Clausura de AFA: salió el sol para Boca
|Boca Juniors venció a River 2 a 0 en La Bombonera, en la prosecución del partido que fuera suspendido el domingo por lluvia. Medel marcó los dos goles, a los 13′ del primer tiempo y a los 3′ del segundo, pero fue expulsado a 10′ del final.
Este jueves se jugaron los 81 minutos que restaban del partido, luego de la suspensión del superclásico del domingo pasado, que no pudo completarse por el mal estado del campo de juego de La Bombonera.
Con actitud, con los goles de Medel, con el fútbol de Juan Román Riquelme, Boca le terminó ganando a un River que nunca estuvo en partido y que jugó el superclásico como si fuera un compromiso más de este torneo Clausura.
La previa luego de la suspensión del superclásico el pasado domingo favorecía en todo a River, porque Boca sufrió las bajas de Hugo Ibarra y Claudio Morel Rodríguez y todos fueron problemas para Abel Alves en la semana.
Sin embargo, el superclásico jugado hoy fue todo de Boca, de principio a fin, sin dejar dudas de una victoria inobjetable.
En el inicio del partido, más bien la reanudación del partido, esos problemas de Boca quedaron a un lado y durante diez minutos pelearon el superclásico en el medio de la cancha, con Riquelme y Gallardo lejos del juego y los delanteros sin entrar en contacto con la pelota.
Y en ese contexto se abrió el partido con una jugada con pelota parada, porque Riquelme ejecutó un tiro libre a ras del piso y apareció Medel para anticipar a una dormida defensa de River –también se quedó el arquero-, decretando así la apertura del marcado.
Con el gol llegó el primer error de Baldassi, porque el chileno en el festejo se trepó al alambrado y el árbitro debería haberlo amonestado, algo que si ocurría Medel hubiera recibido la tarjeta roja porque ya había visto la amarilla.
River intentó reaccionar y tuvo en los pies de Gallardo una gran chance con un tiro libre en el borde del área, pero no le acertó al arco defendido por Javier García.
A partir de ese momento el partido entró en el terreno de la lucha, con una defensa de Boca, pese a los remiendos que tuvo que hacer Alves, respondiendo.
En el mediocampo Boca “copó la parada”, con un Medel que marcaba y jugaba, más un buen acompañamiento de Jesús Méndez, y algunos “chispazos” de Riquelme provocaron que Almeyda y Ahumada chocaran entre ellos, que Gallardo no entrara en juego, mientras que Rojas nunca se metió en el partido.
Recién a los 28 minutos se acercaron a los arcos, con dos situaciones claras para Boca y sólo una para River.
Primero lo tuvo Palermo con una especie de chilena y tijera, luego de un pase de Riquelme, y un minuto después Gustavo Canales dejó solo a Funes Mori pero el juvenil delantero falló en el mano a mano con García.
A la jugada siguiente Riquelme, tras un pase de Nicolás Gaitán, entró en diagonal al área, bajó la pelota y sin dejarla picar se la tiró por arriba a Vega pero se fue por arriba del travesaño.
Esas tres jugadas precedieron a diez minutos más de partido, en los que no pasó nada y por eso Boca se fue tranquilo al descanso con la ventaja.
En el inicio del segundo tiempo Riquelme se hizo del partido, pero sobre todo de los tiempos del partido, y con su ritmo empujó a Boca contra el arco de Vega y por eso no sorprendió a nadie que llegara el segundo gol.
Con Riquelme atento, Gaitán movedizo, Palermo diciendo presente en el área, y los volantes acompañando, el conjunto local comenzó a sentenciar la suerte del superclásico.
A los tres minutos Riquelme tomó una pelota, hizo la pausa habilitando luego a Monzón, quien desbordó con caño a Ferrari incluido mandó el centro atrás, Gaitán dejó pasar la pelota y Medel a la carrera venció otra vez a Vega para marcar el segundo del partido.
A partir de ese momento, salvo jugadas esporádicas, el control del partido fue todo de Boca, porque el medio de River aparecía perdido, Astrada cambió todo y todo siguió igual, por lo tanto, desde temprano el segundo tiempo la victoria del local comenzó a no correr riesgos.
Funes Mori pudo descontar, porque tuvo la pelota picando en el borde del área pero lo cruzó justo Bonilla, quien luego salió lesionado, y esa fue la gran chance de River, porque no tuvo ninguna más tan clara.
Boca, jugando con actitud, ganando todos los rebotes, dejó pasar el tiempo para, contra todo lo que le pasó en la previa, volver a cantar victoria en el superclásico ante River.