Argentino B: cuesta más de la cuenta
|Lo dijimos, lo reafirmamos: a Paraná le está costando caro el adecuarse a la nueva categoría. Podrá decirse también que faltarían un par de refuerzos, pero preferimos hacer hincapié en que otros rivales supieron por oficio o por características de equipo usufructuar defectos del “Decano” y así ha cosechado varias decepciones en éste arranque del certamen. Pese a ello, el cuadro no contempla dramatismo, solo desasosiego, una mezcla de bronca e insatisfacción.
Verlo al “Rojiblanco” entrenar y luego jugar igual, o hasta por lapsos peor, traduce que algo no está PERFECTO en el seno del plantel que orienta Daniel Veronesse. Y si bien es obvio que en todo arranque de temporada no sale siempre bien lo diagramado y con el transcurso de la competencia se van corrigiendo defectos o disimulando carencias, hay que recordar que el nuevo ciclo en el Argentino B tuvo algunas asperezas como dificultades para integrarse la plantilla.
Pudo haber causado eso vicisitudes?: claro que sí. Las idas y vueltas para conformar el equipo quitaron tiempo de conocimiento y de adaptación, si a ello le sumamos el reacondicionamiento del campo de juego, adversidades climáticas, lesiones que se fueron suscitando y luego hasta expulsiones, se arma un mix de elementos negativos que combinados traen, se reconozca o no, sus consecuencias desfavorables.
Lo que por ahí no compartimos es que haya falta de compromiso o que unos “pongan” distinto que otro según lo que dijeron colegas amigos. Nos parece, humildemente, que hay un tema esencial de capacidad. Cómo traducimos esto?… Siendo directos: o sea, cuando se arma un plantel austero, dentro de un presupuesto preestablecido por la dirigencia, sin individualidades de notable fuste, sin elementos que aporten el toque de distinción, es necesario redoblar la apuesta al trabajo y a la paciencia, sabiendo qué se tiene, con qué se cuenta para afrontar de la manera más digna el medirse con rivales que sí tienen hasta una estructura institucional/dirigencial acorde a la divisional y equipos a priori calificados como candidatos a pelear el Ascenso.
Por ende, es una cuestión de prioridades. Directivos, socios, simpatizantes y hasta nosotros, los periodistas, deben/debemos reflexionar que Paraná no se formó con la calidad de favorito. De hecho, que la verdadera misión es la de competir con dignidad y hacer una transición. Pensar que con éste plantel se puede ascender es una exagerada muestra de confianza o desmedida ambición.
Basta ver presupuestos o composiciones de otros elencos y alcanza para reconocer que el “Decano” -desde el vamos- tiene una misión pesada: la de permanecer y volver a acostumbrarse a un nivel donde supo estar y supo irse casi sin escalas.
Entonces, las ilusiones deben ser moderadas. La expectativa debe ser prudente y el momento por el cual se atraviesa no debe representar una odisea, un melodrama. Simplemente no anda, no funciona como debiera pues podemos asegurar que trabajo serio, responsable, hay, es innegable.
Esta claro que el arranque fue auspicioso pero paulatinamente el rendimiento entró en una meseta y el resto evolucionó. Punto.
Una sola victoria, tres empates y dos reveses, como el registro adverso de 7-10 en cuanto a conversiones y goles sufridos, evidencian una performance discreta, pero no pésima.
Cuáles fueron los puntos más endebles?: vayamos por líneas… El arquero hizo las difíciles, fáciles, pero paradójicamente, en especial cuando debió arriesgar para salir a cortar envíos aéreos supuestamente simples, o se quedó o se complicó.
Ojo… lo hemos dicho en cientos de oportunidades: el arquero muchas veces se siente inseguro bajo los tres palos por el funcionamiento que aprecia de sus compañeros y eso es totalmente lógico, entendible.
Y en realidad, la defensa -que posee personal como para no sufrir tanto- ha tenido vaivenes pronunciados, incurriendo en defectos, algunos sorprendentemente ingenuos.
Aunque también es obvio decir que toda defensa también resiste en la medida del grado de colaboración que otorga la zona media con la contención y/o el quite. Y no podemos menoscabar que esa gestión de freno o recobre también tuvo sus vaivenes.
Es justo reconocer aun más que, sin delanteros preocupados por estorbar las proyecciones de los laterales, tampoco se puede lograr el balance ideal.
Y cerrando ese flanco por flanco, hay un punto neurálgico: falta un líder, falta un caudillo, falta un hombre que sepa distribuir la pelota con mayor eficiencia, evidenciando ese talento desequilibrante para que los delanteros se sientan alimentados con la asiduidad imprescindible. Quizás el que digamos “falta”, suena mal, porque en realidad individualidades hay, pero por “x” razón cada uno de los más sapientes con la redonda la han tratado mal.
En ese sentido, Paraná ha sido puras buenas intenciones, pero casi nada de claridad y así es tan difícil intimidar al adversario, como es fácil que el rival se agrande viendo su inoperancia ofensiva.
Hete aquí entonces una conclusión tan sencilla, como cabal: la culpa de ésta discretísima 1ª ronda es del EQUIPO, compartiendo la responsabilidad el entrenador (y sus colaboradores) por no haber hallado aún la fórmula de mezclar todos los ingredientes, tal vez porque en realidad, falte algún condimento y todo buen chef sabe que a veces si carece de una especie, no se logra disfrutar de un buen banquete.
Por estas horas, lo primordial es sentarse a hablar entre todos, decirse lo que haya que decirse, ejercer una autocrítica individual y otra grupal, intensificar el trabajo, no bajar los brazos, no claudicar, y UNIRSE, sí, sí, fortalecer la unión más que nunca.
Para concluir, nuestro manifiesto de apoyo absoluto al cuerpo técnico; a ese Gran DT que tiene el “Decano”, junto a un asistente-amigo conocedor como el Pepo Verón y un Profe fenómeno como el Tati Furios.
Qué nos gustaría ver a ésta altura?…Alguna promoción. Algún cambio “desafío”. Una modificación de esas que no se olvidan. Y algo más… Que un buen tipo como Veronesse cambie un poco el gesto. Un Viejo Lobo de Mar como él, sabrá que a veces lo gestual de un entrenador transmite sensaciones y si su rostro curtido o hasta su voz contagian fastidio, inseguridad, impotencia u otras emociones negativas, nada bueno heredarán sus orientados.