Sionista necesita cambiar la cara
|Sionista no logra cambiar el rumbo. Hay individualidades que al parecer el verano les hizo mal y no consiguen mejorar el despliegue actitudinal, luciendo cansinos, agobiados, fastidiados consigo mismos y fastidiosos hacia el equipo. Obviamente, si lo singular no anda bien, menos podés esperar que mejore lo colectivo. Es un lapso de crisis que distintos teams de Svetliza SIEMPRE supieron superar. Cuatro reveses no causan drama, pero si obligan a repensar el futuro que es inmediato: Regatas de Corrientes.
En el marco de la 11ª fecha, 2ª fase, por Paraná pasó La Unión de Formosa y provocó el primer revés del 2010 en casa. Robinson tuvo la última bola para resolver y ganar pero la perdió increíblemente. Debutó Gary Buchanan y tuvo una presentación aprobable.
En el arranque los dos se dañaron con asiduidad pero fue la visita la que lastimó con mayor simpleza quebrando muy fácilmente una defensa muy Light que o permitía pasar inconcebiblemente casi sin obstrucción o incurría en faltas, las cuales eran aplicadas con celo por Ramallo y Castillo quienes en la otra zona no evidenciaban idéntica visión o criterio.
Así, Iglesias, Cequeira y Boston se cargaron demasiado rápido de fouls sucesivamente.
Salles dominaba ritmos y procedimientos ofensivos, acumulando puntos por similar vía de modo continuo, penetración y bandeja.
Jackson y Carnovale desde el perímetro y Osborne adentro cumplían igual misión corte -en éstos casos- diagonal tiro o descarga interna y gol o foul. Todo con muy escasa oposición.
El peor momento fue en los minutos finales del primer chico, cuando La Unión tomó brecha de 7 (20-27) y se fue al descanso con el estadio enmudecido.
Sionista lucía obnubilado, dormido y su acceso al gol dependía en exceso de lo que pudiese fabricar o corregir Robinson junto al cesto.
Algunos cambios, en especial la llegada de Fioretti, provocaron un revulsivo interesante que conllevó una recuperación de la consistencia defensiva y con mayor convicción así se concretó una merma de la hegemonía formoseña, la cual había escalado a los 10 puntos (22-32).
Un mejoramiento transitorio del ánimo de Zilli, algunos chispazos de Boston y Buchanan, como el crecimiento esperado de Hure revirtieron la historia para pasar a dominar el capítulo.
El pase a vestuarios fue abajo, 45 a 47, pero la etapa concluyó con superioridad paranaense (25-20). Era un buen síntoma.
Ya en el tercero se vio lo peor de ambos. Aunque lo mejorcito provino de manos entrerrianas. Los dos incrementaron el rigor, y los jueces, después de cobrar algunos contactos increíbles en el primer tiempo, pasaron a tragarse el pito y permitir especialmente el guapo, vigoroso, juego de La Unión.
La constante fue prestarse la pelota al perderse posesiones o al marrar seguido frente a los dos canastos, bajando los promedios estrepitosamente.
En esa mediocridad, ganó un tanto Sionista, de la mano de un más decidido y no tan quejoso Cequeira que pasó de querer resolver a que resuelvan sus compañeros con mayor astucia comandando varios contragolpes o penetrando y descargando con más asiduidad.
No pudo entre tanta vorágine destacarse una singularidad local, plasmándose un goleo repartido para el 16-11 con que finalizó la media hora de juego, pasando el anfitrión a liderar el trámite por 61 a 58 antes del cuarto de clausura.
Creímos que, como en tantas noches, la preparación física, el temperamento, el carácter de Sionista había hecho eclosión y se vendría un epílogo más accesible. Nos súper equivocamos…
El Centro se quedó sin gol y La Unión clavó un parcial de 9-0 para pasar arriba 61-67. Increíble. La poca gente no entendía que ocurría al ver el resultado, al ver caras y gestos de los dueños de casa.
Pero siempre Martínez tiene reservados unos ases y con dos bombas le devolvió el alma a sus compañeros, en especial con el “contagiado” Buchanan.
La definición fue atrapante. Hubo pequeñas escapaditas de los orientados por Picatto, con Glover anotando profundo y Salles completando una noche espectacular.
En el minuto final, con un rebote ofensivo, Buchanan estrechó a 1: 76-77. En la respuesta, Salles pierde la bola por doble dribling (pensamos que era falta sobre el base), con 41 segundos 8 décimas por jugar.
Venía dulce el paraguayo y se jugó la heroica con uno de esos tiros de Tres que si entra es héroe y si no es villano, pero realmente apostó muy temprano y a falta de 30 segundos marró.
Todo lo que no defendió en el partido lo hizo en el final Sionista y así Glover se vio maniatado y forzado a no poder ir hacia adentro. Probó de afuera en el límite de la posesión y falló, saliendo la pelota del campo. Minuto de Sionista. Van a reponer y minuto de Picatto.
Tras las deliberaciones en ambos bancos, saca Buchanan desde el centro, se la da a Junior, Cequeira a Javier quien amaga penetrar y habilita a Robinson con un pase tipo estilete, punzante, pero Chuckie no lo comprendió y se le fue la bola entre las manos para la desazón, tristeza y algo de bronca de todo el gimnasio.
Pérdida y partido para La Unión. Cuarta derrota consecutiva. Duele, pero no es para dramatizar, sí obliga a repensar. A trabajar especialmente en la motivación. Este grupo de jugadores profesionalmente están híper motivados. En Sionista se puede entrenar y jugar sin ningún tipo de dificultad que los aleje de ese rol. Por ende, psíquicamente no hay excusa alguna para -EN LO DEPORTIVO- justificar algunos bajones personales que están afectando el rinde colectivo.
Sioni está jugando muy por debajo de sus posibilidades y ya habrá tiempo para acentuar, una vez más, lo que creemos viene fallando o restando notoriamente. Por ahora, un adelanto… Lo de Buchanan es promisorio. Gustó. Con solo pocas horas de entrenamiento con sus nuevos compañeros, tiró síntomas interesantísimos. Hay bastante tela para cortar. Prometemos ampliación.