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Central sació el hambre comiéndose al “Lobo”

Tuvo que pasar de todo en el Barrio Oeste para que Central Córdoba consiga su primer triunfo del año, al vencer a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, por 2 a 1, y de esa manera encender una luz de esperanza en su afán de conseguir el pasaporte a los Playoffs.

Fue una noche atípica, con sensaciones cambiantes, emociones estrechas y apagones que estiraron la espera para festejar y desahogarse.

La solución para torcer una noche que se venía negra y tormentosa para Central estuvo en el banco de relevos, porque Diego Suárez, Raúl Castaño y Carlos Salvatierra tomaron el timón y enderezaron un barco que estaba pronto a chocar con un iceberg, máxime cuando a los 23 minutos, el “Gordo” Montenegro se comió el gol del “lobo entrerriano” con un autogol luego de un tiro de esquina de Walter Bravo, pero con complicidad de Carbajal, que estaba parado en el primer palo.

Sin embargo, los pincelazos de Suárez, las ganas de Castaño y fundamentalmente la velocidad de Salvatierra, que enloqueció a la defensa entrerriana, dieron vuelta el encuentro en sólo dos minutos.

A los 26, el delantero se escapó por la derecha y vio la entrada de Barreto al punto de penal para poner el balón, como con la mano, para que el uruguayo sólo tuviera que definir con un golpe de cabeza.

Y a los 27m., los actores protagónicos fueron Suárez y Castaño. El primero sacó un zapatazo desde fuera del área que encontró al golero Rougier en el camino, sin embargo dio rebote y de arremetida, Castaño estableció el 2-1.

La locura se desató, nadie lo podía creer, porque ni el más acérrimo optimista podía imaginar un final así, teniendo en cuenta que a lo largo del primer tiempo el equipo “Ferroviario” se mostró desorientado, con actitud, pero sin ideas. Sólo tuvo un par de ocasiones para convertir a través de sendos remates de Argañaraz y García Chamut, pero que tuvo el mismo desenlace: atajada de Rougier.

Gimnasia se mostró cauto, eligió pararse en su campo para salir de contraataque esperando la propuesta de Central Córdoba, que fue muy poca por cierto.

En el complemento, la historia parecía ser la misma porque Central Córdoba siguió siendo un equipo timorato. Molina estaba errático, Sáez perdiendo más que ganando en la ofensiva, Pacheco desorientado en la zona media y Argañaraz intentando ser el enganche, pero sin encontrar al socio ideal.

En ese sentido es digno destacar la tarea de Luis Carbajal, el más regular del equipo hasta ese momento, hasta que -por diferentes circunstancias- el entrenador decidió los ingresos de Suárez, Castaño (por el lesionado Cáceres) y Salvatierra, el tridente “salvador” para resucitar a Central Córdoba.

Salvatierra se erigió en la figura con sus fintas y a pura velocidad, que desequilibraron la tranquilidad que tenía la defensa entrerriana.

Suárez y Castaño tomaron la lanza en el mediocampo y a puro coraje y pincelazos contagiaron a sus compañeros.

Con el 2-1, los problemas lumínicos del estadio “Ferroviario” comenzaron a estirar un poco más la espera para festejar, por primera vez en el año para el hincha de Central, no sin antes sufrir, porque con el reinicio del juego, Besel hizo una gran jugada dentro del área para estremecer el palo izquierdo de Montenegro. Los corazones se paralizaron por un par de segundos, esos mismos que minutos después se aceleraron para festejar y desahogarse por el primer triunfo del año.

Fuente: Nuevo Diario Web.-