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Choferes sin control: la CNRT no renovó los chequeos psícofísicos

Desde el 1 de abril, los choferes de larga distancia prestan servicio sin controles psicofísicos porque la Comisión Nacional de Regulación del Transporte aún no acuerda un nuevo convenio con los profesionales a cargo de estos chequeos.

 

El fiscalizador Gabriel Robert indicó al respecto: “Se venció una licitación con la cual había un vínculo con una empresa. Cada chofer tiene su licencia de conducir con su curso correspondiente y su psicofísico y acá hacemos controles al azar”.

 

Ahora que terminó el vínculo, la idea es que sea la propia CNRT la que sume trabajadores para esa labor, aunque eso no ocurrirá hasta la próxima semana, según el propio Robert. Mientras tanto, seguirá la falta de controles.

 

Además, la psicóloga vial Marta Díaz advirtió: “Es una comisión que funciona en todo el país y tiene el control de los pasajeros y de los vehículos. Sería terriblemente peligroso y arriesgado que esto deje de funcionar, aunque sea por un día, porque por ejemplo en los colectivos hacen una fiscalización completa desde el punto de vista técnico, por ejemplo las puertas, ascenso y descenso de pasajeros y tacómetros”.

 

Cabe recordar que ya el año pasado se había denunciado la desactivación del programa por parte de la CNRT, algo que finalmente no ocurrió gracias al reclamo de los trabajadores. Sin embargo, meses más tarde la amenaza se volvió una realidad.

 

El programa consistía en una serie de estudios psicofísicos que se le realizaba al conductor antes de que tomen el servicio. Los mismos determinaban si se encontraba en las condiciones físicas requeridas para llevar adelante su tarea.

 

La Unidad de Control Psicofísico contaba con dos áreas para su funcionamiento, un área médica y un área psicológica. Las dos funcionaban en simultáneo, desde un enfoque interdisciplinario y de trabajo en equipo.

 

En la unidad se verificaba la licencia nacional habilitante, se realizaba un control de alcoholemia, otro de consumo de sustancias y un examen clínico y psicológico tratando de verificar aquellos factores que pueden constituir un riesgo para la conducción, para su salud y para la seguridad de los pasajeros.

 

Si el control era satisfactorio, los fiscalizadores informaban a los pasajeros que la unidad se encontraba habilitada para dar el servicio. Por el contrario, si el fiscalizador detectaba irregularidades en la unidad, actuaría según la gravedad de la misma, acorde al manual de fiscalización, pudiendo retirar del servicio la unidad o incluso ordenar su retención.