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CAME alertó por el impacto inflacionario de la suba del combustible

El presidente de CAME, Fabián Tarrío, alertó por el impacto del nuevo incremento de los combustibles en los precios de los productos que fabrica las pymes y advirtió que ante este escenario “será difícil” cumplir con las metas inflacionarias del Gobierno nacional.

 

Si bien Tarrío admitió que el aumento fue un acuerdo entre privados como transición hacia la libertad de precios para el 2018, aseguró que esta medida se suma a la preocupante situación que atraviesan las economías regionales por inundaciones y graves problemas estructurales del sector. Según CAME, a estos factores se le suma una abrupta caída de 20 meses consecutivos en las industrias pyme y la permanente tendencia negativa en las ventas minoristas, aunque junio pasado haya sido el mejor mes del año.

 

“Fue un acuerdo firmado en febrero de este año entre productores de petróleo y refinadores para que 2017 sea el camino de transición de libertad de precios en el 2018, para que cuando baje el barril en el mundo, lo haga también en Argentina”, dijo el titular de la entidad, y recordó que en abril pasado por ese mismo pacto los precios habían bajado mínimamente.

 

Pero en CAME creen que este nuevo aumento golpea fuerte a los pequeños comerciantes y empresarios, que no consigue recuperar competitividad, sobre todo cuando la presión fiscal es la más alta de la región y los costos de combustibles descendieron en los países que compiten en la exportación. Las variables de tipo de cambio, el valor del biocombustible en la Argentina y el del barril en el mundo son la fórmula de medición. “En estos dos meses el dólar subió 7% aproximadamente y eso fue determinante”, se quejó el dirigente empresario.

 

Desde el 1 de julio comenzó a aplicarse el aumento de los combustibles del orden del 7,2% para las naftas y del 6% para el gasoil. Este incremento surge principalmente del aumento de la cotización de dólar de los últimos dos meses, pese a que el precio internacional del petróleo no ha tenido variaciones significativas.

 

Desde la entidad insisten que el nivel de inflación anual estimado entre 21% y 25% podrá verse afectado por este incremento en los combustibles: tendría nuevos impactos hacia la suba del índice general de precios, a través de efectos directos en los sectores productivos, y los efectos en cascada.

 

“Nos preocupa que en la industria manufacturera y en el comercio los mayores costos del transporte impactarían negativamente sobre la rentabilidad empresaria, sobre todo en aquellas empresas que no los puedan trasladar a los precios, además se ampliaría la brecha campo-góndola”, concluyó Tarrío.