ACTIER patrocina proyectos de investigación con fondos provinciales
|La Agencia de Ciencia, Tecnología e Innovación de Entre Ríos (Actier) apoyó proyectos de investigación a través del “Primer Programa de Fortalecimiento de la I+D y la Ciencia en la Sociedad”. Uno de ellos es el de “Evaluación de Alternativas de Rotación de Animales en Módulo Demostrativo de Feed-lot no contaminante”, a cargo la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Concepción del Uruguay.
Sebastián Vittone, médico veterinario profesional del Área de Producción Animal de la EEA INTA Concepción del Uruguay, es el responsable técnico del proyecto y explica la finalidad del mismo. “Con este proyecto buscamos convertir las desventajas en ventajas, utilizado las deyecciones animales como ‘fertilizante orgánico’ que permita realizar agricultura con cultivos de alto rendimiento, disminuyendo la producción de olores desagrables y mejorando el bienestar animal”, indicó.
El proyecto pretende obtener entre sus resultados una mayor diversificación de actividades de ingreso de pequeños y medianos agricultores, demandando mano de obra calificada, fortaleciendo la cadena de valor en carne vacuna y reduciendo los costos de fertilización de las actividades agrícolas.
Metodología propuesta por el proyecto
Según la explicación brindada desde la EEA del INTA Concepción del Uruguay, la metodología es hacer un “feed-lot móvil”, asignando una superficie entre 6 y 10 veces mayor a la utilizada en los feed-lots tradicionales, donde los animales se trasladan a una nueva parcela de tierra al terminar un ciclo de engorde para luego hacer un cultivo, aprovechando el abono que los animales dejan con sus deyecciones.
La propuesta está orientada a que sean los mismos animales los que distribuyan el estiércol en los campos en los cuales convive la ganadería con la agricultura. Por lo general, los establecimientos chicos no cuentan con sistemas de recolección y distribución del estiércol y con esta modalidad el productor podría hacer que sus animales fertilicen orgánicamente el suelo y aprovecharlo luego con la siembra” explicó Vittone, y agregó “más aún, reduciría las pérdidas, tanto productivas como sanitarias, ocasionadas por la generación de barro en los corrales y, además, disminuiría el costo de la agricultura asociado a los fertilizantes.”
Así, entre los beneficios encontramos que además de disminuir los olores desagradables al asignar una superficie mayor, cada animal dispone siempre de un lugar seco donde echarse; con el estiércol se puede lograr una fertilización compatible con cualquier tipo de cultivo agrícola de alto rendimiento, fundamentalmente en fertilización fosfórica, mineral de mayor carencia en los suelos vertisoles de Entre Ríos.
Sin lugar a dudas, la práctica del feed-lot en Argentina ha aportado una solución necesaria a la producción de carne, tanto en volumen como en calidad de producto, en pos de liberar tierras para otras actividades de mayor rentabilidad, como es el caso de la agricultura. Sin embargo, cuando en la instalación del feed-lot no han sido previstas una serie de pautas para el manejo de los efluentes, tiene como principal desventaja un impacto negativo sobre el medio ambiente, al igual que otras producciones intensivas con una alta dotación animal por unidad de superficie. Este efecto negativo se presenta como consecuencia del acumulo de grandes cantidades de estiércol y orina en una superficie reducida contaminando el suelo, el agua y el aire.
Para el caso de engorde a corral, se podrían definir dos tipos de contaminación: una de tipo real, tanto del suelo como de aguas superficiales y profundas; y otra de tipo social, relacionada fundamentalmente a la producción de olores desagradables y a la falta de bienestar animal que suponen los encierres a corral, para la población en general.
En los feed-lots que no cuentan con un correcto diseño de instalación, la producción de olores desagradables está asociada en gran parte a la generación de barro macerado con las eses. Esto es consecuencia de una “mala copia” de modelos de feed-lot americanos desarrollados para zonas áridas. En Argentina se copiaron e instalaron estos modelos en zonas con precipitaciones anuales por encima de 1000 milímetros, donde la producción en el barro, además de generar olores desagradables, afecta la ganancia de peso de los animales e incrementa el riesgo sanitario.
Por otro lado, los sistemas agrícolas actuales imponen la necesidad de utilizar cada vez más cantidad de fertilizantes para sostener altos rendimientos, ejerciendo también un efecto contaminante sobre el medio ambiente. Es por ello que, el desarrollo de nuevos sistemas de engorde intensivo adaptados a las condiciones climáticas y a las diversas escalas productivas de esta región es una necesidad.