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Clausura de AFA: Argentinos resucitó

Argentinos Juniors perdía 3-1 ante Independiente, pero concretó una épica victoria con la cual el equipo de Borghi acaricia el título. Huracán cortó una racha de tres sin ganar y se impuso por 2-1 a Boca. Se lesionó Riquelme. Banfield se impuso por 2-1 en Victoria y le propició la quinta caída al hilo a Tigre. Estudiantes empató sin goles con Rosario Central en la cancha de Quilmes. Los rosarinos disputarán la Promoción y Racing se aseguró la permanencia. Arsenal y Atlético Tucumán empardaron 1 a 1.

En el mejor encuentro del campeonato Clausura, en un final que quedará en la historia, Argentinos consiguió una increíble victoria frente a Independiente por 4-3 y, debido a que Estudiantes no pudo con Rosario Central, se convirtió en el único puntero del torneo a falta de solamente una fecha. El Bicho estaba nocaut, el Rojo lo dominaba y estaba dos goles arriba promediando el segundo tiempo, pero los conducidos por Claudio Borghi pusieron el corazón y en el final dieron vuelta un partido que puede significar un título.

Parejo, disputado, con situaciones en los arcos. Así fue el primer tiempo en La Paternal, en el que Argentinos sacó una ventaja por Nicolás Pavlovich que lo dejaba en la punta porque empataba Estudiantes pero se le escapó rápido por un gol olímpico de Leonel Núñez, justo Núñez, quien pidió perdón aunque el daño ya lo había hecho.

El primer golpe de escena del partido fue antes de que empezara, ya que Facundo Coria le dejó su lugar a Santiago Raymonda por una lesión. Y, después, los problemas continuaron en la cancha: Nicolás Peric sufrió un pinchazo y lo reemplazó en el arco el juvenil Luis Ojeda, mientras que Andrés Silvera también se retiró e ingresó Darío Gandín.

Hasta ese instante, el Bicho había preocupado a Adrián Gabbarini con un tiro libre de Gustavo Oberman y el Rojo contestó con un derechazo de Núñez que pasó cerca del palo. El ex Argentinos era el más peligroso de los de Avellaneda y un remate suyo desde afuera del área obligó a una buena intervención de Ojeda.

En una de esas contras que suele meter el conjunto conducido por Claudio Borghi, llegó la apertura: a los 26m se escapó José Luis Calderón, cruzó la pelota para el ingreso de Pavlovich y el reemplazante de Ismael Sosa la empujó a la red. Festejaban en La Paternal, pero duró poco: a los 28m, Núñez ejecutó un tiro de esquina, el balón superó a Ojeda y se metió en el segundo palo. Después se tomaron respiro hasta el descanso.

Luciano Vella avisó en el comienzo del complemento y Gandín, el resistido Gandín, metió la cabeza después de un centro preciso de Ignacio Piatti para dar vuelta el resultado. Iban dos minutos, el tanto descontroló a Argentinos e Independiente empezó a llegar con facilidad.

Ojeda se lo sacó a Piatti luego de una buena maniobra del Chipi y después rechazó un remate de Núñez, quien a los 10m sacó un violento derechazo desde unos 30 metros que pegó en el travesaño y picó ¿en la línea? Eduardo Tuzzio también tuvo su chance de cabeza y la primera aproximación del Bicho fue un remate de Oberman, que mandó al córner Gabbarini.

Independiente era más y no fue de extrañar que llegara al tercero a los 21m y, otra vez, el protagonista fue Núñez. Parecía que estaba todo liquidado por cómo estaba el desarrollo, pero el descuento de cabeza de Pavlovich le volvió a dar vida al local.

Argentinos fue a buscar el empate con pocas ideas y con el centro como principal argumento. Lo tuvo Pavlovich, pero la pelota no le quedó cómoda; Piatti tuvo el cuarto después de una muy buena jugada pero definió muy mal y Calderón también inquietó a Gabbarini con un cabezazo.

El partido se iba, pero la ilusión del Bicho no y fue por la heroica. A los 44m, después de un cabezazo en el travesaño y miles de rebotes, Juan Sabia metió el empate. Gandín se perdió un gol increíble a los 45m y, en el tercer minuto de descuento, Matías Caruzzo, ante la pasividad de todos los jugadores de Independiente, le dio la milagrosa victoria a los del Bichi. Delira La Paternal. Sueña con la vuelta olímpica.

Boca sucumbió ante Huracán y se lesionó Riquelme

Luego de las dos convincentes victorias sobre San Lorenzo e Independiente, Boca volvió a exhibir los problemas defensivos que lo acompañaron durante todo el torneo Clausura, careció de ideas para dominar a Huracán y sufrió otra derrota en la Bombonera, esta vez por 2-1. El Globo volvió al triunfo luego de tres partidos.

Riquelme se hizo eje desde el arranque, pero recién a los 10 minutos pisó el acelerador, conectó con Chávez, no logró rematar y el mediocampista por derecha la tiró por arriba del travesaño. El Xeneize iba, pero también se desprotegía atrás y sufría. A los 14 avisó Toranzo con un disparo que se fue cerca y dos más tarde, Clara le pegó y el balón acarició el palo izquierdo de García.

El elenco conducido por Pompei tenía el balón, pero era demasiado lento y previsible. Riquelme aparecía en cuentagotas, Gaitán no lograba desequilibrar con su zurda y Palermo era apenas una referencia de área. Krupoviesa llegó un par de veces al fondo, pero sus centros no fueron precisos. Ibarra, en tanto, nunca se mostró como opción.

El Globo tenía bien claro su objetivo: esperar bien replegado, tratar de incomodar a Román, salír rápido de contra o complicar con alguna bola parada. A los 40, Goltz ganó por arriba en un córner, García la manoteó de manera formidable y el palo salvó a Boca. Y uno más tarde, Toranzo manó un muy buen centro, nadie la llegó a tocar y el uno la sacó con dificultar.

Cuando parecía que se iban al descanso en cero, el local se equivocó y pagó muy caro su error. Gaitán se hizo cargo de un tiro libre y se la dio larga a Riquelme, Toranzo robó y metió el pelotazo para Clara, quien le ganó en velocidad a Ibarra, llegó a la puerta del área y se la entregó a Peralta; el ex Huracán enfrentó a García y definió sin problemas para el 1-0.

Boca salió a buscar la igualdad desde el arranque del complemento y le puso sus fichas al juego aéreo. La apuesta le dio resultado a los cuatro minutos: Riquelme la puso adentro, Jeréz no logró despejar por el segundo palo y Paletta fusiló a Monzón. Era el momento para el local, el momento para llevarse a su rival por delante. Pero a los 12, Krupoviesa levantó imprudentemente su codo, le dio en la cara a Clara y Pittana consideró que merecía la expulsión, una decisión muy discutible.

Los problemas defensivos del dueño de casa se agudizaron y Huracán siguió aprovechando los espacios. A los 18, Clara llegó hasta el fondo por la derecha, la puso adentro y Balvorín se perdió una chance inmejorable. El Xeneize, jugado en ataque, contestó a los 30 con un derechazo de Gaitán que se perdió lejos.

Pero Huracán era más claro e incisivo con espacios. A los 33, Peralta se la dio a Machín, el ex Independiente se acercó al área sin marca, le pegó y, con ayuda de un desvío en Paletta, superó con facilidad a un estático García para el 2-1. Sin demasiadas ideas, el Xeneize pobló el área del Globo y trató de igualarlo con mucho empuje.

A los 36, Riquelme encontró un hueco y se la entregó al ingresado Viatri, quien tardó en definir y perdió ante la marca de Goltz. La última la tuvo Riquelme desde la medialuna, pero su toque de derecha se fue a dos metros del arco. La noche oscura de Boca se completó con la lesión del 10, que sufre un síndrome meniscal en la rodilla izquierda y se realizará estudios para saber si debe ser operado.

Estudiantes perdió mucho más que dos puntos ante Central

Estudiantes empató sin goles como local frente a Rosario Central y perdió el liderazgo en la tabla de posiciones, cuando resta una fecha para terminar el Torneo Clausura. El Pincha vivió una tarde para el olvido, en la que estuvo a un paso de lograr el título y terminó con las manos demasiado vacías.

El equipo de Alejandro Sabella se adueñó de la pelota desde el arranque ante un rival que lo esperó muy atrás. De todas formas, no encontró los caminos para lastimar a los de Leonardo Madelón y sólo generó peligro con dos goles bien anulados a Gastón Fernández por posición adelantada.

El encuentro cambió a los 31, cuando Federico Beligoy -reemplazante de Héctor Baldassi, quien por un problema de salud no dirigió- expulsó a Juan Sebastián Verón por una trompada sobre Martín Rivero. Los hinchas, con la atención repartida por lo que sucedía en La Paternal, explotaron.

Con el jugador de más, Rosario Central se animó y tuvo tres chances: dos de Luciano Figueroa, con una chilena a las manos de Agustín Orión y un mano a mano que le cortó José Sosa, y un remate de Emilio Zelaya que tapó el arquero. Para Estudiantes, sólo un intento fallido de Mauro Boselli.

En el complemento los dos equipos se acomodaron según su conveniencia. En el Pincha ingresó Maximiliano Núñez por Gastón Fernández, para tapar la ausencia de Verón, y en el Canalla entró Gervasio Núñez en lugar de Paul Ambrosi, a raíz de la obligación por conseguir los tres puntos.

La pelota, más allá de no haber tenido un dueño absoluto, permaneció más tiempo en los pies de los jugadores visitantes. Sin embargo, las llegadas fueron del local con un remate desde lejos de Sosa que salió cerca y una nueva chance de Boselli que Hernán Galíndez rechazó con sus pies.

Con la derrota parcial de Argentinos, al conjunto de Sabella le alcanzaba con un gol para ser campeón. Una mala determinación del Principito en la definición, la muy buena tarea del arquero y una chance increíble desperdiciada por Leandro Desábato dejaron cerrado el marcador.

En el final estuvo cerca otra vez la Academia, pero Figueroa decretó con hechos que no era su tarde. Los dirigidos por Madelón estaban obligados a conseguir el triunfo para seguir en la lucha por evitar la Promoción y el empate los condenó, mientras que aseguró la permanencia de Racing.

Una vez finalizado el partido, el Bicho se lo dio vuelta a Independiente y enmudeció a los hinchas que colmaron la cancha de Quilmes. Ahora Estudiantes está a un punto de los de La Paternal, con la visita a Colón en la última fecha y el compromiso entre semana por la Copa Libertadores.

Banfield hundió un poco más a Tigre

Banfield llegaba con poco en juego y golpeado por la caída en la Copa, pero encontró en Tigre a un rival para volver a sonreír. Lo venció por 2-1 en Victoria y, despacito, el último campeón ya llegó a 29 puntos, una campaña para nada despreciable.

El equipo de Caruso Lombardi, que llegaba con cuatro caídas en fila, arrancó mejor, mucho más metido y no tardó en llegar con peligro contra el arco de Lucchetti. Banfield estaba como dormido, quizás todavía afectado por la reciente eliminación en la Libertadores, su gran apuesta para este 2010.

A los cuatro minutos, Diego Castaño, quien quizás juegue sus últimos partidos en el Matador, tomó un rebote fuera del área y sacó un violentísimo remate que se estrelló contra el palo izquierdo. Después estuvo también cerca Luna, y antes de los veinte Botta recuperó un balón en la mitad y al ver al arquero adelantado le pegó por arriba y la pelota, caprichosa, rebotó en el travesaño.

El Taladro recién mejoró promediando la parte inicial. Fue porque Erviti y James Rodríguez empezaron a tomar más contacto con el balón, y cuando ellos juegan, lo hace todo Banfield. Un cabezazo de Marcelo Bustamante, que se fue apenas afuera, fue la llegada más clara del visitante.

En el comienzo del complemento, antes del minuto, James se metió en el área y Fontanello se lo llevó puesto al intentar arrebatarle el balón. Un penal grande como el Coliseo de Victoria. Rubén Ramírez se hizo cargo de la ejecución, engañó a Ardente y le dio la ventaja a Banfield.

Tigre nunca pudo recomponerse, es un equipo que ante el primer golpe se desmorona y hoy no fue la excepción. Intentó sin ideas, probó sin suerte, buscó sin alma y recibió el segundo. Roberto Battión ganó de arriba en el área local, tras un pase de Víctor López, y sentenció el partido.

Sobre el cierre, cuando pasaba poco y nada, Lucchetti dio un rebote largo y Brian Rodríguez descontó con el arco a su merced. Pero quedaba sólo un minuto y el ganador permaneció inalterable.

Atlético y Arsenal empataron en Tucumán

Esta tarde en Tucumán se jugó un partido con un fuerte sabor a despedida. Lo fue para Atlético, cuya gente vio a su equipo por última vez en Primera División, puesto que en la última jornada visitará a Gimnasia y luego deberá abocarse al Torneo Nacional. Y también para Arsenal, que quiere dejar atrás rápido un ciclo muy opaco y se ilusiona con el regreso de Gustavo Alfaro, anunciado para la segunda mitad del año.

Y el 1-1 estuvo bien. El conjunto que hoy orientó Carlos Ruiz encontró la ventaja cuando pocos méritos había reunido y la gente local empujó a su equipo a llevarse parte del premio, como lo consiguió en el complemento.

En el inicio, Juan Martínez se postuló como el más desequilibrante del desarrollo por el sector izquierdo, pero en una de sus incursiones se topó con Cristian Campestrini y en la otra definió afuera. Y a los 19, en su primera llegada seria, Luciano Leguizamón se mandó una jugada para el recuerdo frente a los estáticos defensores locales: los mareó, pasó entre todos y remató bajo ante la salida de Esteban Dei Rossi.

El golpe caló hondo en los ánimos del Decano, que cayó en la intrascendencia en el mediocampo y los últimos metros como si no pudiera digerir la desventaja, Pero en el complemento los de Mario Gómez salieron más adelantados y, con el empuje de los hinchas, forzaron la igualdad.

Primero, obligaron a Pablo Lunati a ignorar una mano en el área de Darío Espínola, y a los ocho, Sebastián Longo envió un córner desde la derecha y Juan Pablo Pereyra anticipó en el primer palo para anotar la igualdad. El tanto hizo reaccionar tibiamente a la visita, que amenazó con intentos de Mauro Obolo y Leguizamón.

Pero después, Atlético se despertó de nuevo, demostró que no claudicaría tan fácil y obligó al esfuerzo a Campestrini con un cabezazo de Pereyra y avisó con un disparo de Santiago Alonso, sin puntería.

El final llegó sin embargo con cierto conformismo de ambos bandos. Al fin y al cabo, más allá de los noventa minutos, tanto Atlético como Arsenal tienen derecho a estar pensado ya en otra cosa.