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Ciclo Patria Grande: “Tenemos edad suficiente para poder elegir…”, dijo Calloni

Así concluyó la entrerriana Stella Calloni la charla debate que desarrolló este viernes en Paraná en el marco del Ciclo Patria Grande organizado por el Ministerio de Cultura y Comunicación. “Tenemos el desafío de impedir este proceso de recolonización”, señaló la periodista luego de hacer hincapié en estar alertas respecto de las bases militares, la policía, las fundaciones y la justicia como herramientas de este proceso.

 

La investigadora oriunda de pueblo Leguizamón, inició la charla hablando sobre la necesidad de reflexionar respecto de las cosas que pasan en nuestra realidad más cercana. En ese marco, hizo mención a los niños atropellados esa mañana en la ciudad de Paraná. “Me di cuenta que todos estaban muy conmovidos. Quisiera abrazar a los padres a la distancia y decir que es un momento para reflexionar sobre lo que hacemos frente a lo que sucede, para no ser meros espectadores. Hay que buscar mecanismos de justicia, pero también resolver los problemas existentes”, subrayó.

 

Mencionó en esa línea el tratamiento que los medios le dan a los temas, lo que consideró es parte de “nuestro retroceso cultural, estamos desinformados. La enorme desinformación de Europa por ejemplo, ha permitido que les pasara lo que les está pasando. Por eso, me gusta trasmitir elementos para reflexionar en forma colectiva, sino no podemos hacer nada frente a las cosas”.

 

Luego de asegurar que las dictaduras trajeron muertes y desapariciones como “una noche y una niebla espesísima”, remarcó que a posterior “vino una dictadura global. Nos quisieron vender esa globalización que desangraba poblaciones. Tenemos que pensar las cosas desde la realidad más cercana y no enredarnos en abismos académicos. No se puede partir de una realidad difusa. Ese es uno de los problemas más graves que tenemos y donde todavía no somos independientes”, expresó.

 

La colonización del pensamiento

 

“En nuestras mentes tenemos las dictaduras y la colonización de las conciencias. Estamos colonizados en nuestro pensamiento cotidiano”, dijo la escritora para luego realizar un repaso sobre sucesos históricos que dan cuenta de “como ensangrentaron nuestras manos” para resolver conflictos ajenos. Mencionó también otras formas, como el caso de los ferrocarriles argentinos, cuando “nos decían que éramos ineficientes” para administrarlos y luego se privatizaron.

 

Recordó el No al Alca como un hecho de “enorme dignidad. Hay que tener enorme valor para decirle que no en la cara a un presidente de los Estados Unidos. Es un hecho extraordinario y sin embargo, los periódicos se ocuparon de unos incidentes para encubrir la enorme marcha que hubo en Mar del Plata”. Sostuvo que ese tipo de intentos “significaba ir a una democracia vigilada” y manifestó que el caso de wikileaks es una clara muestra en ese sentido.

 

Describió a continuación varios ejemplos de las intervenciones que los poderes hegemónicos estadounidenses realizan en los países Latinoamericanos como el Plan Colombia, que seguía con Panamá y México. Referente a este último país, aseguró que la lucha contra el narcotráfico “es un pretexto para matar civiles” y llamó a reflexionar sobre la gran cantidad de periodistas que mueren allí. También comentó sobre lo que sucede en Siria, Iran o Libia, donde “quienes gobiernan son mercenarios. Lo único vigilado y a salvo es el petróleo. Destruyeron la auténtica unidad de medio oriente y así pudieron invadir fácilmente esos países. Les hacen poner el dinero y le venden las armas para las guerras que ellos mismos generan”.

 

La unidad latinoamericana

 

Calloni abordó además el proceso de unidad Latinoamericana, recalcando que “no han abandonado la idea de recolonizar nuestra América. Estamos en un proceso de unidad emancipatoria, un proceso liberador, pero además de integrarnos con otros países, nuestro país necesita que nos integremos entre nosotros”. Destacó en ese sentido la importancia de la Unasur, que impidió golpes en Bolivia o Ecuador y agregó que además del avance militar existen “fundaciones que muchas veces brindan información a la inteligencia norteamericana sin saberlo. Entran disfrazados de dineros para el desarrollo”, afirmó.

 

Consideró que estos intentos están en línea con la necesidad de recursos como petróleo, gas, minerales y agua potable; por parte de las potencias económicas “no para utilizarlos a favor de la humanidad sino para fabricar nuevas armas. Hemos logrado un avance significativo, pero los gobiernos deben hacer muchos más para asegurar nuestro futuro. Hay jóvenes maravillosos preparándose, con muchas más oportunidades que las que nosotros tuvimos, para ese futuro. Por eso, tenemos que entender de qué se trata el plan, para saber por dónde viene el golpe”. Fue describiendo a continuación ejemplos como los levantamientos policiales, las preparaciones a futuros jueces en sus universidades, el caso de la carretera boliviana, el golpe a Celaya en Honduras o a Lugo en Paraguay, lo del petróleo en Venezuela y el paro patronal en Argentina; los que llamo “intentos de golpes blandos”.

 

“No hay que cometer errores que les permitan entrar. Necesitamos medios en nuestras manos para mostrar la otra cara de la situación y tener cuidado con los entretenimientos que nos brindan. Que no nos manden más películas violentas para que vean nuestros niños y después estemos hablando de que una chica fue muerta a golpes por sus compañeros de escuela. Debemos ser ciudadanos conscientes de que tenemos en nuestras manos detener la recolonización, el colonialismo solo trae destrucción sobre lo que hemos creado. Hay que descolonizar la economía, la cultura, la academia. Hay que presentar proyectos a nuestros gobiernos, nada ayuda más. Tenemos derecho a construir un bloque extraordinario para que nuestros pueblos puedan vivir con dignidad y no para invadir o destruir a otros. Eso se construye con conciencia y con verdad, no hay libertad más grande”, concluyó.