Apertura de AFA: pareció que arreglaron
|Banfield y Boca igualaron sin goles en el sur del Gran Buenos Aires, en un encuentro correspondiente a la 18ª fecha del Apertura, donde el entrenador Julio César Falcioni fue ovacionado por el público local ante su inminente partida al club de La Ribera. El partido en sí no tenía mayor atractivo que ver la reacción de los simpatizantes de Banfield hacia su técnico. Olimpo pudo festejar de forastero. Quilmes se aprovechó de San Lorenzo. Lanús le ganó a Argentinos.
Pero antes del comienzo del juego, los hinchas dieron su veredicto al regalarle una ovación a Falcioni y en el entretiempo lo ratificaron con numerosas banderas blancas con letras negras con las leyendas “Eterno Julio César”, “Falcioni Eterno” y “Sos Nuestro Emperador”, entre otras, en la tribuna lateral (Mouriño).
Así los simpatizantes parecieron decirle adiós a Falcioni, que es el principal candidato para dirigir a Boca en el próximo certamen.
Justamente los dirigentes boquenses decidieron no ir al palco que le dan a los directivos visitantes para evitar contacto con la autoridades banfileñas. De esa manera quedó claro que en el sur hubo en juego más que tres puntos. Y en lo futbolístico, Boca fue mucho más y mereció quedarse con la victoria. Los primeros 20 minutos mostraron un claro predominio de Boca, ya que asumió el protagonismo, manejó los ritmos del juego y dispuso de las mejores situaciones.
Los principales argumentos futbolísticos que expuso el equipo de Roberto Pompei para llevar a cabo eso, fueron la solidez defensiva, la presión en la mitad de la cancha (buenos trabajos de Cristian Erbes y Gary Medel) y la velocidad en ataque. Banfield, sorprendido por la actitud de su adversario, tardó unos minutos en acomodarse en el campo de juego (flojo Ariel Rosada) y recién a los 10m. llegó al área de Javier García con un remate de Facundo Ferreira que dio en la mano de Juan Manuel Insaurralde. Claro penal que Carlos Maglio no sancionó.
Así quedó sellado el empate sin goles. Boca llegó a los 24 puntos y Banfield, que no gana desde hace seis fechas, alcanzó las 20.
Primera alegría de Olimpo afuera
Olimpo de Bahía Blanca alcanzó su primer triunfo en condición de visitante en el torneo Apertura de primera división, al derrotar por 1-0 a Newell‘s, en Rosario.
El marcador lateral, Cristian Villanueva, a los 38m. del primer tiempo, definió el pleito de la 18ª fecha del campeonato, después de un desborde de Diego Galván, por el costado derecho. Con este resultado, Olimpo llegó a los 18 puntos en la clasificación y ahora ostenta un coeficiente de 1,000, que todavía no le permite abandonar la zona de descenso directo. Por su lado, Newell‘s se quedó con 26 unidades.
El técnico visitante Omar De Felippe planificó jugar el partido más adelante en el campo de juego: ordenó un esquema táctico 4-3-1-2, con desenganches permanentes de Galván y Juan Pablo Schefer, por ambos costados.
De esta manera, el elenco bahiense, a los 6m., tuvo su primera chance con un remate de Martín Rolle que salió alto. Y sobre los 9m., Schefer metió un disparo bajo que Sebastián Peratta tapó y mandó al corner. El elenco del Parque de la Independencia (hoy dirigido por Marcelo Grioni, debido a que el principal, Roberto Sensini, debió ser internado por trastornos vesiculares) contestó después de los 15m., cuando llegó con cabezazos desviados de Alayes y Estigarribia. Sin embargo, a los 39m., Galván escapó por derecha y mandó un centro bajo que fue conectado por Villanueva, quien aprovechó un descuido de Luciano Vella y se animó a probar un tiro que ingresó por el poste izquierdo de un sorprendido Peratta.
Quilmes se aprovechó de un San Lorenzo sin brújula
Quilmes tiene en su cabeza una idea definida de cómo ir en busca de esos puntos que le permitan la permanencia en el fútbol grande. Sabe de tormentas y limitaciones, pero no esconde nada y por el contrario expone otros elementos para que el camino sea claro. Con empuje, orden, y algo de fútbol en la noche del Sur venció a un tímido San Lorenzo que sólo espera el fin de año y sus elecciones de mañana.
La idea de esperar para luego saber ir le salió bien a Quilmes. De hecho, en ese primer tiempo sacó la diferencia en el gol y en el desarrollo a partir de su actitud y estrategia. Jugar para llegar hasta el arco en tres toques, jugar a cortar el circuito de Leandro Romagnoli y recuperar toda pelota que pasara cerca de Juan Manuel Torres. Con Pablo Garnier y Enzo Kalinski se generó una sociedad para empujar a un equipo con un objetivo claro: ganar, sumar, escapar a esa zona de descenso que siempre supone una presión difícil de controlar.
La distancia entre unos y otros, entre el San Lorenzo de Ramón Díaz y el Quilmes de Leonardo Madelón también quedó al desnudo en la seguridad. En defensa, y también en ataque. Porque el local, con delanteros que nunca dan por perdida una pelota supo cómo lastimar. Primero con Santiago Raymonda, quien no pudo capturar un centro en el área chica. Pero, en la segunda llegada clara, Juan José Morales ingresó por la derecha y remató para vencer la floja respuesta de Pablo Migliore -el balón le pasó por debajo del cuerpo-. Así, con el 1 a 0 se hizo un poco más sencillo para Quilmes, quien pudo estirar la diferencia -más allá de la doble acción de Gonzalo Rovira que primero probó de afuera y luego, con un cabezazo, pudo igualar el marcador- de no ser por la mala puntería. Lo tuvo Garnier y otra vez Morales.
La exposición de San Lorenzo en este partido es un poco el resumen de lo que fue este torneo para el conjunto que conduce Ramón Díaz. Sin brújula, con flaquezas en todas las líneas y por momentos desbordado por el carácter -porque Quilmes es eso y no es poco a esta altura- de un rival que empieza a maquillar esa pálida imagen del comienzo de temporada. Desafía lo que antes era utopía, De los últimos cinco partidos disputados ganó tres, empató uno y perdió la semana pasada ante Boca: 10 de 15 en juego, nada mal para un equipo que busca zafar del descenso.
La confianza, en el fútbol, es un motor capaz de aumentar virtudes y disimular defectos. Este caso, puntualmente, es un poco de todo eso. Porque el plantel de Quilmes es el mismo que no pudo jugar con público -ante Godoy Cruz- porque sus barras habían apretado a los jugadores. Y ahora sale a pura emoción pese al penal errado por Morales. Y con los conceptos más claros y libres de tanta presión con Madelón ahora le permiten ganarle con claridad a un San Lorenzo con la cabeza en otra cosa.
Se notó que no tenían presión
El último campeón del fútbol argentino cayó derrotado en su casa ante el “Granate”. El encuentro fue entretenido y contó con muchas llegadas. Ninguno de los dos conjutos pelea por nada en este final del torneo.
Sin presiones ni obligaciones, tanto Argentinos Juniors como Lanús aprovecharon el partido para calentar motores de cara al próximo semestre, en el que el conjunto de La Paternal volverá a jugar la Copa Libertadores.
Y las grandes diferencias, partieron desde la estrategia, porque mientras que el último campeón priorizó la prolijidad en el mediocampo, a partir del manejo de Ortigoza, Lanús fue más práctica y contundente, especialmente por la dupla conformada por Romero y Castillejos.
En el arranque mismo del partido, Lanús sorprendió a su rival, porque a los quince minutos, los dirigidos por Gabriel Schurrer ya estaban dos a cero arriba en el marcador.
Primero, a los 9 minutos, Romero quedó mano a mano con Navarro, y el rebote del balón en el arquero encontró bien ubicado a Gonzalo Castillejos, para empujar la pelota al fondo del arco y así poner el 1 a 0.
Y 6 minutos después, otra gran acción de Silvio Romero, ahora por el sector izquierdo, Castillejos abandonó su marca y apareció como un fantasma dentro del área, para anticiparse a todos y colocar el segundo tanto para Lanús.
Al último campeón le costó reaccionar, los goles le cayeron como baldazos de agua fría, pero de a poco, en base a los movimientos de Ortigoza, siempre bien auxiliado por Mercier, nacieron las situaciones de peligro frente al arco de Caranta, que respondió con seguridad.
En la última parte del primer tiempo, Caranta tuvo tres atajadas importantes, ante Blandi, Ciro Ruis y Mercier, mientras que también hubo un cabezazo de Franco Niell que se fue cerquita del palo derecho del arco de Lanús.
Hasta que a los 42 minutos, Nicolás Blandi concretó una gran maniobra individual, que terminó con el descuento de Argentinos Juniors, aunque la pelota dio en el poste y por último, en la espalda del arquero, en lo que se convirtió, involuntariamente, en un gol en contra de Mauricio Caranta.
En el segundo tiempo, Argentinos Juniors puso toda la carne en el asador, con la ambición concreta de poder dar vuelta la historia, y entonces concentró sus energías en los movimientos ofensivos, lo que le abrió a Lanús el camino para el contraataque.
El local tuvo un par de situaciones de peligro, especialmente por las diagonales de Niell, pero el local chocó contra la seguridad de Mauricio Caranta, quien más allá de la anécdota del gol en contra, tuvo una noche positiva, igual que el goleador Castillejos. Los dos fueron responsables directos de la victoria de Lanús en La Paternal.