Bancos agazapados esperan medidas del Gobierno: préstamos personales con tenue tendencia de baja en tasas
|Forzados por la baja de tasas que motorizó el Central, en las últimas semanas los bancos comenzaron a recortar, tímidamente, el interés que cobran por sus préstamos al consumo. Así, según los últimos datos del organismo monetario, la tasa de los créditos personales se ubica en 69,8%, menos de tres puntos por debajo del nivel en que se encontraba antes del 10 de diciembre, cuando promediaba el 72% anual.
La caída acompañó, aunque con menor intensidad, el movimiento que viene teniendo la tasa de los plazos fijos, que en ese lapso pasó de 43% a 39% anual para las colocaciones de más de un millón y de 41% a 36,8% para los clientes minoristas (de menos de $100.000).
Pero más allá de que el recorte en las tasas activas fue menor al de las pasivas, en la City advierten que el spread es prácticamente el doble del que tenían antes de las PASO, una estrategia con la que los bancos apuntan a hacerse un “colchón” de rentabilidad, a la expectativa de que anuncien medidas que puedan impactar en sus negocios.
En concreto, la diferencia entre ambas tasas hoy ronda los 30 puntos porcentuales, cuando antes de las elecciones primarias de agosto, el spread era de entre 14 y 16 puntos.
Dos de las medidas que ya se ven venir los banqueros son una menor ganancia por Leliqs y la obligación a destinar un porcentaje de sus depósitos a otorgar préstamos subsidiados, similar a la línea de inversión productiva que había creado el kircherismo.
“Sabemos que está la idea de que demos más préstamos para capital de trabajo, pero no sabemos si van a subsidiar las tasas o si nos van a exigir un tope en la tasa”, explica un banquero local. “Algo nos va a afectar en la rentabilidad, pero no podemos saber en qué magnitud”, agrega.
El director de otra entidad coincide en que con la baja de tasas se van a reducir las ganancias por las Leliqs, pero sostiene que la línea de préstamos a capital de trabajo puede llegar a ser rentable, por los negocios satélites que puede generar.
“No siempre dan pérdidas esos préstamos. Con la línea de inversión productiva muchos bancos ganaron plata dando cuentas sueldos a las empresas a las que les prestaban”, explica el ejecutivo.
En el último año de la gestión Sandleris, con el crédito paralizado y las tasas de interés en niveles elevadísimos, el principal ingreso de los bancos se generó por las Leliqs.
Los últimos datos del Central muestran que, en noviembre, el resultado por títulos valores generaba ingresos por el 14,9% de los activos, cuando un año atrás este ítem en el balance apenas llegaba al 8%.
En las dos primeras reuniones de directorio, la nueva cúpula del BCRA recortó 8 puntos la tasa de referencia, hasta llevarla al 55% anual, y dio indicios de que seguirá con esta tendencia, pero atento a cómo evolucionen otros indicadores de la economía.
El tema ya empieza a generar ansiedad en la City porteña. “El Gobierno se está quedando dormido, la baja de tasas fue mínima, tiene que ser mucho más drástica”, comenta Miguel Arrigoni, CEO de First Corporate Finance Advisors, aunque admite que hay que darle un crédito de 100 días al Gobierno antes de hacer una evaluación de las medidas.
Para Arrigoni, las líneas de préstamos destinadas a capital de trabajo contribuyen a la necesidad de financiamientos de las empresas pero en con un impacto muy limitado. “Los créditos para la producción no van a reactivar la economía. Es como una aspirina, no cura los síntomas de fondo”, advierte.
En ese sentido, el viernes último el Banco Central anunció que reducirá encajes a los bancos que otorguen préstamos para capital de trabajo a tasas de hasta 40% anual, algo que también pueden destinar para financiar el aumento de sueldos que el Gobierno decidió por decreto.
Si bien la letra chica de la medida del BCRA se conocerá este jueves, cuando el directorio haga efectiva la medida, fuentes oficiales aseguraron que la baja de encajes será en promedio de 2 puntos porcentuales.
A diferencia de lo que esperaban los banqueros, el Central no los obligará a que destinen un porcentaje de sus depósitos a estos préstamos sino que los incentivará con la posibilidad de que puedan computar como encajes una parte del saldo prestado a capital de trabajo.
“La idea es que sea como con el programa Ahora 12, donde los bancos pueden computar el 1,5%, o hasta el 2,5% de los encajes con el saldo de esos préstamos”, explica la fuente.
Por otro lado, el gerente de préstamos a individuos de una entidad extranjera reconoce que la baja de tasas en créditos personales fue mínima, algo que adjudicó a la incertidumbre local.
“El BCRA hizo caer el rendimiento a corto plazo que les da a los bancos con las Leliqs. Eso impactó en las tasas de préstamos de corto plazo, como los adelantos en cuenta corriente, pero en personales, que son más largos, hay más incertidumbre”, destaca.
De hecho, la tasa de descubierto, que son los adelantos en cuenta corriente, acompañó fielmente la baja del rendimiento de los depósitos y hoy ronda el 54,4% anual.
En los créditos con tarjeta de crédito, en tanto, lejos de bajar el interés que cobran los bancos fue escalando posiciones en los últimos meses. Según los últimos datos del BCRA, en noviembre, el costo promedio de la financiación con tarjeta se ubicaba en 74,08%, por encima del 71,70% del mes anterior y del 70,43% registrado en octubre.
En ese contexto, la financiación al consumo sigue en picada. A fines de 2019, el stock de préstamos personales se ubicaba en $403.895 millones, una caída interanual del 4,25% respecto a los $421.808 millones del mismo mes del año anterior.
Un dato que muestra el escaso financiamiento al consumo no sólo en los bancos, sino en el mercado en general es la poca cantidad de securitizaciones que hay en los últimos meses. Se trata de los fideicomisos que bancos y cadenas de electrodomésticos suelen armar un con una cartera con sus créditos como subyacente.
“Pasamos de tener 30 securitizaciones en un mes a tener 2 en un mes. Ahora recién se está recuperando y ya está habiendo 5 por mes”, aporta Arrigoni, quien cree que cuando se acelere la baja de tasas va a empezar a recuperarse el crédito al consumo.
Otra de las últimas jugadas que hicieron las entidades para “engordar” sus ganancias fue aumentar nuevamente las comisiones, algo que comenzó a regir desde el 2 de enero.
En rigor, para cumplir con la exigencia del BCRA, hace dos meses la mayoría de los bancos comenzó a a informar a sus clientes que aumentarán entre 30 y 40% las comisiones que cobran por sus servicios y productos a partir de este mes.
Dentro de los incrementos aparecen el costo de renovación anual de tarjeta, paquetes de cuenta, mantenimiento de cuenta corriente y cajas de seguridad, entre otros rubros. Este último servicio, con subas de hasta 50%, fue el que más aumentó, atento a la mayor demanda que hubo en los últimos meses y a la escasez de cajas.
En parte, estos aumentos se explican por una estrategia de los bancos de adelantar la suba de precios al Acuerdo Social, por el cual seguramente se tengan que comprometer a mantener el valor de sus comisiones por determinado tiempo. “Así como empresas y comercios se adelantaron y aumentaron ‘por las dudas’, los bancos también siguieron los mismos pasos”, analiza un economista.
Desde las entidades, en cambio, justifican este salto en los precios al ritmo de aumento de las paritarias del sector. “Nadie está subiendo más allá del ajuste salarial. Las alzas de comisiones se calculan generalmente en base a salario bancario, es para compensar eso”, explica el director de un banco nacional.
En ese sentido, las cámaras del sector habían acordado en julio con el gremio La Bancaria un aumento del 30% en tres tramos, con una cláusula gatillo. Luego, en octubre, la disparada de la inflación forzó a reabrir la paritaria y llevaron la recomposición salarial al 50% desde enero a noviembre, en línea con la inflación de esos 11 meses.
Lo cierto es que este aumento de comisiones, de entre el 30% y el 40% de enero, se suma al 25% que en promedio aplicaron en septiembre y a otro 25% de marzo. Así, en un año, las comisiones aumentaron entre el 100% y el 110%, casi el doble de la inflación y bastante por encima de la paritaria con el sector, contando los premios y beneficios que dan a sus empleados.
Como sea, los banqueros saben que los tiempos de rentabilidad asegurada que les otorgó la Leliqs tiene fecha de vencimiento. También intuyen que de una u otra manera el Gobierno les va a pedir que “pongan el hombro”, en el marco de la Emergencia Económica, el Acuerdo Social y la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
Mientras tanto, aprovechan el momento y se apuran para tener rentabilidad apoyados en el margen financiero -pagando menos por depósitos y manteniendo altas las tasas- y en servicios, con un continuo aumento de comisiones.