Maran Suites & Towers

Apertura de AFA: Vélez quedó como escolta

Vélez Sársfield empató en 0 con Gimnasia y Esgrima La Plata, que así terminó colaborando para que su vecino Estudiantes retomara la soledad de la punta del torneo Apertura, a cuatro fechas del final. Boca Juniors, en el primer partido tras la salida de Claudio Borghi y con el debut de Roberto Pompei como técnico interino, derrotó por 2-1 a Arsenal. San Lorenzo y River provocaron bostezos. Racing amargado por Quilmes.

El encuentro correspondiente a la 15ª jornada se jugó en el estadio del Paseo del Bosque platense y los locales justificaron la paridad con un buen desempeño, sobre todo en el primer tiempo, ante un Vélez que no pudo hacer valer el poderío ofensivo de los dos máximos anotadores del campeonato: Juan Manuel Martínez y el uruguayo Santiago Silva, ex Gimnasia.

El “mens sana” valoró más el punto que Vélez, pero no solamente porque al menos sumó para su comprometida situación en la tabla de los promedios (está en Promoción) ante un gran rival, sino que también jugó un buen partido, el mejor de este interinato de Pablo Morant.

La continuidad del “Flaco” dependerá del resultado de las elecciones que se llevarán a cabo en Gimnasia el próximo sábado (se presentan cuatro listas).

En el arranque pareció ser todo del visitante, ya que a los tres minutos, Juan Manuel Martínez, uno de los goleadores del certamen, tuvo un mano a mano con el debutante Fernando Monetti (el capitán Gastón Sessa tuvo un desgarro en la zona lumbar durante el calentamiento previo) que resolvió muy bien el joven arquero.

Pero, poco a poco, Gimnasia fue haciendo pie en el medio de la mano de Luciano Aued, la figura del juego, y soltó amarras en pos del arco de Marcelo Barovero, que respondió con acierto ante el volante “tripero”.

En el segundo período, Gimnasia declinó un tanto en su andar y Vélez, con su potencia ofensiva, fue por un triunfo imprescindible para mantenerse en la cima junto a Estudiantes de La Plata.

Otro relevo como Ricardo Alvarez (la semana pasada le dio la victoria ante Lanús), quien reemplazó a Maximiliano Moralez (otra vez abandonó la cancha ante el cambio haciendo gestos contra el técnico Ricardo Gareca), estuvo a punto de transformarse en héroe en el quinto y último minuto de descuento otorgado por el árbitro Néstor Pitana, pero el rendidor lateral izquierdo Leandro Sapetti salvó sobre la línea de gol.

Fue lo último, no había tiempo para más, y entonces el público gimnasista se volcó al festejo por el punto obtenido ante un rival reconocidamente superior, aunque estos dos puntos que le escamotearon al elenco de Liniers, bien pueden darle el título a su archirrival, el “pincha” de la capital bonaerense.

Boca resucitó ante Arsenal

Boca Juniors, en el primer partido tras la salida de Claudio Borghi y con el debut de Roberto Pompei como técnico interino, se recuperó de la caída en el superclásico ante River Plate y derrotó por 2-1 a Arsenal.

El juvenil Sergio Araujo, a los 27 minutos del primer tiempo, en su primer gol en la máxima categoría, y Martín Palermo a los 30m. del segundo, marcaron los goles de Boca.

Lisandro López, a los 3 minutos de la etapa complementaria anotó el transitorio empate para la visita.

Con esta victoria, Boca, que hacía tres partidos que no ganaba ni convertía goles, suma 20 unidades, mientras que Arsenal quedó en el tercer lugar de la tabla de posiciones con 25 unidades y lejos en la pelea por el título.

Este es el segundo interinato de Roberto Pompei dirigiendo a Boca y al igual que en su debut derrotó a Arsenal, en aquella oportunidad en reemplazo de Abel Alves, el pasado Clausura, con goleada 4-0.

En la primera parte, Boca, pese al cambio de técnico, no mostró una mejor cara respecto de la era de Claudio Borghi, mientras que Arsenal, pese a tener tres delanteros, no inquietó en ningún momento a Javier García (Christian Lucchetti ayer estuvo en el banco).

Lo mejor del equipo “xeneize” llegó de la mano de Cristian Chávez, el reemplazante del lesionado Juan Román Riquelme, quien cuando encontró los espacios y algún compañero que le devolviera la pelota “redonda” generó peligro.

Un clásico sin nada para el comentario

San Lorenzo y River Plate, de irregulares campañas en el Apertura, expusieron ayer su anemia futbolística en el deslucido empate sin goles celebrado en el Nuevo Gasómetro, ante 30 mil personas. El resultado conservó al equipo de Juan José López en zona de Promoción y le impidió alcanzar a Huracán, equipo del escalón superior en la tabla de los promedios, con una diferencia de dos puntos.

El conjunto dirigido por Ramón Díaz, con apenas un gol y sin triunfos en los últimos cuatro partidos, estuvo más cerca de la victoria pero no registró un acierto en ofensiva.

Después de la alegría por la victoria en el superclásico, River se conformó con un punto de visitante, condición en la que acumula siete partidos sin ganar. A pesar de disponer algunos jugadores con sus puestos cambiados, San Lorenzo jugó un primer tiempo aceptable, en el que tuvo la iniciativa pero le faltó lucidez en la zona de definición. Salvador Reynoso, número cinco clásico, trascendió por la banda derecha y Juan Carlos Menseguez -uno de los tres puntas del local- resolvió mal en ese mismo sector cada una de las posibilidades para desnivelar.

El centrodelantero Gonzalo Rovira, por empeño e inteligencia para pivotear, fue el más punzante del equipo dirigido por Ramón Díaz, pues Fabián Bordagaray -el tercer atacante- sólo obstaculizó la subida del lateral derecho Paulo Ferrari.

River, sin la tenencia de la pelota, logró sus llegadas más peligrosas al aprovechar las ventajas permanentes que entregó el marcador de punta derecho Sebastián Luna.

En una de ellas se produjo el corner del que derivó la jugada más clara para la visita, cuando Pablo Migliore, a los 22 minutos, le tapó un disparo a “quemarropa” al defensor Alexis Ferrero, quien sorprendió por el segundo palo. Poco después, también por una pelota detenida, San Lorenzo respondió con una volea de Guillermo Pereyra al palo izquierdo, en la ocasión más peligrosa de la parte inicial.

En el arranque del complemento, Menseguez ratificó que no tenía una buena tarde porque, tras combinar con Bordagaray, perdió el gol ante Juan Pablo Carrizo con un disparo desviado en el área.

Pese a que ninguno de los dos jugaba bien, al menos el equipo de Díaz mostraba mayor ambición ofensiva a partir de su presión en el campo adversario. A los 18 minutos, Juan Manuel Torres, recostado por la izquierda, apareció libre en el área, tras un desborde de Rovira, pero pagó su falta de oficio en la definición. Fue la última ocasión para San Lorenzo. River, por entonces, jugaba decididamente retrasado, sin ningún progreso en la cancha por la falta de comunicación entre sus mediocampistas y delanteros.

Racing no pudo con Quilmes

Racing y Quilmes empataron 1-1 en el Cilindro. La visita sorprendió con el gol de Cerro en el complemento, pero enseguida igualó Hauche. Los de Russo no supieron aprovechar la derrota de Newell’s para superarlo en la tabla anual y ubicarse en el quinto puesto que clasifica a la Libertadores.

Existen dos razones que sobresalen entre muchas razones menores por la cual Racing no pudo aprovechar su gran oportunidad de meterse en la zona de clasificación para la próxima edición de la Copa Libertadores. Una razón: Giovanni Moreno no apareció en todo su esplendor; en la noche de ayer tuvo muchos nubarrones el colombiano. Se mostró, como pocas veces, intermitente. Y la otra razón: el planteo táctico de Quilmes, un Quilmes que de la mano de Leonardo Madelón parece renovado y que no piensa darse por vencido.

El guión de esta película pronosticaba a Racing como el protagonista estelar y a Quilmes en el rol secundario. Sin embargo, nada de eso sucedió. Racing no pudo ganar la escena, mientras que Quilmes decidió salir a jugar de igual a igual. Incluso, en la primera parte hubo más acción en el campo de Racing que en el del visitante.

A Racing le pesó la responsabilidad de tener que ganar. Claramente. No pudo tener en sus pies el elemento principal de este juego, la pelota. Es que a su cerebro, Moreno, le costó encontrar su lugar. Arrancó por el medio. Pero ahí, Enzo Kalinski se lo devoró. Lo anticipó, una y otra vez. Recién después de la media hora inicial, el colombiano se movió a la derecha. Fue ahí donde comenzó a crear juego por el sector de Núñez. En definitiva, comenzó a ser el Gio que acapara elogios y que necesita Racing. Pero no tuvo socios.

Quilmes, decididamente, tuvo un plan: agazaparse bien atrás y salir velozmente de contra. Una contra que no pudo terminar de definir. Pudo abrir el marcador Francisco Cerro, pero en lugar de habilitar a Diego Torres prefirió hacer la personal y perdió contra el arquero Jorge De Olivera. Y tuvo otra más: Raymonda corrió más de cincuenta metros, tocó para Pablo Garnier y éste, sin decisión, no le pegó al arco y el centro a Raymonda le quedó muy atrás.

Los centros cruzados también complicaron y mucho a Racing. A los 20 minutos, Matías Cahais despejó uno picante de Diego Torres. Y a los 26, Marcos Cáceres salvó con lo justo ante la entrada solitaria de Pablo Frontini.

Es cierto: las situaciones de Racing fueron pocas pero resultaron ser las más peligrosas. Se destaca un remate violento de José Luis Fernández que se perdió por arriba del travesaño y un mano a mano de Hauche que increíblemente se fue rozando el palo izquierdo de un estático Hernán Galíndez.

Racing encaró el segundo tiempo con más determinación. Quilmes, en cambio, se retrasó unos metros y se quedó sin potencia física. Fernández lastimaba cada vez que desbordaba por la banda izquierda y la gente, con sus ruegos, hizo que Russo mandara a la cancha a Pablo Lugüercio. Pero…

Justo en la mitad de la segunda parte, a los 23, en la primera que tuvo, Quilmes silenció al Cilindro. Cerro entró al área y con un tiro cruzado dejó sin resistencia a De Olivera. Gol. Silencio. Y sorpresa.

Se venía la noche pero apareció Hauche. Y esta vez, el Demonio acertó: dejó en el camino a Galíndez y definió con un toque suave de zurda. Gol. Empate. Y alivio.

La gente de Racing empujó. Y el final contó con su parte más dramática y emotiva. Lo tuvo Racing: el palo le dijo no a Lugüercio. Lo tuvo Quilmes: Cerro, en una jugada calcada al gol, se lo perdió. Pudo ser para cualquiera de los dos. Fue empate. Un empate que generó distintas sensaciones.