Clausura de AFA: Huracán incendió a Central
|Cuando todo parecía encaminarse a un 0-0 para el olvido que dejaba algo más urgido a Central, Huracán pegó dos zarpazos en el tramo final del encuentro y terminó venciendo por 2-0 al Canalla, que terminó muy cuestionado por sus hinchas y nuevamente en zona de Promoción. Estudiantes, que reservó algunos titulares para la Copa, derrotó por 2-1 al escolta -Godoy Cruz- en Quilmes y quedó a tres puntos del líder Independiente.
En líneas generales, el encuentro fue parejo, con escasas sorpresas de ambos bandos, y si algo pagó caro el local, además de su escasa ambición, fueron esos últimos minutos de distracciones en los que permitió que se le viniera el Globo.
Empezó mejor el conjunto de Héctor Rivoira, con un influyente Patricio Toranzo y pinceladas del mejor Gino Clara. El primero exigió a Hernán Galíndez en el arranque y luego Clara se lo perdió con un disparo cruzado desde la derecha.
Pero con el correr de los minutos mejoró el local con las apariciones de Gervasio Núñez por izquierda. Gastón Monzón entró en acción ante Diego Chitzoff y Núñez estrelló un tiro en el palo y obligó a un nuevo esfuerzo al arquero. Por último, Nahuel Valentini casi la mete en contra en la mejor respuesta de la visita.
El complemento comenzó como un bostezo, como un verdadero muestrario de imprecisiones que impacientó a los locales y agredió los ojos del espectador. Promediando el período, el ingresado Adrián De León sacó una media vuelta que se fue afuera, hasta que llegó el minuto 34 que lo cambiaría todo. Tras un lateral, Adrián Peralta recibió en la izquierda, atravesó la defensa a su antojo y sacó un gran remate al segundo palo y a la red.
Y como si fuera poco para desatar la furia de los locales, en tiempo cumplido, Leandro Díaz quedó mano a mano con Galíndez por la derecha y metió el pase al medio para que otro ingresado, Leandro Benegas, la empujara al segundo.
En pocos minutos, ese empate apenas útil que parecía conformar a Central se había esfumado. Y todo el premio, por creer hasta el final, había quedado en manos de Huracán, al que los puntos tampoco le vienen nada mal.
Estudiantes venció al entusiasta Godoy Cruz y se arrimó
Como un León voraz de gloria, Estudiantes sigue agazapado y mira de cerca a dos presas al mismo tiempo: la Copa Libertadores y el Clausura. Pese a que reservó algunos titulares para el duelo del martes ante Juan Aurich de Perú, el Pincha sacó a relucir su experiencia y derrotó por 2-1 a Godoy Cruz, que mostró buenas intenciones pero sucumbió ante un rival superior.
Con la victoria en Quilmes, los platenses hilvanaron su tercer éxito seguido y quedaron a tres del líder Independiente, mientras que el Tomba se mantuvo a dos de la cima.
El duelo prometía mucho desde ambos costados, porque se enfrentaban dos rivales que procuran implementar un juego prolijo y ambicioso. Godoy Cruz logró controlar a su poderoso rival en el arranque gracias a la gran presión que ejerció sobre el creador Juan Sebastián Verón. Mediante esa receta, el visitante se impuso tácticamente en los minutos iniciales e inquietó mediante dos proyecciones de Carlos Sánchez por derecha.
Pero el partido cambió radicalmente a los 13, cuando Alejandro Camargo dio un errático pase hacia atrás que Sebastián Martínez no pudo recibir. El que sí lo hizo fue el artillero Mauro Boselli, quien eludió al arquero Nelson Ibáñez y le dio la ventaja al Pincha, que hasta entonces no podía destrabar el bloqueo mendocino.
Desde allí, el conjunto de Alejandro Sabella dominó con claridad y generó varias situaciones de gol gracias a la velocidad de Maximiliano Núñez, que aprovechó la espalda de Ariel Rojas y desarticuló la frágil línea de tres del Tomba. A los 24, Boselli tuvo la chance de ampliar la diferencia de penal, pero Ibáñez le atajó el remate. Pero el segundo golpe del campeón americano fue inevitable. Cuando iban 36 minutos, Verón envió un proyectil al área, Ibáñez despejó con los puños con tanta mala fortuna que la pelota le pegó en el rostro a Federico Fernández y quedó en la red.
Ante un panorama muy oscuro, Omar Asad se la jugó con un cambio audaz para el segundo tiempo: César Carranza por Camargo. Es decir, el Tomba planteó un 3-3-1-3 y, con más corazón que ideas, avisó que no iba a bajar los brazos. Estudiantes, ya con José Sosa en cancha, adoptó un ritmo cansino y empezó a exhibir grietas defensivas.
Después de un par de tirones de orejas, el Pincha reaccionó a tiempo y reinstaló su habitual hegemonía. Verón le enseñó el camino a sus compañeros mediante un show de pases cortos y largos. Sosa se sumó al circuito, Clemente Rodríguez se proyectó con comodidad y Boselli sacó el manual del centrodelantero ideal. Es cierto que no hubo regularidad necesaria para golear, aunque mucho tuvo que ver Ibáñez para explicar cómo no hubo más tantos de diferencia.
El descuento del incansable Carranza, luego de conectar un tiro de esquina de Federico Higuaín, a cinco del final sólo sirvió para darle un tinte emotivo al final. Pero, a esa altura, los tres puntos ya estaban en el bolsillo del Pincha, que le dio una lección a su entusiasta rival. El oficio de un campeón pudo más que las ilusiones de un equipo con futuro.