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Argentina-USA en Río 2016: ¿no se puede?

Desde las 18.45 Argentina y Estados Unidos juegan por los Cuartos de Final de los Juegos Olímpicos en el Arena Carioca 1 de Río de Janeiro. Dirigirán Ilija Belosevic (serbia), Guilherme Locatelli (Brasil) y Robert Lottermoser (Alemania). Podrá verse por: TyC Sports, La TV Pública, Fox Sports, ESPN, DirecTV. Soñar no cuesta nada, pero, ganar es extremadamente complejo. Las otras llaves: a las 11:00 Australia vs Lituania; a las 14:15 Francia vs España y a las 22.15 Serbia vs Croacia.

 

Podrán decir que el básquet es un deporte lógico en el cual no existen los imposibles… Podrá invocarse el “sí, se puede”, o invocar a Dios para que El Alma luzca más inspirada que nunca. Lo cierto es que el Dream Team exhibe distintas aristas que remarcan diferencias incontrastables entre las estrellas norteamericanas y nuestros jugadores.

Creer que dependemos de nosotros mismos, suena a chiste, o a frase hipócrita. La selección USA Basket, aún con resonantes ausencias, compone un plantel riquísimo, dotado por dónde se lo mire… Y Argentina expone una formación con un corazón inconmensurable pero con inocultables carencias comparativamente hablando.

 

Estados Unidos ganó los cinco partidos de la Primera Fase con una media de 81.4 pts en contra, atacando con un promedio de 104.8 pts.

Tomó 69 tiros de campo por juego (42 de Dos y 27 de Tres) con 34 Libres por partido. Es decir lanzó de promedio para hacer 199 puntos por juego y convirtió el 52.6% del total de esas posibilidades.

 

Argentina, tomó 70.2 tiros de campo por juego (37.8 Dobles y 32.4 Triples) con 25.2 desde la línea por juego. Es decir ejecutó de promedio para encestar 198 puntos por cotejo y convirtió el 44.5%.

 

Estados Unidos dejó en claro que posee muchas manos para tirar de tres, muchos penetradores, muchos dominadores del juego aéreo, poste bajo, juego de espaldas, contraataque.

Ante tanta variabilidad, ¿cómo defenderlos sin que se subraye lo de la manta corta…?

 

Por ejemplo Klay Thompson llevaba 2.8 puntos hasta el último juego de la fase de grupos. Le dieron los minutos, le soltaron la mano y clavo 30 puntos (7/13 en triples). Es como que taparan a Ginóbili pero Delfino haga 30. Tener respuestas constantes ante nuevos desafíos.

Salir a retar la mano de un jugador determinado será un riesgo necesario que tomar para no correr riesgos más estructurales: Bloquear su contraataque y su rebote ofensivo. Si este Dream Team tiene 27 triples por partido tirados con un 39.3% de acierto provocar a sus tiradores no es una buena idea.

Dato de relieve: Estados Unidos tiene un promedio de 20.6 puntos de ataque rápido, sumando 22.8 puntos de recuperos directos. Por ende, si a esos números le adosamos 17 puntos de segunda chance, es elocuente que su juego de dos puntos de ataque estacionado es relativamente escaso, habida cuenta que sus dobles los construyen mayoritariamente en velocidad.

 

Forzarlos a jugar cinco contra cinco, no soltar el tiro y exigirlos a ir para abajo es una alternativa para nada despreciable. Vale clarificar, no obstante, que la carencia de talla puede resultar un Talón de Aquiles indisimulable.

Y ya que resaltamos lo de la altura, Estados Unidos es uno de los equipos que más rebotes ofensivos ha tomado por juego (14.2) en todo el certamen y -como ya enunciamos- anotan 17.2 puntos de segunda chance.

 

Por lo descripto, bien vale añadir que Argentina tiene por delante una misión concreta: atacar con alta eficiencia para defender equilibradamente, con el balance imprescindible.

Claro está… dependemos de los porcentajes, pero una acertada elección impedirá facilitar gestiones al adversario.

 

Minimizar al máximo las pérdidas, seleccionar inteligentemente la metodología de dañar el aro opuesto y manejar con prudencia los ritmos logrará que la conversión defensiva sea lo más aceitada posible para contener a tan calificado oponente.

Hasta aquí, lo básico en la faz técnica. Nociones primarias. Luego estará el detalle estratégico que imponga cada head coach y sus cuerpos técnicos, como influirá de modo categórico la concentración a ostentar y el saber regular el alarde de vigor y rigor, puesto que tampoco le conviene a nuestra representación apostar a un juego de alta fricción o de extrema intensidad psicofísica.

 

Pretender dominar con espíritu bravo o plena enjundia a la dinámica del Dream Team puede ser un suicidio. Mike Krzyzewski ya tomó nota de la ardiente energía “Albiceleste” y tiene materia prima para contestar con notable virtuosismo y una ecuación altura/peso con la cual nos pueden destrozar si no planteamos un juego más cerebral que visceral.

La llama inextinguible de Manu, Luifa, Chapu y Carlitos, ese espíritu inclaudicable, choca irreductiblemente y cruelmente con el paso de los años. La garra está, la firmeza de convicciones está, pero los cuerpos no son los mismos. Por lo tanto, más allá de la vehemente juventud que compensa el promedio de edad, intentar contraponer una propuesta viril, recia, será un disparate.

Confundir, incomodar, molestar, desafiar con astucia, con sagacidad a que hagan lo que no les gusta será la receta.

 

Ganar hoy es casi imposible. Fe en estos monstruos tendremos hasta el día en que digan adiós. Son grandiosos. Así de concluyente.

Lo que no quita que seamos crudamente realistas. Deseamos fervientemente equivocarnos y que el “sí se puede” no sea solo una expresión demagógica de anhelo.