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A Echagüe lo mató la arrogancia: esclavo y amo de su soberbia

ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Nos habíamos propuesto silenciar la voz respecto a Echagüe y la Liga Argentina, pero una información enviada al e-mail de esta Redacción generó inquietud y revisión de nuestro criterio. Los de calle 25 de Mayo, de paupérrimo arranque en la 2ª División del Básquet Profesional de Argentina, acaban de ser condenados al descenso en el Oficial de la Asociación Paranaense. Sí… el histórico y siempre animador de la competencia local, con una formación muy joven, fue relegada a la B del certamen de cabotaje. ¿Tragedia? ¡No! Pero sí da para que en la señera institución se proceda a urgentes replanteos.

 

“La Liga es para el que puede…, no para el que quiere”; cita célebre irrefutable que continúa sin evaluarse antes de comprometerse a intervenir en una competencia que desde hace varios años, en sus distintos niveles, muestra en primeras fases estadios semivacíos y niveles técnicos cada vez más discretos.

Y Echagüe es una muestra cabal de la contradicción dirigencial argentina. Una administración mucho más ordenada que temporadas atrás, pero cristalizándose campañas con hondas fluctuaciones y más sinsabores que satisfacciones.

 

Más allá de algunas producciones con picos notoriamente irregulares, incluyendo algunas ilusiones deshechas en Playoffs, el fugaz y equivocado paso por Primera, volviendo tras una decisión de escritorio, trajo como resultante más decepciones y quedar en la última Liga al borde del descenso, lo que se evitó con otro dictamen extra-cancha.

Mientras, no se consiguió disfrutar la evolución de chicos reclutados como Ignacio Varisco (Ferro), Ramiro Rattero (Estudiantes Cdia.) y Juan Cruz Scacchi (Ciclista), o ni siquiera se consiguió ver el progreso consolidado de Ayán Núñez Carvalho luego de su paso por la NCAA (firmando con el Depo Viedma).

 

E inevitable meditar… Lisandro Ruiz Moreno, despreciado por Beltramo, hoy la rompe, la destroza en el Federal con Santa Paula.

Ni que hablar de la decisión del talentoso Jero Rosso en dejar de entrenar a las órdenes de Beltramo, quizás cansado de desencantos (o por qué no, de manoseos…).

 

Obvio… Hablamos de pasado próximo. Si no, la lista es larga de proyectos desperdiciados. O sin ir más lejos miren lo que logró Facundo Müller yéndose de Paraná, u hoy Ignacio Barsanti oficiando de asistente de Lucas Victoriano en Regatas Corrientes.

Echagüe corrigió el rumbo de manejos económicos discutidos, es veraz, pero tampoco pasó a ser el paradigma de la transparencia, y mucho menos de la coherencia. Los resultados están a la vista.

 

En cada arranque de proceso, con nuestras tres décadas de coberturas en Liga, Argentinos y sucesos internacionales, más las cuatro junto al básquet o dentro del basquetbol, aportamos visiones, criterios, dando sensibles argumentos, fundamentos irrefutables. Nadie se resiste al Archivo. No nos equivocamos. Acertamos TODO.

Primó la soberbia, la porfía, la terquedad y así se concluyó cada Torneo del Circuito Rentado con rotundas desilusiones y más delicado aun con un paralelo y progresivo desmembramiento interno, a partir de un “espejo” que confería distorsionada imagen al “Semillero”, Formativas, Juveniles y Primera Asociativas.

 

Hoy, el descenso en la Categoría Superior del certamen APB es un severo llamado de atención del cual se debe tomar la esencia.

Claro… si la lectura fuese inteligente. Basta solo rever cómo se terminó la última Liga, el armado para ésta, ¡sin descensos! y sin creer en lo que se tiene dentro del club o a lo largo y ancho de la ciudad, más las clarísimas señales aciagas de la pretemporada.

 

Basta con contemplar la cantidad de jugadores que supo tener el “Negro” de Escuela a U19 y cuántos tiene hoy. Algo malo se hizo… Algo malo se sigue haciendo a la hora de convertir en “prioritario” el básquet de Liga y menoscabar el cuidado, la protección de lo amateur, como de no priorizar formación-proyección.

Pequeño detalle… Daniel Beltramo, en su feudo, terminó jugando con solo 8 jugadores en la cuarta presentación fallida, y no otorgó entrada a los pibitos Franco Garimberti, Franco Bonell, Justo Seghezzo, Arik Levín y Emiliano Jatib, reiteramos, en una Liga SIN DESCENSOS (para muchos “de laboratorio”) y con Mayores que para nada han demostrado un carácter de insustituibles.

 

De hecho, en 4 jornadas, la gurisada casi no piso la cancha cuando se ha perdido por 24 y por 19 en dos juegos, y por diferencia promedio de 10 en los dos restantes, sostenemos, en una temporada donde hay MUCHO por explorar, por sentar bases con la discretísima formación que se preparó.

Ni siquiera pensando en la presencia de padres, familiares, amigos de los chicos en las gradas se optó por “mecharlos”, quedando sí al desnudo las carencias, las insuficiencias técnicas y hasta psicofísicas de los contratados que daría la sensación no estar cómodos con el DT cordobés.

 

¿Pero quieren otra muestra palpable e indiscutible? Miren el “Butta”. Casi vacío. Echagüe hace rato que no seduce y los únicos que van son los fieles, incondicionales y admirables hinchas que siempre estuvieron, están y estarán, sobre todo en las malas, con una fidelidad inoxidable.

No obstante, la paciencia tiene un límite. Aunque le damos la derecha a la dirigencia de Liga con el razonamiento sensato inherente a que si alguien quiere torcer el rumbo debe presentarse, postularse y ganar una elección para decidir qué caminos tomar de aquí en más. Aceptamos ese dogma, no obstante perpetuarse en liderazgos sin resultados óptimos y/o hasta provocando escisiones internas producto de la desaprensión, del desapego que hubo para con el básquet “no rentado”, lo concebimos como un golpe bajo contra todo aquel que desea acercarse y tributar su vocación de servicio desinteresada.

 

Por eso, la opinión contraria de socios, padres, simpatizantes, fanáticos que no generan una oposición constructiva, edificante, termina diluida en la incerteza al no participar activamente como alternativa seria, responsable en un proyecto de mediano o largo plazo.

La arrogancia dirigencial, la pedantería, el absolutismo solo conllevan cegueras inconducentes, por lo tanto destructivas. La falta de propuestas consistentes o el no hacer público -por los canales adecuados y de manera oportuna- el desvelo por el otro, provoca aquí el saldo funesto.

 

Los gurises de la Primera (2 U16,  un U17, 3 U18 y 3U20), y el coach Ari Thuot son solo víctimas en tan dolorosa pérdida de Categoría. No hay en estas líneas el más nimio espíritu de reconvención técnica para ellos.

Todo lo contrario. Seguro que a partir de este cachetazo, se consolidará un proceso de maduración para devolver al AEC a Primera A.

 

Hay materia prima y un técnico siempre dispuesto a trabajar con dedicación. Solo resta que surjan los líderes conductivos y que estos se atrevan a exigir las garantías imprescindibles en cuanto a que llegó la hora de reverdecer viejos laureles y se hará todo lo pertinente para recobrar la condición de referente que nunca debió haber perdido.

El descenso es el fruto de todo lo que se hizo mal, o lo que no se hizo en la última década desde afuera del rectángulo. No nos sorprende, pero nos entristece.

 

Quizás con este tocar fondo del básquet amateur, resurjan esfuerzos para conceder a la disciplina otro direccionamiento, y que de Escuelita a Primera se genere el cisma oportuno en pos de una transformación imprescindible.

El “Seguí Participando” de Liga en tan patéticas condiciones es un despropósito. Es hora que las metas sean más codiciosas o simplemente que el proseguir instalados en el profesionalismo implique un BENEFICIO y no un PERJUICIO como hasta ahora, incuestionablemente sucede.