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El Padre Ignacio paraliza a Paraná

ANTICIPO.- Una multitudinaria muestra de fe conmueve la Plaza Sáenz Peña de Paraná donde queda  de manifiesto la esperanza, la ilusión de cerca de cincuenta mil creyentes que estoicamente toleran una bajísima temperatura y la inclemencia de una persistente llovizna en pos de recibir la bendición sanadora del Padre Ignacio. Algunos desbordes no llegaron a opacar la emocionante jornada. Primera galería de fotos exclusivas.

Ni el frío, ni la garúa; ni la sed, ni el hambre; ni las dificultades físicas, ni el cansancio extremo, logran vencer la resistencia de una abigarrada muchedumbre de la cual solo una minoría fue elegida con el privilegio de gozar la Misa “de Sanación” celebrada por el Padre Ignacio dentro de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, mientras la mayoría soporta lo indescriptible procurando una bendición extraordinaria, promoviendo los milagros tan ansiados.

Si bien se llevó a cabo un operativo de Seguridad impecable a través de la Policía de Entre Ríos, Bomberos y Dirección de Tránsito municipal, hubo que lamentar algunos manifiestos de disconformidad de devotos acusando a otros de “colarse” aprovechando momentáneos desbordes creados por inescrupulosos que perdieron evidentemente la esencia de tan sobrecogedor acto.

Los Servidores del Colegio Hermanas Mercedarias, con la colaboración de otros grupos religiosos locales, se desvivieron con muestras de respeto y sensibilidad no solo ordenando callejones sino asistiendo a quien lo precisase. Sin embargo, pese a sus voluntades encomiables, fue imposible dejar conformes a todos, gestándose por lapsos airadas quejas de impacientes quienes no lograron contenerse.

Por otra parte fue estupenda la tarea de personal de la Dirección de Emergencias de la Provincia con ambulancias, camión sanitario y profesionales de la Salud que atendieron afectados de hipotermia, convulsiones, desmayos, agotamiento límite, y trastornos de presión, debiendo trasladar algunos aquejados al Hospital San Martín para una atención más exhaustiva.

Distinta fue la conducta de colaboradores del Padre Ignacio quienes en casos puntuales tuvieron gestos poco edificantes, vividos en parte por el Enviado de Cuestión Entrerriana quien debió soportar un apremio innecesario cuando intentaba registrar tomas dignas como lo habían concretado colegas de otros medios.

Peor aún fue la desilusión ante el trato enérgico en demasía, estéril, infecundo, de un sacerdote local (al cual no mencionaremos por el afecto que hasta hoy teníamos) que no ocultó una indisimulable angustia paradójicamente por la harto elocuente presión de los mismos Servidores de la Parroquia Natividad del Señor que segundos antes habían intimado a nuestro fotógrafo a desalojar ese sector cuando contradictoriamente, hasta familiares de bendecidos usaban sin obstáculos sus cámaras, y, como ya enunciamos, reporteros de otros medios amigos habían desplegado su tarea sin impedimentos.

Claro que esos gestos fueron muy específicos, delimitados, claramente visualizados y fueron ÍNFIMOS. Felizmente, el despotismo dominó a solo DOS Servidores y UNA Servidora quienes desnudaron sus inoportunos modos, sus vehementes talantes ante Dios, utilizando de manera aberrante el argumento inherente a que “después el Padre se enoja con nosotros…” o lo más incomprensible… “sí, te conozco, pero ésta gente me pide que no saques mas fotos y te retires del lugar…”. Patético, deplorable al surgir esos conceptos de la boca de un reconocido cura, autor de un incongruente gesto para un momento de tan delicada ternura.

Esta, repetimos, fue la contracara a un maravilloso despliegue que sin hesitar pudo ser más ordenado. Sinceramente, no sabemos quien coordinó los vallados y/o cuidó el paulatino armado de hileras que a las 17.30 ya “dibujaba” una especie de espiral inacabable en la Plaza, ocupando la marea humana los cuatro sectores del paseo, sufriendo que no se haya montado ni siquiera una pantalla gigante o un buen sistema de audio.

La fe fue el bálsamo ideal para superar el desaliento, la desesperación y/o la extenuación, como los malestares, los dolores y la ansiedad o desasosiego; y amén de las ya descriptas CUATRO poco felices maneras de tratar a la gente y concretamente a un periodista, PREVALECIERON los buenos modales, la paciencia, la comprensión de parte de toda una estructura al servicio del Padre Ignacio. AMPLIAREMOS.-

Desde Cuestión Entrerriana, te invitamos a formar parte de nuestra familia. Mandanos tus fotos y la información que quieras ver publicada.

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