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Médico entrerriano en Haití

“Pobre Haití, pobre Haití?”. Son las palabras que repite sin parar Juan Boari, un joven cirujano argentino que se encuentra en aquel país atendiendo en el quirófano del hospital móvil.

HAITI SEIS

Juan tiene 33 años, es oriundo de Gualeguaychú y se alistó como integrante del Cuerpo de Paz de la ONU en Haití con el deseo de hacer una experiencia intensiva en accidentología. Después de seis meses con poco trabajo, le tocó vivir la terrible tragedia por la que están pasando los haitianos tras el terremoto.

“Jua está bien, está muy cansado, pero con mucha voluntad para poner todo su esfuerzo en ayudar a los haitianos que tanto lo necesitan en este momento”, dijo a lanacion.com Mario Boari, padre del joven médico.

Afortunadamente, la angustia para los Boari no fue muy larga: a la media hora de que ocurrió el terremoto, Juan se contactó con su novia para avisarle que estaba bien ya que donde él se encontraba no había pasado nada.

“Por supuesto que nos preocupamos todo el tiempo, incluso antes de que esto pasara”, dijo Mario. “Pero esto es lo que él eligió y, más allá de los miedos que como familia podamos tener, es una gran satisfacción saber que está ayudando de esa manera y haciendo lo que él siempre quiso hacer”, agregó con orgullo.

HAITI CUATRO

Juan nunca se imaginó que viviría un momento así. Desde que ocurrió la tragedia, trabaja 30 horas de corrido, duerme tres, y vuelve a trabajar. No para de llegar gente al quirófano y por el momento no han arribado muchos otros médicos para aliviarle el esfuerzo y, sobre todo, para apoyarlo en medio de tanta tristeza.

El joven estudió Medicina en la UBA y se recibió con un promedio superior a 9,7. Fue jefe de residentes en el hospital Ramos Mejía. Y, como buen gualeguaychuense, también es bailarín y animador de la comparsa Marí-Marí.

Su misión en Haití comenzó el pasado 27 de julio, en un contingente de 500 cascos azules. Su deseo era adquirir una experiencia intensa sobre accidentología y urgentología.HAITI CINCO

En 15 días se cumplen los seis meses del trabajo para el que él estaba asignado. Su familia está muy ansiosa esperando su regreso, pero por ahora no quieren presionarlo preguntándole si, teniendo en cuenta la situación, extenderá su estadía.

“Obviamente queremos que vuelva lo antes posible, pero él está con su mente enfocada en ayudar lo más posible a las víctimas del terremoto, y nosotros respetamos y valoramos mucho su trabajo”, explicó Mario.