Maran Suites & Towers

Apertura de AFA: Estudiantes se aprovechó de un pálido Boca

Estudiantes de La Plata acentuó las dudas de un Boca impredecible, ganándole por 1 a 0. Colón se aprovechó de la falta de ideas de San Lorenzo y lo derrotó por 2 a 0 en Santa Fe. Lanús se impuso por la mínima a All Boys. Lo mismo Argentino Juniors ante Banfield. Pocos goles en la jornada sabatina por la 8ª fecha del Apertura de Primera.

El Pincha golpeó en su primer ataque del partido. Enzo Pérez abrió para Marcos Rojo por la izquierda, quien al recibir cerca del vértice del área sacó un terrible zurdazo que se fue a clavar contra el ángulo más lejano del arco de Lucchetti. Golazo del equipo de Sabella. Boca sintió el impacto, perdió la batalla en la mitad de la cancha y el local estuvo cerca del segundo tras una pésima salida del ex arquero de Banfield.

Tras el impacto del gol inicial, sin brillar, Estudiantes manejó el partido con sapiencia, gracias al buen aporte de Verón y Pérez, y no pasó ni un sofocón ante un equipo apático, desganado y que parecía jugar por nada. ¿Sabían los jugadores de Boca que enfrentaban a uno de los candidatos al título?  No hubo juego, ni rebeldía y esos primeros 45 minutos del equipo de Borghi fueron de lo peor de la temporada.

En el complemento Boca se plantó unos metros más arriba, tuvo más control de la pelota porque Viatri también bajó a volantear, pero carecía de ideas como para alterar la paz del León, que por ese entonces apostaba a acertar una contra.

La paciencia de Borghi ante esa falta de chispa duró 14 minutos, cuando se decidió a sacar a Escudero y Chávez, ambos de flojísimo nivel, por Cañete y Gaona Lugo.  Pero nada cambió, el trámite siguió siendo muy pobre, pero toda la obligación era del visitante porque Estudiantes ya tenía su ventaja. Así, las culpas recayeron sobre el cuadro del Bichi, que tuvo como única aproximación un cabezazo de Palermo que murió sobre el techo del arco.

Demasiado poco para Boca, que volverá a convivir con los fantasmas que en algún momento creyó alejados. Felicidad para Estudiantes que si vence en la semana a Gimnasia en el clásico, tomará el liderazgo del Apertura.

San Lorenzo resignó su invicto y la punta en Santa Fe

El Ciclón mostró pocas ideas y cayó por 2-0 ante Colón, que ganó en el Cementerio tras cinco meses y espera por la asunción de Gamboa. Damián Díaz (PT 35m) y Joaquín Larrivey (ST 46m) hicieron los goles. El equipo de Ramón Díaz apostó por un planteo cauteloso, no supo revertir la desventaja y quedó a dos unidades de Vélez.

San Lorenzo perdió por 2-0 ante Colón de Santa Fe como visitante y cedió dos de los tesoros más valiosos que tenía: el invicto y la condición de líder del Torneo Apertura. Preso de su propia falta de profundidad, el Ciclón no supo levantarse del golpe inicial y expuso todas sus carencias ante un rival que no ganaba como local desde abril. El Sabalero fue dirigido interinamente por Mario Sciacqua y el lunes asumirá Fernando Gamboa, el reemplazante de Antonio Mohamed.

En su primer viaje de larga distancia, Ramón Díaz decidió reforzar la zona media de su Falcon y construyó un embudo de volantes. Rivero, Chaco y Aureliano Torres, Pereyra y Placente compusieron una línea de cinco, mientras que Romagnoli se movió libremente para tratar de encontrar a Balsas. Aun con su cautelosa fórmula, San Lorenzo arrancó mejor que su rival y encontró huecos para atacar por la franja derecha, donde el Burrito y el Pipi tejieron interesantes paredes. Pero la leve hegemonía del Ciclón no se tradujo en chances concretas de gol. Apenas se forzaron algunas jugadas de pelota detenida.

Por su parte, Colón dependió de la inspiración de Higuaín, intermitente pero desequilibrante. Precisamente, el Pipita fue el encargado de conducir uno de los escasos ataques colectivos del primer tiempo. A los 35, el ex River abrió a la derecha para Curuchet, que desbordó y le devolvió la gentileza con un centro que Higuaín pudo conectar en el área. Albil tapó ese remate pero el rebote le quedó a Damián Díaz, quien se perfiló para su derecha y abrió el marcador con un tiro inapelable. Poco después, Aureliano Torres convirtió el empate, aunque el línea lo invalidó por un inexistente offside del solitario Balsas.

En el complemento, San Lorenzo debió tomar riesgos y adelantó sus líneas. Obviamente, dejó espacios atrás y Colón pudo haber ampliado la ventaja con un par de contragolpes de Díaz e Higuaín. Ramón retocó su sistema inicial y reemplazó al Chaco Torres por Menseguez, quien se paró de wing izquierdo. El Ciclón careció de ideas, pero fue hacia adelante. Sin embargo, todos sus bocetos ofensivos fueron centros que ni siquiera pasaron cerca de la cabeza de Balsas.

Mientras su rival lamentaba su impotencia, Colón no dejó de relamerse con el segundo. A los 19, Curuchet tomó la pelota tras un error de Herner y la mandó a las nubes. Y a los 24, Díaz se lo perdió frente a Albil. Lo que resultó insólito fue el cambio de Ricardo Gómez por Higuaín. En tanto, Díaz amplió el menú de ataque con Bordagaray, quien en su primera intervención exigió al arquero con un cabezazo. Si bien tuvo la iniciativa, el Ciclón inquietó muy poco y desnudó la falta de elaboración antes disimulada por el oportunismo. Y en el primer minuto de descuento, Joaquín Larrivey le sacó jugo a un mal despeje de Bottinelli y puso el 2-0 final.

El pitazo final de Laverni selló el merecido triunfo del Sabalero, que se regaló una alegría antes de la llegada de Gamboa. En cambio, San Lorenzo descubrió que no siempre encontrará soluciones en la pelota parada, ni tampoco le alcanzará con su amor propio. Para pelear el título hasta el final, deberá aceitar su circuito de fútbol y potenciar su espíritu ofensivo. El Falcon azulgrana volvió averiado de Santa Fe y necesitará una reparación para seguir el camino hacia la gloria.

Día de respiro “Granate”

No le sobró nada a Lanús, pero sí supo fundamentar los tres puntos que sumó en el Sur con un 1-0 escueto sobre All Boys. Le bastó para levantarse después de sufrir dos duras caídas (1-4 con Godoy Cruz y 0-4 con Racing), y para engrosar la cosecha para el objetivo principal que tiene el granate en este semestre, que es conseguir un lugar en la próxima Copa Libertadores.

El DT Luis Zubeldía tuvo que cambiar mucho, entre bajas por suspensiones (Pelletieri y Lugo) y lesiones (Regueiro y Salcedo). A pesar de las ausencias, Lanús no alteró su intención de jugar prolijo y al pie. All Boys también buscó apostar por un estilo similar, pero el equipo del Sur mostró mayor oficio y experiencia, y esa pizca de contundencia de la que careció su rival; para los de Floresta quedó claro que no alcanza con las buenas intenciones.

Entre Romero y Castillejos fallaron las mejores ocasiones para Lanús, pero el premio llegó cuando Hoyos empujó la pelota a la red, tras un par de cabezazos en el área visitante. El granate sostuvo la diferencia con la jerarquía de Sebastián Blanco, pero le faltó liquidarlo, más allá de un toque de Romero en el travesaño. All Boys se animó en la segunda parte, pero sólo se acercó en el final, con una salvada de Marchesín ante Matos y un remate alto de Grazzini. Para entonces, Lanús ya había acumulado más méritos en la balanza de la justicia.

Lanús obtuvo su primera victoria del campeonato como local; la primera en la Fortaleza desde el 3-2 a San Lorenzo en la 18ª fecha del Clausura. El Albo sigue sin ganar fuera de Floresta, con apenas un empate en cuatro encuentros.

Argentinos le puso un freno a las penurias

Tardó, pero llegó. Se tomó su tiempo. El suspiro del final y el abrazo entre los jugadores de Argentinos sirven para documentar la descompresión que significó la victoria ante Banfield. De la alegría por el torneo pasado a un presente sombrío, con un DT cuestionado y en la cuerda floja. Pasaron nueve partidos (siete del Apertura y dos por la Sudamericana) y la paciencia de los hinchas estaba agotada. El tenue murmullo de las primeras fechas dio paso a airados reclamos solicitando cambios urgentes. Sobre todo, para Pedro Troglio, que sin duda fue el que más festejó. Al menos, interiormente porque, a priori, sabía y sabe que sus horas en la Paternal comenzaban a extinguirse.

La falta de resultados positivos y el lastre de un semestre exitoso de la mano de Claudio Borghi parecen demasiado para un equipo que sigue muy lejos del que supo ser. Argentinos es hoy un equipo tan contradictorio como predecible. No contar con Néstor Ortigoza lleva a pensar que le falta su as de espadas. Pero en la fecha pasada (empate 2-2 ante Quilmes), el volante nunca pudo anidar los hilos de su equipo y salió por lesión. A pesar de eso, se lo extraña cada vez que no juega.

Del otro lado, Banfield (llevaba diez partidos sin perder) no se salió de su libreto. Ordenado y meticuloso, le cedió el balón al local. Pero de la exhibición colectiva y los cuatro mazazos que le propinó a Independiente hace apenas seis días, pasó a un equipo con poco apetito por ganar. O eso aparentó. Erviti, su principal carta creativa, deambuló por la cancha. Y ahí radicó la falta de explosión del Taladro de tres cuartos de cancha para adelante. El poco peso ofensivo de Ramírez y Zelaya evidenció aún más el síntoma que Falcioni jamás supo resolver.

Sólo una jugada individual podía salvar a un mediocre partido de la agonía a la que estaba condenado. Sólo un arresto personal podía evitar un 0-0 inquebrantable. Y fue Franco Niell el único que lo entendió. Pero demoró casi ochenta minutos en descifrar semejante acertijo. Tras un pase al vacío de Ciro Rius, Niell, a puro vértigo ingresando por la izquierda, dejó solo al uruguayo Vargas, quien definió a un costado de Bologna para decretar el 1-0 definitivo. Tan sólo una jugada aislada salvó al encuentro. Tan sólo una jugada que, por ahora, le permite a Troglio respirar… por una semana más.