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Alberto Fernández: “El gobierno está haciendo mucho, pero las herramientas no alcanzan”

“Hacemos mucho, pero se siembra un desánimo impresionante, con prédicas muy dañinas”, expresó el presidente de la Nación, Alberto Fernández, quien acentuó que “es necesario repensar la estructura del sector alimentario. Tengo la impresión de que hay un sector del empresariado argentino que no tiene ningún criterio de solidaridad con la comunidad donde se desarrolla. Y esto es muy grave. Porque no es una burguesía nacional que ata su suerte al lugar donde se desarrolla. Siento que hay una parte de ese empresariado que está desacoplado. Expresiones como la de Federico Braun, indignan, molestan, dañan, son una expresión franca de lo que ellos hacen”.

El mandatario añadió: “Son empresas que han tenido resultados extraordinarios en los últimos años. Y que no necesitan subir los precios del modo que lo suben para ganar. Sin embargo, lo hacen. Ahí empieza la segunda discusión: qué hace el Estado para parar eso. Es una cosa muy compleja pararlo”.

“Es muy difícil fijar un precio único sobre un producto. Adicionalmente se han desatado los precios en todo el mundo por efecto de la guerra. Y lo que nosotros tendríamos que hacer es un llamado al conjunto social a hacer el esfuerzo de detener esto. Hay que buscar la manera de que todos nos comprometamos a implementar un mecanismo de excepción que nos permita sortear este momento”, consignó Alberto Fernández.

“Veo que el diálogo no funciona, pero los sistemas de fijación de precios tampoco funcionan. Las dos cosas son ciertas. En la Argentina hay dos presidentes que aplicaron la Ley de Abastecimiento: Perón y yo. He aplicado multas a diestra y siniestra, y no pararon los aumentos. El mecanismo tiene que ser buscar el consenso. Estamos en una guerra, ellos están ganando demasiado y eso le hace padecer a la gente. No pretendo que pierdan, pero pongamos un límite a su utilidad, vendiendo el producto a un precio acorde con que el consumidor final no pierda tanto”, reflexionó el presidente.

“El gobierno está haciendo mucho, pero las herramientas no alcanzan. Y además, seamos francos, los Precios Cuidados siguen funcionando hasta el día de hoy. Pero hay un problema estructural en Argentina, que se ha desarrollado a lo largo de los años. No es una cuestión de hoy. Que en Argentina haya una gran empresa láctea, que concentra muchísimo el mercado lácteo, es la consecuencia de que hubo una época en que se cerraron 27 mil tambos en Argentina. El resultado es la concentración. Y que la leche se traslade irracionalmente cientos de kilómetros desde donde se produce, hasta donde se pasteuriza y luego hasta donde se consume, es irracional”, agregó Fernández.

“Estoy convencido de que si Argentina no cambia estructuralmente, este problema lo vamos a seguir repitiendo cíclicamente. Por esta cultura del individualismo y de la ganancia personal. Y si la oferta se restringe a pocos, quedamos en manos de ellos. Claro que es muy difícil hacer eso con dos años de pandemia y una guerra como la que se desató que afecta precisamente el mundo de los alimentos. Muy difícil. Yo, lo que siento es que tenemos que empezar a hacerlo . La Argentina tiene que repensar su estructura en materia alimentaria, así como en el tema de comercialización de cereales. Les doy un ejemplo: el gas en boca de pozo lo estamos pagando 3,40 u$s (el millon de btu), y en Estados Unidos está a 6,50. Eso es el resultado, en gran medida, de que esté YPF en manos del Estado. Una empresa testigo que te ordene el mercado no es algo menor”, advirtió.

“En materia alimenticia tenemos que hacer algo que nos permita de algún modo intervenir para ordenar estas cosas. No se trata de la Junta Nacional de Granos, sino de buscar más herramientas. En su momento, la alternativa Vicentin la descarté. En ese momento, dije lo descarto, porque era hacerle un favor a los acreedores, no a la Argentina. En el escenario actual, en el que la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe ha intervenido (pidió el expediente de la convocatoria y suspendió todo el proceso) y se podría dar la posibilidad de cramdown (propuesta de solución de la deuda hecha por los acreedores principales, en este caso el Banco Nación), yo dije estudiémoslo porque es posible. Lo que no es posible es esta lógica de ‘expropiemos empresas de cualquier modo’ porque después se paga lo que no corresponde. Y yo no quiero hacer eso”, meditó el mandatario.

“A Vicentin lo convierten en un problema ideológico. Y no es un problema ideológico, es un problema de oportunidad. Yo estoy convencido de que lo que nosotros tenemos que garantizar es terminar con estos oligopolios, monopolios, y cuando estos sistemas existen, como el caso de las 7 u 8 cerealeras que existen en Argentina, si el Estado tuviera una cerealera que exporta, tendríamos posibilidades de intervención en favor del mercado, en favor de los argentinos. Pero eso no hay que hacerlo de cualquier modo”, concluyó en diálogo con los colegas de Página 12.

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