Alerta: Pasajeros provenientes de Brasil bajan antes de la terminal santafesina y eluden el control sanitario

Una inquietante situación se vivió este miércoles en la capital santafesina, más precisamente en la zona de Marcial Candioti y Av. Alem. En pleno auge de las disposiciones del gobierno provincial y nacional sobre el distanciamiento social y prevención del Covid-19, un colectivo de larga distancia con pasajeros provenientes del extranjero bajó a los ocupantes eludiendo así todo tipo de control sanitario. ¿No pasará lo mismo a lo largo y ancho del país? 

 

Según pudieron saber colegas de El Litoral, el bus viajaba desde el sur de Brasil. Alertado sobre la situación, personal del Cobem se acercó a pedir al contingente que tomaran medidas de auto-cuarentena.

Algunos de los pasajeros que dialogaron con este medio, afirmaron que la decisión de bajarse en esa esquina no fue de ellos y que su intención es realizar es aislamiento. En total, unas 60 personas descendieron de los distintos colectivos que llegaron al lugar durante la jornada de este miércoles.

Este no es el único bus que arribó a la capital santafesina. Durante la jornada del miércoles siete unidades de distintas empresas optaron por descarga su pasaje sobre Av. Alem. Esta práctica se realiza habitualmente para eludir el pago del canon en Terminal de Ómnibus.

El reporte de El Litoral nos exime de profundos comentarios, sin embargo, inevitable es reflexionar acerca de qué ocurre en el resto del país, en especial en nuestra propia ciudad sabiendo que son varias las agencias que trabajan de igual manera, eludiendo por razones organizativas (¿fiscales?) partidas o arribos desde la Terminal de Paraná.

Pero, sin ir más lejos, ¿hay en la misma estacion de micros capitalina o en el aeropuerto un control sanitario acérrimo, riguroso, 100 % eficiente? ¿Se tiene un registro de los choferes que provienen desde zonas conflictivas y se alojan en Paraná? ¿Y los propios conductores de nuestra ciudad que unen trayectos con áreas donde el dengue y el coronavirus han producido una devastadora crisis sanitaria? ¿Y del personal de ventanillas, o comercios del sector?

Son incontables las versiones diarias que se reflejan a través de Redes Sociales, sin embargo, pocas son clarificadas desde las esferas oficiales pertinentes.

Aún más… ¿Hay un control exhaustivo en torno a los taxistas, remiseros que trasladan turistas o viajantes residentes en nuestra ciudad, recién llegados desde distintos países o zonas donde el coronavirus está provocando estragos?

Seguramente, la respuesta no llegará con la precisión que amerita la coyuntura. Y no por mala voluntad, indisposición o improvisación, sino porque esta pandemia nos tomó mal parados a todos.

Sí; es tiempo de consciencia, de autoevaluación, de reflexión, de discernimiento. Esto en lo personal, pero creemos con firmeza que no estaría mal agudizar el resguardo, la prevención, la previsión. Es un buen momento para ajustar medidas en observancia a las complejidades que se van suscitando.

Quizás extremar rigor, acentuar la rigurosidad de los procedimientos no sea un acto “simpático”, pero un mayor control puede salvar miles, millones de vidas si se actúa a tiempo.