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A lo Messi

DeCorey Young emuló a aquel carismático Jamaal Thomas, ganador de las Volcadas en Paraná. Sin embargo, no hubo imitación de “mate” con elasticidad, saltabilidad y potencia como el ex Echagüe. El norteamericano que juega en Instituto se vistió de Messi y logró un “dunk” memorable para los amantes del fútbol. Edu Villares no pudo con Espil. Y los Extranjeros jugaron mucho mejor que los Criollos. Fin para otra edición del Juego de las Estrellas. Córdoba vivió una fiesta notable.

Lástima que la noche recién empezaba: si no, tendrían que haber cerrado el Orfeo (y que el Juego de las Estrellas pasara para otro día). Después de dejar boquiabiertos a todos -del primer jugador al último espectador–, DeCorey Young mandó a medio mundo a repensar cómo se puede saltar de invitado desconocido a estrella mediática en un suspiro mágico: en esos segundos que le llevó vestirse con la “10” de Lionel Messi, poner la pelota en el piso, levantarla con una “bicicleta” digna del ídolo del Barcelona, tomarla en el aire y enterrarla.

Todo mientras dejaba sin respiración al estadio entero y se ganaba una calificación perfecta, para convertirse en el ganador del concurso de volcadas del Juego de las Estrellas.

Pero esa acción, explosiva y majestuosa, queda descolgada si uno desatiende el contexto: si uno no se percata que el extranjero juega la Liga Cordobesa en el puntero Instituto (es figura para que la Gloria lidere cómodamente el torneo) y entró casi por la ventana, invitado por la Asociación de Jugadores, organizadora del Juego. Por eso, después de sentarse en una escalinata y cansarse de firmarles autógrafos a los pibes de la cantera albirroja que habían ido a alentarlo (apenas largó el concurso, lo recibieron con una bandera con su nombre y papel picado), se fue feliz, aunque silbando bajito, mientras el juego de nacionales y extranjeros desandaba sus primeros minutos.

DeCorey, de gorrita roja y calzado con ojotas y medias, no paraba de reírse. “Messi es mi jugador favorito y me gusta mucho el fútbol, así que a la tarde, hablando por teléfono con un amigo de Houston, planeamos esta volcada, porque aquí aman a Messi”, le contaba a Mundo D el extranjero albirrojo que va seguido a ver fútbol y admira al arquero Jorge Carranza.

“Amo Argentina: el país, su gente, todo”, añadía el hombre que se robó el espectáculo y que juega por segundo año consecutivo la Liga Cordobesa, después de pasar por Pesca de Carlos Paz (para su “mudanza” a Alta Córdoba fue clave Mauro Felauto, el DT albirrojo que lo dirigió antes en el equipo serrano). “Quería disfrutar el Juego y tomarlo como una oportunidad para crecer y mostrarme”, agregó. Desde ayer, su nombre y sus fotos no paran de rebotar por todo el país basquetbolero.

Festejaron los extranjeros

Era, está claro, el momento clave de la noche, aunque costó bastante olvidarse de lo que un rato antes había hecho DeCorey Young. El partido entre Nacionales y Extranjeros, plato fuerte del Juego, arrancó con una demostración de explosividad y contundencia de los foráneos y terminó en fiesta, con show en ambos costados de la cancha.

Los extranjeros ganaron 68-51 y mucho tuvo que ver Kyle Lamonte, el escolta de Peñarol que se llevó el premio al MVP y mezcló jugadas bien tribuneras (mención aparte para sus zapatillas fucsias) con otras que demostraron que también podía jugar en serio. Lo mismo que Josh Pittmann y David Jackson, otros dos que se lucieron.

El ateniense Matías Lescano fue pieza clave en la ofensiva de los nacionales, que tuvieron en el cordobés Facundo Campazzo a uno de los jugadores que mostró mayor predisposición a continuar el show a pesar del claro dominio de los foráneos.

Además de la victoria de los foráneos por 68-51, y las consagraciones de Decorey Young en volcadas y Juan Espil en triples, la presencia del Power Team tomó un papel de relevancia con su notable show en los minutos, acompañando a Rosco y Lola, las tradicionales mascotas de la Asociación de Jugadores.

Imposible obviar que ante la presencia de más de ocho mil personas, la última jornada comenzó con la actuación del grupo musical Los Caligaris, que le puso ritmo a la noche cordobesa y a la brillante presentación de los jugadores, muy estilo NBA.

Fotos: Gentileza Marcelo Figueras y Ligate Una Foto.-