Balotaje presidencial: Uruguay elige su futuro con la centroderecha como favorita
|Uruguay vota este domingo con dos opciones claras sobre la mesa: la continuidad de un modelo, o un cambio de rumbo, aunque con un eje muy puesto en el centro político. Por un lado, la permanencia de una política que ha hecho de la inclusión social y la ampliación de los derechos su bandera. Por el otro, una propuesta más de derecha, basada en el libre comercio y el mercado aunque acotada por la coyuntura y el peso que tendrá la oposición si se confirma el pronóstico de los sondeos. Y si bien las diferencias importan, más en una región con conflictos serios por dónde se mire, la tranquilidad con la que el país transita este posible punto de inflexión no hace más que remarcar el carácter singular que representa la estabilidad política uruguaya.
En plena veda electoral, la “batalla visual” entre el Frente Amplio y el Partido Nacional en las calles de Montevideo la gana por amplia mayoría el actual oficialismo. Colgados de balcones frente a la rambla, en los techos de los autos o flameando en las manos de la gente, el rojo, azul y blanco del Frente Amplio es por lejos dominante en la capital de Uruguay. Las banderas con la imagen de Aparicio Saravia, un histórico militante y caudillo del Partido Nacional del siglo XIX que sirven de estandarte de la oposición, se ven en las zonas alrededor del búnker del partido sobre el Bulevar Artigas, pero no mucho más.
Los sondeos previos, sin embargo, le sonríen a la coalición opositora. Luis Lacalle Pou, el candidato del Partido Nacional que en la primera vuelta obtuvo el 28,6% de los votos, aparece como el probable ganador de la contienda de este domingo. Según las últimas encuestas, estaría rondando entre el 50 y el 51% de los votos, mientras que Daniel Martínez, el candidato socialdemócrata del Frente Amplio, estaría entre el 43 y el 44%, una diferencia de entre 6 y 7 puntos. De confirmarse este resultado, significaría el fin de tres mandatos consecutivos del Frente Amplio, un período de 15 años durante el cual el país oriental vivió un robusto crecimiento económico y una agenda de ampliación de derechos que muy pocos cuestionan.
A lo largo de su campaña, tanto para la primera vuelta como para el balotaje, Lacalle Pou hizo énfasis en los temas que las encuestas indicaban eran los más débiles del Frente Amplio en los últimos tiempos. La inseguridad, la contracción económica y el desempleo, como así también un declive en los indicadores de educación, se convirtieron en los caballitos de batalla.
Consciente de su ventaja, Lacalle Pou enfocó su campaña tras la primera vuelta en los temas que sabía lograban réditos, y no se metió en cuestiones espinosas. Se presentó en distintas zonas del país y habló con los asistentes, se prestó a selfies y se mezcló con la gente, buscando siempre mostrarse abierto y accesible. En las redes, se preocupó por brindar una imagen de unidad, y retuiteó dichos de Ernesto Talvi, el candidato del Partido Colorado, quien, junto al Partido Nacional, a Cabildo Abierto, al Partido de la Gente y al Partido Independiente forman la coalición que pretende desbancar al Frente Amplio.
Acompañada de su candidata a vicepresidenta, Beatriz Argimón, y otros dirigentes de la coalición que lidera, además del ex presidente e histórico referente del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, el candidato del Partido Nacional hizo énfasis durante su acto de cierre de campaña en un mensaje de unidad, diciendo que iba a gobernar “para todos los uruguayos”.
La campaña de Martínez, por su parte, estuvo impulsada por la sensación de optimismo de que se podía recuperar los votos perdidos en la primera vuelta. Una invocación a un Maracanazo político, en referencia a la emblemática remontada de la selección de fútbol de Uruguay frente a Brasil en la final de la Copa de Mundo de 1950. Su mensaje estuvo centrado en defender los logros del Frente Amplio a lo largo de sus 15 años en el poder, y también construyó una campaña basada en mostrarse como un candidato cercano a la gente. Tanto en sus discursos como en sus mensajes en redes, su mensaje apunta a conseguir una Uruguay con distribución de la riqueza y justicia social.
Las mesas de elección abrirán este domingo a las 8 de la mañana, y cerrarán a las 19.30. Daniel Martínez votará en una escuela de Pocitos en la mañana, mientras que Lacalle Pou lo hará cerca del mediodía en Canelones. Si todo avanza de forma normal, poco después del cierre ya habrá una boca de urna. La hora a la que se conocerá el resultado final dependerá de ahí en más de la evolución del recuento, y de la reacción de los candidatos frente a los números que vayan recibiendo. Para Uruguay, la hora de la verdad está al caer.