La Normandina: lugar ideal para ver a las Estrellas
|El lanzamiento del XXII Juego de las Estrellas se llevará a cabo el día domingo 24 de enero, a las 12hs. en La Normandina Club de Mar, Roca y El Mar – Playa Grande, Mar del Plata. Un escenario de enorme jerarquía, acorde a la tradición de un show basquetbolístico extraordinario.
La Normandina, una de sus más emblemáticas construcciones, abandonada durante décadas, fue recuperada por el estudio local Mariani—Pérez Maraviglia. Los arquitectos la pusieron en valor respetando completamente su morfología arquitectónica. Y, lo interesante es que reforzaron su relación con el mar agregándole aventanamientos y eliminando columnas.
Inscripto en la vertiente arquitectónica del Modernismo, este edificio se había inaugurado en 1938 como “Normandie”, cuando aún estaba en pie la vieja Rambla de madera Bristol. En su esplendor albergó al restaurante homónimo y a la mítica Confitería París, lugares elegidos por la alta sociedad de la época para celebrar sus descomunales banquetes, con tangos y fox trot.
Años después, el edificio fue la sede del Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero y albergó al Instituto Oceanográfico, hasta que el INIDEP se mudó a la escollera Norte y el Normandie quedó abandonado.
El predio, que conforma el extremo norte del conjunto urbanístico de Playa Grande y está incluido en el Patrimonio Arquitectónico de la municipalidad de General Pueyrredón, fue perdiendo su original esplendor para finalmente convertirse en un sitio carcomido por el agua y las sales marinas.
Para los arquitectos, la fuerte presencia visual y simbólica de esta construcción (líneas limpias que insinúan la forma de un buque, con sus barandas y sus líneas de proa y popa incluidas), arraigada en la memoria colectiva, supuso un fuerte compromiso profesional ante la puesta en valor del edificio. Sobre todo, porque presentaba riesgo de colapso estructural y un alto deterioro en su morfología arquitectónica. “Un deterioro ocasionado por las sucesivas intervenciones, que ignoraron los conceptos compositivos del edificio original”, apunta uno de los arquitectos, Carlos Mariani.
Desafío estructural
La reparación de la estructura culminó en su sustitución total por otra de alta prestación. “Esta decisión permitió fundar correctamente el edificio en cotas inferiores a los cinco metros con respecto al nivel de la arena”, cuentan los proyectistas. Para eso utilizaron camisas de metal y un sistema de refulado para desalojar arena y agua. Una vez alcanzado el lecho rocoso, se llenaron de hormigón conformando pilotes. Paralelamente, se empleó un sistema de postesado en las vigas para alcanzar mayores luces, que redujo el número de columnas. “Conseguimos así emular el sentido de estar como en el mar, una percepción acorde con el origen naviero del edificio”.
Por otro lado, el proyecto buscó consolidar el acervo histórico del sitio, afianzar su identidad, devolviéndole un hito de fuerte carga simbólica. “Tratamos al edificio con equilibrio, lo intervinimos sin desnaturalizar sus características tipológico—formales”, dicen cen los autores. Para eso, respetaron las escalas, la articulación volumétrica, los ritmos de fachadas y su relación de llenos y vacíos. La intervención se pone de manifiesto a través de un lenguaje que no se refugia en nostalgias historicistas que puedan borronear las diferencias entre el pasado y lo contemporáneo.
Ajustados a esta premisa proyectual, los arquitectos conservaron la morfología original, subrayando la presencia de lo nuevo con importantes aventanamientos de aluminio y vidrio que permiten relacionar, de manera más intensa, al mar con el usuario. En igual sentido, grandes terrazones, dispuestos en bandejas paralelas y protegidos por cortavientos de vidrio, permiten maximizar la relación con el océano. Estos se convierten en amplias expansiones aptas para el disfrute de visuales de alto valor paisajístico.
El programa funcional plantea la recuperación del uso original del edificio, vinculado con la gastronomía y las actividades culturales. Se resuelve en tres plantas, unidas a través de un espacio de triple altura que alberga los núcleos de circulación vertical. En el nivel de acceso (medio), un hall de gran escala genera un espacio / galería de arte, a la vez que actúa como antesala de los cuatro restaurantes, todos con grandes ventanas hacia el mar.
En la planta alta se dispone un salón con capacidad para 800 personas sentadas. El salón se puede compartimentar en tres y tiene carpinterías que incrementan la sensación de proximidad al agua y el efecto de estar, literalmente, a bordo de un crucero. El nivel que da sobre la arena está ideado para emprendimientos relacionados con la vida de playa. En los dos extremos del edificio, el programa se completa con dos terrazas curvas que, a la manera de cubiertas, refuerzan la lectura de un barco en altamar.
Por La Normandina pasean hoy miles de visitantes. La arquitectura contemporánea, que permite sentir el océano como incorporado a los espacios, asombra y genera el inmediato regreso.
La Normandina de hoy recupera un emblema, evoca la Belle Époque marplatense y conjuga una arquitectura moderna con la sensación de sentir el océano incorporado en sus espacios. Un hito histórico, un coloso en Playa Grande
El juego
Recordemos que el martes 26 se enfrentarán los argentinos contra los de afuera y por la composición de los planteles hay materia prima suficiente como para que el espectáculo esté garantizado.
Los sufragios decidieron que en el plantel de Nacionales figuren:
Bases: Lucas Victoriano (Lanús) 2784 votos, Sebastián Rodríguez (Peñarol) 1817, y Bruno Lábaque (Obras) 1272.
Escoltas: Juan Espil (Obras) 2824 y Julio Mazzaro (Quimsa) 2148.
Aleros: Federico Kammerichs (Regatas) 4604 votos, y Marcos Mata (Peñarol) 2031.
Alas-pivotes: Leo Gutiérrez (Peñarol) 4208 votos, Andrés Pelussi (Libertad) 1997, y Diego Logrippo (Atenas) 1509.
Pivotes: Román González (Quimsa) 4233 votos, Rubén Wolkowiski (Libertad) 1729 y Diego Osella (Atenas) 1251.
DT: Carlos Romano (Quimsa), reemplazante de Rubén Magnano.
Extranjeros
Bases: André Laws (Atenas) 9886 votos, Robert Mc Kiver (Quilmes), reemplazante de André Smith (ex Estudiantes de Bahía) 1940.
Escoltas: David Jackson (La Unión F) 4462 y Cedric Moodie (Boca) 2713.
Aleros: Laron Profit (Dep. Libertad) 3117, Cleotis Brown (Dep. Libertad) 2796 y Maurice Spillers (Obras) 2180.
Alas pivotes: Brice Assie (Boca) 2338, Jamaal Levy (Lanús) 2290 y Clarence Robinson (Sionista) 2201.
Pivotes: Derrick Alston (Olímpico) 3371 y Djibril Kanté (Atenas) 3165.
DT: Sergio Hernández.
A su vez, el lunes 25 se concretará la Clasificación de los Concursos de Triples y de Volcadas, como la Carrera de Habilidades y el Tiro de las Estrellas, sobre lo cual tributaremos detalles en los próximos días.
Kammerichs ausente
“Avisen que voy al Juego de las Estrellas”, dijo con humor Federico Kammerichs, tras la operación que se le realizó en la mañana del martes su lesión en los meniscos de la rodilla derecha. El Yacaré fue el jugador más votado para el partido de Nacionales contra Extranjeros, pero lamentablemente no podrá estar.
Según explicó el Dr. Luis Tassano, quien realizó la intervención, la cirugía fue exitosa: “Kammerichs está en óptimas condiciones y hoy, a primera de la tarde, será dato de alta”. Luego de la operación, Kammerichs se mostro de gran humor y con su picardía clásica aclaró: “Avisen que voy al Juego de las Estrellas”.
El medallista olímpico se encuentra ahora en reposo en la habitación 204 de la Clínica Modelo con hielo en su rodilla.
El presidente de Regatas, Dr. Eduardo Tassano, señaló que “estamos muy contentos con la operación ya que fue un lesión pequeña del menisco. Así que vamos a tenerlo a Federico (por Kammerichs) seguramente ante de lo esperado”.
De éste modo, teniendo en cuenta los sufragios de la gente su reemplazo sería Juan Manuel Locatelli, y de no aceptar el alero de Atenas, entraría el entrerriano Sebastián Vega.