Malvinas: sentido homenaje en paz… ¿Podrá darse otra guerra?
|Un contingente de familiares recordaron en Malvinas a los muertos en la guerra de 1982. Hubo mensajes de reconciliación. Y una reivindicación de soberanía. Cristina Kirchner y una frase que puede causar polémica.
En una ceremonia histórica y cargada de emoción, unos 170 familiares de caídos en Malvinas rindieron homenaje a los muertos en la guerra y dejaron inaugurado un cenotafio en el cementerio de Darwin.
El viaje fue un megaoperativo logístico-diplomático, negociado por la Cancillería, montado por los Cascos Blancos, coordinado por la Comisión de Familiares de los Caídos y financiado por el gobierno argentino.
Primero fue el silencio, luego el llanto contenido y los abrazos. Cada uno de los familiares encontró un significado diferente al mismo hecho histórico de homenajear a todos los muertos, los 649 hombres que cayeron en las islas y en el mar en el conflicto bélico de 1982.
Veintisiete años después, la ceremonia tuvo una colaboración de tres partes: el acuerdo entre los gobiernos argentino y británico, y la participación logística de los isleños.
Un argentino, Sebastián Socodo, se encarga de mantener el cementerio. Ahora 24 placas de mármol negro verticales rodean las cruces. Allí están tallados los nombres de los caídos en orden alfabético, sin distinción de grado, porque están igualados en el sacrificio de sus vidas.
Doscientos cuarenta y siete descansan bajo las lápidas pero sólo 109 tienen nombre. El resto señala que es un “soldado argentino sólo conocido por Dios”. Todos se pasearon entre los recuerdos de una tragedia en un territorio bajo dominio británico desde donde se formuló un drástico pedido; que no hubiera banderas argentinas ni se cantara el Himno Nacional en el acto. Todo se cumplió.
En medio de fuertes ráfagas de viento y una temperatura bajo cero, la ceremonia religiosa fue celebrada por el párroco de las islas, Peter Norris y un sacerdote llegado de Santiago del Estero, Sebastián Combin, que esta realizando una tesis doctoral sobre la presencia de la Iglesia en las islas.
Previo a la misa, Cisneros expresó su “gratitud a los gobiernos argentino y británico por este homenaje, y también a los isleños que hicieron de lado las heridas del pasado”, así como remarcó que “el diálogo por encima del conflicto hace extraordinaria esta inauguración”.
En la celebración, el cura argentino dijo que “las cruces no son signo de muerte sino de esperanza y resurrección” y señaló que “el contemplar este cementerio nos estimula e interpela a abandonar actitudes egoístas y a ser ciudadanos comprometidos con la Patria como lo fueron los caídos, para aportar al bien común”.
“Hoy nuestra Patria también necesita de héroes que den su vida por una Argentina más justa y solidaria, que den su sangre también para alcanzar una Patria mejor”, afirmó el sacerdote, que en el segundo contingente que viaja a las islas el próximo sábado será reemplazado por el obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín.
En el momento de las ofrendas, los familiares acercaron al altar rosarios, flores, fotos y estampas, que fueron colocadas en una urna empotrada en el piso frente a la gran cruz de 3 metros que se alza justo en medio de los dos muros curvos que rodean el cementerio.
La camaradería y la calidez de los isleños con los familiares de los muertos se hizo sentir.
Instalaron seis carpas con sillas, pusieron grandes termos con sopa de pollo y de tomate, y hubo café y té servidos en vajilla de porcelana, con cookies inglesas y muffins, que reconfortaban a los argentinos consumidos por un frío que el sol no alcanzaba a neutralizar. Hubo marinos ingleses vestidos de uniforme que repartieron frazadas de polar para abrigar a los más mayores.
El cementerio está en una loma rala, a 80 kilómetros del aeropuerto, donde sólo hay turba y frío, a pocos kilómetros de los caseríos de Darwin y de Goose Green. El verde musgo descolorido de la escasa vegetación contrasta con el mar esmeralda a espaldas del cementerio.
Este viaje se sumará a los 23 que -de 1991 al 2003- organizó la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas y la Cancillería para visitar el cementerio y a los 2 viajes realizados a la zona del hundimiento del Crucero A.R.A. General Belgrano.
Se trata de uno de los mayores contingentes de argentinos que volará a las islas tras la guerra de 1982, sólo superado por un viaje de 381 familiares realizado en marzo de 1991, coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, siempre con el objetivo de visitar el cementerio de Darwin.
La historia del cenotafio tuvo su punto de partida en enero de 1999, cuando el gobierno británico dio a Cisneros la luz verde a la construcción de un monumento en memoria de los soldados argentinos.
El monumento tardó 6 años en construirse en el continente y finalmente, en abril de 2004, fue embarcado en el puerto de Campana, rumbo a las islas Malvinas.
Recién ahora, casi 5 años después, se produce su inauguración formal, ante la presencia de 375 familiares de todo el país.
El segundo grupo, integrado por 205 familiares, arribará el sábado 10 y llevará una imagen de la Virgen de Luján que será entronizada en el cementerio -tras haber recorrido todo el país y ser bendecida en la tradicional peregrinación juvenil que se realiza este fin de semana en Buenos Aires- y completar así la inauguración formal del cenotafio.
“Estamos cerrando un ciclo y comenzando otro, que éste sea el principio del reencuentro entre todos los argentinos. Acá hay mucha sangre derramada y esto tendría que servirnos para vivir en paz”, dijo el titular de la Comisión de Familiares de Caídos, Héctor Cisneros, apenas terminada la ceremonia y concluyendo 7 horas de estadía en las islas.
¿Un vaticinio, o una amenaza?
Antes de partir desde Río Gallegos, los familiares fueron despedidos por la presidenta Fernández de Kirchner, quien muy emocionada saludó uno por uno a los familiares antes de subir al avión y quiso escuchar las historias de sus seres queridos.
“Sus muertos son nuestros muertos. Vayan con fuerza y entereza y díganles que 40 millones de argentinos les rinden también hoy homenaje a sus muertos”, dijo y aseveró que “en este siglo un Presidente va a ir a rendirles homenaje, en nombre del derecho internacional y de la paz. Algún día deberán entender que no pueden existir enclaves coloniales”.