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Arremetida Oficialista contra Nisman

Alberto Nisman sacudió la agenda política y puso contra las cuerdas al Gobierno. El canciller Héctor Timerman, también imputado en la causa junto a otros dirigentes oficialistas, calificó de “mentira” la acusación. Solidaridad de otros funcionarios para con la presidenta.

 

El ministro ratificó además que el Gobierno nunca pidió la baja de las circulares rojas de los ciudadanos iraníes imputados por el atentado. Como prueba expuso un correo electrónico que le envió el ex secretario general de Interpol Ronald Noble, en el que se dejaba constancia de que el memorándum con Irán no “afectaba” las notificaciones rojas de los iraníes imputados.

 

Pero Timerman no fue el único que se ocupó de criticar a Nisman. El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, aseguró que la jefa del Estado “está absolutamente de buen ánimo”, tras haber compartido un encuentro con la mandataria en la Residencia de Olivos el miércoles por la noche, por lo que sostuvo que “preocuparse por esta estupidez no tiene sentido”. “Las pruebas no son suficientes ni serias, de forma tal que la jueza (María) Servini de Cubría no concedió la habilitación de feria”, indicó.

 

Asimismo, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, manifestó su “solidaridad” hacia la Presidente ante lo que consideró “ataques virulentos, grotescos y malvados”. El titular de la cartera de Transporte, Florencio Randazzo, remarcó que la denuncia no tiene “ningún asidero” y responde a “poderes económicos, mediáticos y judiciales”.

 

Por la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, acusó a la oposición de tener “animadversión” contra el Gobierno por haber convocado a Nisman, además de resaltar la posición del juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, quien puso en duda la actuación del fiscal por haber incurrido en supuestas “irregularidades”.