Canadienses y chilenos se suman a israelíes en la investigación y producción de una vacuna para el coronavirus
|La compañía canadiense llamada Medicago señaló que produjo una vacuna después de 20 días de recibir la secuencia genética del coronavirus. En Chile, investigadores de la Universidad de Concepción también están desarrollando su propio inoculador.
Medicago, una empresa biofarmacéutica canadiense financiada por el Pentágono estadounidense, anunció que produjo con éxito una vacuna contra el coronavirus después de obtener la secuencia del gen del SARS-CoV-2, el virus causante del virus.
El coronavirus registra 135.467 casos de contagio y 4.981 muertes en el mundo entero, un nivel de propagación que llevó a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el virus como una pandemia. Frente a ello, son muchos los equipos de científicos y médicos que se encuentran trabajando en una fórmula que pueda frenar el avance del también conocido como covid-19.
Según señalan desde la compañía, la producción de la inoculación ya pasó la primera etapa y ahora el producto se someterá a pruebas pre clínicas para demostrar su seguridad y eficacia. Una vez hechas, desde Medicago esperan iniciar conversaciones con la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA en inglés) para su aprobación y así probar la vacuna en humanos.
El representante legal de Medicago, Bruce Clark, explicó que podrían “producir hasta 10 millones de dosis al mes”, si es que pasan todas las pruebas correspondientes. Además, aseguró que la vacuna podría estar disponible en noviembre y que la técnica de su compañía ya ha demostrado su efectividad en inoculaciones contra la gripe estacional.
Según Clark, la clave de sus rápidos avances es utilizar plantas, y no huevos de gallina, como biorreactor para el cultivo de proteínas vacunales.
“Los fabricantes de vacunas inyectan el virus en los huevos, donde se propaga. Pero usar huevos es costoso, lleva mucho tiempo y está lejos de ser perfecto. Las mutaciones pueden producir vacunas que no coinciden con el virus que pretenden apagar”, dijo Clark. El uso de plantas y agrobacterias genéticamente modificadas funciona más rápido que los huevos y también hace que la vacuna sea mucho más fácil de producir a escala.
Por su parte, el Instituto de Investigación Biológica de Israel, también aseguró haber creado una vacuna. Según informaron, han tenido importantes avances en el entendimiento del mecanismo biológico y las cualidades del virus, como también en la capacidad de diagnóstico y la producción de anticuerpos para aquellos que ya fueron contagiados.
Aunque la vacuna israelí ya se encuentra avanzada, aún debe someterse a ensayos pre clínicos y clínicos.
“Las vacunas toman tiempo, diseño, formulación, evaluación preclínica, seguido de estudios clínicos”, señaló el doctor Alexis Kalergis, académico de la Universidad Católica y director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, institución que también trabaja en una vacuna contra el coronavirus, y aseguró que tanto la vacuna canadiense como la israelí se encuentran en desarrollo.
En total, se estima que actualmente unos 20 proyectos internacionales están en carrera por lograr una vacuna por el coronavirus.
La Universidad de Concepción también está desarrollando una vacuna
De acuerdo a Thelvia Ramos, doctora e investigadora de la institución, se trata de una formulación que sirve para proteger a la población, por lo que “tiene un carácter profiláctico, mas no terapéutico inicialmente”.
“Está basado en los interferones, que son las proteínas que se encargan de la defensa del organismo y de inhibir la replicación o propagación de un virus ante cualquier infección de este tipo”, mencionó Ramos sobre el antiviral.
A partir de estudios realizados en animales, se probó que éste entrega una protección de alrededor de 18 días. En ese sentido, la doctora aseguró que, si contaran con el financiamiento del Ministerio de Salud, el antiviral podría terminarse entre 6 a 9 meses, ya que “falta demostrar toda la inocuidad del producto en animales y pasar directamente a ensayos en humanos”.
El director del Departamento de Fisiopatología de la UdeC, Jorge Toledo, explicó que el desarrollo del antiviral no evita el contagio, pero que la liberación sostenida disminuye las posibilidades de contraer la infección por al menos dos semanas.