Cambiemos al borde de la ruptura
|Después de la fugaz sesión de las jubilaciones de privilegio, en la que Cambiemos no participó, Alfredo Cornejo fue al despacho de Mario Negri y le anticipó que este viernes propondría formalmente a Jesús Rodríguez como presidente de Auditoría General de la Nación (AGN).
El cargo, según la Constitución, corresponde a la oposición con mayor presencia legislativa y las cuentas que hizo Cornejo lo dejan en ese lugar, por tener 46 diputados y 14 senadores, contra 51 y 8 del PRO, donde tienen otros números: cuentan a 53 propios en la Cámara baja y a los aliados de uno y otro partido político.
Serían dos macristas y un radical por recinto: Humberto Orrego y Felipe Álvarez; Roberto Basualdo y Cloaudio Poggi; y los catamarqueños Eduardo Brizuela del Moral y Oscar Castillo, históricos aliados a la UCR pero con monobloques.
Cornejo los justifica en su afiliación a la UCR pero está dispuestos a quitarlos de la cuenta y apelar a la letra fina del artículo 85 de la Constitución, que le asigna la presidencia de la AGN al partido político opositor con “mayor número de legisladores en el Congreso”.
Sin aliados en la suma, preparó otra picardía: la diputada salteña Virginia Cornejo es sumada en el PRO en la lista de interbloques publicada en la página web pero en su caratula individual figura en Propuesta Salteña.
Rápido de reflejos, se apuró a presentar la nota este viernes porque una hora antes, la Cámara Nacional Electoral había confirmado a Luis Patiño, del PRO, como reemplazo de Elisa Carrió, que renunció a partir del 1 de marzo. Jurará en la próxima sesión.
Con su aritmética el presidente del partido centenario envío la carta a las presidencias de las dos Cámaras para proponer a Jesús Rodríguez como presidente de la AGN y en el PRO se enteraron por Twitter.
Patricia Bullrich, su presidenta, venía negociando proponer a Miguel Pichetto por orden de Mauricio Macri, no se había dado por vencida y se enteró por twitter que los radicales jugaron su carta sin llamarla. Evaluaba con Cristian Ritondo enviarle una nota a Sergio Massa para que hiciera los números y evaluara en qué caso se cumpliría con la Constitución.
Como Massa y Cristina Kichner tendría la última palabra, en el PRO había sospechas sobre un acuerdo subterráneo de los radicales con la vicepresidenta, que incluiría nombrar radicales en la Defensoría del pueblo y en la Procuración penitenciaria nacional, cargos acéfalos que requieren dos tercios del Congreso.
Se menciona a Federico Storani y Juan Manuel Cassella para el primero y Remo Carlotto para el segundo. “Es una locura, porque al presidente de la AGN no lo vota nadie. Lo elige el opositor de mayor número. No queremos perder ese cargo. Es sólo eso”, se defienden en la UCR.
La oferta de Cornejo a Bullrich fue que el cargo de auditor de la AGN que dejaría libre Rodríguez para presidirla lo ocupe un PRO, el problema es que Pichetto no quiere.
El motivo es que los auditores los proponen los partidos según sus proporciones parlamentarias pero sí deben avalarse en el recinto y, de mínima, al rionegrino le esperan adjetivos poco felices de muchos legisladores oficialistas que no quiere escuchar. El gobernador Gerardo Morales intentó en noviembre convencer a Cornejo de aceptar a Pichetto pero no hubo caso.
La AGN tiene la misión de auditar las cuentas del Gobierno y si bien el directorio tendrá mayoría oficialista, una rendición de cuentas de Alberto Fernández poco feliz podría ser un capital político propicio de quién la presida. Además, Macri no tuvo una buena experiencia, porque el Congreso no le aprobó ninguna rendición de cuentas y las últimas no las quiere en manos de un radical.
Bullrich seguirá intentando una salida con Cornejo que no parece fácil. De hecho, los operadores del mendocino enfatizaban este viernes que el texto constitucional alude a afiliados de los partidos y mientras los dos catamarqueños lo son de la UCR, la salteña Cornejo no lo es del PRO.
Aunque no lo mencionaban, la interpretación es un tiro por elevación a Pichetto, que un figura como afiliado del PJ y, al parecer, el presidente de la UCR no lo quiere en las primeras filas. Sobre todo si corre a los suyos.