Amenazas a la familia Di María en Rosario: imputaron a dos barras de Newell’s
|Seis meses después de que el futbolista Ángel Di María sufriera amenazas, la Justicia imputó a Alejandro Nicolás “Rengo” Ficcadenti y Sergio Gabriel “Bebe” Di Vanni, señalados como los responsables de dejar una cabeza de cerdo con una bala incrustada en la inmobiliaria de la hermana del jugador. El hecho ocurrió el 25 de marzo, al mismo tiempo que un ataque frente al country donde reside la familia de Di María, aunque este episodio fue revelado por el futbolista mucho tiempo después.
El fiscal Pablo Socca apuntó a Ficcadenti y Di Vanni como los autores de un intento de intimidación que involucró dos incidentes. El primer acto tuvo lugar cerca del country Funes Hills Miraflores, donde familiares del jugador residen. Desde un vehículo, realizaron disparos al aire y dejaron una nota advirtiendo a Di María que no debía regresar a Rosario. Este ataque fue el que se difundió en los días posteriores, cuando incluso se especulaba sobre su posible retorno a Rosario Central.
Horas después, se produjo la segunda amenaza. Un cadete entregó en la inmobiliaria de la hermana de Di María una caja que contenía la cabeza de cerdo y una bala junto a un mensaje intimidante. La nota mencionaba a Pía, la hija del futbolista, advirtiendo que si Di María volvía, “la próxima cabeza sería la de la niña”. Este episodio fue revelado por el propio jugador en una entrevista en julio.
“Hubo una amenaza en el barrio de mis papás. Que salió en todos lados, y simultáneamente hubo otra amenaza en la inmobiliaria de mi hermana que no salió a la luz porque mi hermana y mi cuñado se asustaron y no denunciaron”, relató Di María en una entrevista con Canal 3 de Rosario. Añadió: “Era una caja con una cabeza de chancho y una bala en la frente, y una nota que decía que, si yo volvía a Central, la próxima cabeza era la de mi hija”. Además, en la nota se mencionaba a Bullrich y Pullaro, pidiendo que abandonen la ciudad.
La interna de la barra de Newell’s y el mensaje de WhatsApp
El fiscal Socca explicó que Ficcadenti, presunto instigador, tenía dos objetivos principales: impedir el regreso de Di María a Rosario Central y posicionarse como el nuevo líder de la barra brava de Newell’s, con el respaldo de Ariel “Guille” Cantero, líder de la banda narco Los Monos. Di Vanni, en cambio, fue señalado como el encargado de planear las intimidaciones y redactar las notas que fueron halladas tanto en el country como en la inmobiliaria.
Debido a que la amenaza con la cabeza de cerdo no había sido denunciada en su momento, el fiscal Socca intervino de oficio tras la revelación hecha por Di María a los medios. La investigación permitió vincular a Ficcadenti y Di Vanni con los atentados.
Ambos están acusados de “amenazas coactivas calificadas” con el objetivo de obtener algún tipo de beneficio o acción por parte de un miembro de los poderes públicos.
En una audiencia, el fiscal presentó como prueba mensajes de WhatsApp en los que Ficcadenti se atribuía las amenazas. En uno de esos mensajes, enviado el 15 de julio, decía: “Gracias a mí no viene Fideo”. La investigación sugiere que Ficcadenti pretendía desestabilizar la actual dirigencia de la barra de Newell’s, encabezada por un líder vinculado a Los Monos que actualmente se encuentra detenido.
El juez Pablo Pinto dictó prisión preventiva para ambos imputados mientras continúa la investigación. La Fiscalía subrayó que estas amenazas forman parte de un contexto más amplio de violencia en Rosario, donde se han registrado múltiples tiroteos y homicidios ligados a disputas territoriales y venganzas, muchas veces orquestadas desde las cárceles por criminales de alto perfil.
Ficcadenti y Di Vanni fueron detenidos a fines de julio, antes de que Di María revelara el incidente de la cabeza de cerdo. En ese momento, los arrestos ocurrieron durante una serie de allanamientos realizados de madrugada, en los que también se confiscaron ocho teléfonos celulares y más de 18,5 millones de pesos.