Cataratas del Iguazú: reabren la pasarela de la Garganta del Diablo
|El pico de la creciente del río Iguazú pasó y desde este sábado los turistas que visiten las Cataratas podrán volver a disfrutar de la Garganta del Diablo, el mayor de los 275 saltos. Esa pasarela fue cerrada el martes al mediodía por el rápido incremento del caudal del río a causa de las intensas lluvias que se registraron en las altas cuencas.
Parques Nacionales y la empresa Iguazú Argentina, concesionaria de los servicios en el Parque, emitieron un comunicado en el que se informa que la reapertura será a primera hora de este sábado porque se realizó un relevamiento con personal técnico y se constató que no hubo desprendimientos de las estructuras metálicas.
Para poder habilitar nuevamente ese recorrido este sábado, los operarios de la empresa trabajaban contrarreloj para volver a colocar las barandas que el martes fueron rebatidas para minimizar el impacto de la enorme masa de agua.
El rio Iguazú tiene un caudal promedio de 1.300 metros cúbicos por segundo, pero este jueves a las 13 llegó a los 9.090 metros cúbicos por segundo, un volumen de agua siete veces superior. Este viernes a media tarde el caudal estaba estacionado en 5.600 metros cúbicos por segundo.
En las últimas jornadas creció considerablemente el número de turistas en Cataratas. Este jueves fueron más de 5.100 los que recorrieron los senderos y pasarelas pese a las bajas temperaturas y el cielo plomizo que se mantuvo a lo largo de toda la jornada.
La fugaz creciente se produjo como consecuencia de las intensas lluvias en las altas cuencas del río Iguazú, en territorio brasileño. Las autoridades argentinas habían sido alertadas sobre el veloz incremento en el caudal del río Iguazú, y el martes al mediodía se decidió el cierre de la pasarela a Garganta del Diablo para “garantizar la seguridad de los visitantes”.
En octubre del año pasado hubo una creciente que causó graves daños en la pasarela que conduce a la Garganta del Diablo. En esa ocasión el nivel del agua llegó a los 16.500 metros cúbicos por segundo y desprendió 55 de los 90 tramos.
La empresa concesionaria trabajó durante más de cuatro meses con 40 operarios para poder recuperar los pisos que quedaron en el lecho del río, pero también tuvo que reponer otros que fueron arrastrados por el agua hacia el cañón del Iguazú. La inversión fue de 220 millones de pesos.