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Ante la condena a Escobar Gaviría, la Iglesia de Paraná repudia los abusos

El Arzobispado de Paraná rechazó enérgicamente el delito cometido por el presbítero Juan Diego Escobar Gaviria, condenado por la justicia a 25 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores. A través de un comunicado, la Iglesia paranaense expresó vergüenza y dolor por “cada vez que uno de nuestros sacerdotes es acusado de perpetrarlo”.

 

Al conocerse la sentencia contra el presbítero Juan Diego Escobar Gaviria, condenado a 25 años de prisión por el delito de abuso sexual y corrupción de menores, el arzobispado de Paraná envió un comunicado en el que manifiesta un enérgico rechazo a este “grave delito” y expresa vergüenza y dolor por “cada vez que uno de nuestros sacerdotes es acusado de perpetrarlo”. Además, acerca su pedido de perdón “por el dolor que situaciones como ésta causan al Pueblo de Dios y a toda la sociedad humana”.

 

“Más allá del ulterior resultado de otras instancias del proceso que hoy está transcurriendo, renovamos nuestra disposición a colaborar en cuanto nos sea posible con la justicia en el esclarecimiento de los hechos y en la sanación de las heridas provocadas, así como en un cuidado siempre mayor sobre la calidad de nuestros ambientes, en bien sobre todo de las personas más vulnerables”, asegura el comunicado.

 

Comunicado del Arzobispado de Paraná

 

“Con la sentencia en primera instancia contra el P. Juan Diego Escobar Gaviria dada a conocer en el día de hoy, la Iglesia en Paraná enfrenta un hecho muy doloroso: la condena de un ministro por uno de los delitos que, con justicia, sacuden la conciencia humana.

 

Rechazamos con energía este grave delito, y nos llenamos de vergüenza y de dolor cada vez que uno de nuestros sacerdotes es acusado de perpetrarlo.

 

Pedimos humildemente perdón por el dolor que situaciones como ésta causan al Pueblo de Dios y a toda la sociedad humana. Al mismo tiempo, y más allá del ulterior resultado de otras instancias del proceso que hoy está transcurriendo, renovamos nuestra disposición a colaborar en cuanto nos sea posible con la justicia en el esclarecimiento de los hechos y en la sanación de las heridas provocadas, así como en un cuidado siempre mayor sobre la calidad de nuestros ambientes, en bien sobre todo de las personas más vulnerables.

 

Que la misericordia de Dios, única capaz de restaurar las heridas y de brindar siempre un horizonte de esperanza, nos inspire para poder ser instrumentos de purificación y reconciliación en medio las dificultades que hoy padecemos”.