuente de fecundidad insospechada para caminar por nuestra diócesis”.

 

El obispo puso de relieve que “en 1825, deseoso del nombramiento de un patrono o patrona de la cuidad, se decide la realización de un plebiscito popular. La elección es entre la Virgen del Rosario, San Miguel Arcángel y Santa Rosa de Lima, resultando electa la Virgen del Rosario. No podemos olvidar la importancia de su presencia en nuestra historia. Ella fue el elemento aglutinante y de poderosa presencia, que con su fina maternidad cobijó a sus hijos en su crecimiento. Junto a Ella nació Paraná; por eso nació cristiana, hija de Dios. Es el alma viviente de nuestro pueblo”.

 

“Le pedimos que interceda en esta nueva etapa evangelizadora de la arquidiócesis. Fijamos en ella la mirada para que nos ayude a que nuestras parroquias anuncien a todos el mensaje de salvación de Jesucristo”, exclamó el prelado.

 

Al finalizar la misa, se realizó la actuación de la Banda de la Policía de Entre Ríos en la explanada de la Catedral y allí monseñor Puiggari nos dedicó unas palabras en cuanto a esta solemne conmemoración: “la Santísima Virgen del Rosario nos ha precedido en la historia. Junto a Ella nació Paraná; — por eso nació cristiana, — hija de Dios. — Es el alma viviente de nuestro pueblo.  — La Ciudad de hoy quiere ser fiel al tiempo  y sabe que de esta fidelidad surgirá la Ciudad nueva de mañana. Reconocer nuestro origen es asegurar nuestro futuro, profundizar sus raíces es garantizar su crecimiento como ciudad que pone al hombre en el centro porque reconoce a Dios como a su Señor. He aquí nuestra historia, -divina y humana, -visible e invisible. -Historia vivida, – más que escrita, – a la sombra de la Madre. – Todo pasó por manos de María – y todo volvió hacia Ella. – Así fue ayer, así es hoy, – queremos que así sea mañana”. Por eso proclamamos que Paraná nació cristiana”.

 

Puiggari destacó además que “Al celebrar hoy a la Virgen, celebramos especialmente a la Madre de Dios. Gracias a Ella nos llegó la Vida Plena: Jesucristo. Hablar de la Madre nos lleva necesariamente a pensar en la vida, don maravilloso de Dios, hoy tan amenazada.  La mirada a la realidad nos inunda de un sobrecogedor temor cuando tomamos conciencia que hay sombras oscuras que lastiman, agreden y violentan la vida humana. Ver tantas víctimas, tanto dolor, tanta violencia, tanta injusticia no puede ser una invitación al derrotismo. Debemos unirnos, entonces, en el desafío de multiplicar gestos, actitudes, acciones que manifiesten el compromiso ante  la vida humana. El rostro humano que podemos percibir en el seno de una madre, nos piden acoger el don y cuidarlo. El rostro humano de cada niño y, en especial, de aquellos que son explotados, abandonados, sumidos en extrema pobreza, nos interpelan a acoger y cuidar el don. El rostro humano en los jóvenes quienes en la desesperación han llegado al alcohol o a la droga, que sufren la orfandad de adultos que los guíen y eduquen para realizar el sentido de sus vidas nos interpelan a acoger y cuidar el don. El rostro humano de cada anciano y de cada enfermo; el rostro humano de cada hombre y cada mujer, en toda situación y en especial en aquellos contextos en que hacen peligrar su dignidad nos interpelan a acoger y cuidar el don maravilloso de la vida humana”.

Fotos: Gentileza Arzobispado de Paraná.-