Argentina liquidó muy rápido

ESPECIAL (por Sebastián José Britos *).- El cómodo triunfo argentino sobre Paraguay por 84 a 52 no incentivó aliento eufórico o arengas pasionales en el Polideportivo “Islas Malvinas” por la simple razón que la Generación Dorada liquidó el trámite demasiado rápido, tomando 19 de distancia al cabo de los primeros 10 minutos. Inteligente rotación de Lamas.

 

Tan contundente fue la demostración del primer período -de la mano de Scola- que el coach de Argentina resolvió proteger a los titulares y otorgarles mucho rodaje a los suplentes, como potenciar la evaluación de variables o alternativas diversas en los sistemas de ataque y defensa pensando en todo el camino que aún debe transitarse.

 

Esto se tradujo en que, por ejemplo, el entrerriano Paolo Quinteros -de positivo desempeño-  haya jugado casi media hora contra el promedio de 21 minutos de Ginóbili.

 

Otro punto a destacar brevemente es que ni se sintieron las ausencias de Fabricio Oberto o de Carlitos Delfino, bajas transitorias de relieve.

 

Profundizando sobre aspectos del juego,  Argentina desplegó una defensa concentrada y  disciplinada, con un óptimo caudal de rebotes los cuales propiciaron las salidas en contragolpe; en tanto que en la ofensiva de transición halló las vías o espacios para lastimar a los guaraníes, si bien vale recalcar que a Manu le costó bastante encontrar las opciones más oportunas y cómodas.

 

Paraguay lució exageradamente dubitativo, vacilante, como respetuoso de un adversario a priori ampliamente superior. Y trasuntó que desde el vamos no iba a dar tenaz oposición reservándose para pleitos más parejos.

 

Argentina cumplió con lo que se esperaba en su presentación y lo hizo a su modo. Si bien dio paso a cierta relajación que motivó  errores y distracciones, reaccionó en el momento apropiado para evitar zozobras. Apretó en el momento justo y después reguló, pensando en que el torneo es corto e intenso y que un plantel tan veterano no debe despilfarrar energías.

 

Los mejores

 

Por Argentina fue muy bueno el trabajo de Paolo Quinteros. Por momentos Pablo Prigioni demostró su capacidad de líder. Luis Scola fue clave en el arranque y Juan Gutiérrez ya no me sorprende, es un pivote de alta jerarquía.

Por Paraguay, destacable lo de Guillermo Araujo, a quien ya conocíamos por su paso por Echagüe de Paraná. Espero mucho más de Javier Martínez y José Fabio como del mismo Bruno Zanotti.

 

El estadio

 

El Polideportivo luce mejorado; colorido y muy bien señalizado, aunque en los sectores de prensa se podrían ajustar algunos detalles de espacios, sobre todo de los colegas gráficos a quienes observé en pupitres tipo de escuela, algo que seguramente harán los responsables quienes, en nuestro caso, nos otorgaron una cabina muy confortable, lo que valoramos inmensamente y aprovecho ésta ocasión para destacarlo.

 

La sala de prensa posee amplitud suficiente para que todos desarrollen sus tareas. Quizás sería bueno agregar computadoras, porque no todos tienen notebooks y por momentos se congestiona el uso de las PC´s.

 

Muy novedoso el cubo de LED, con desarrollo de imágenes al mejor estilo NBA, la visión de los tableros electrónicos también es de elogiable brillo y me sorprendió qué bien quedó el piso de la cancha. La pena es que el cubo de cuatro caras no quedará en el estadio.

 

Un pedido de casi todos los colegas con los cuales hablé: que bajen la música, demasiado estridente. Complica el trabajo de radios y canales como ciertamente molesta hasta a los espectadores.

 

La fiesta inaugural

 

No estuvo mal. Sencilla. Rápida. Sinceramente, esperaba algo más vistoso. Reitero, no mal. Con pasajes atractivos y otros no tanto. Con puntos altos y bajos. Quizás fue muy promocionada y se había puesto una expectativa muy alta que no llegó a cumplir. No me deslumbró.

(*) Relator de LT 14 Radio General Urquiza AM 1260 de Paraná.-