Echagüe desconcierta
|ESPECIAL (por Francisco Pancho Calderón).- Cuando días atrás me enteré, a través de un medio radial -o sea no en forma oficial-, que Echagüe compraría plaza de TNA, sentí una mezcla de alegría y desconcierto. El sentimiento positivo pues quiero verlo al “Negro” no solo en 2ª sino que en 1ª. Y la sensación rara por entender que surge una especie de contradicción respecto al mensaje de las dos últimas temporadas.
Aquellos que algo me han leído sabrán que desde hace mucho, pero mucho tiempo, me gustaría ver una nueva mesa directriz en la Asociación de Clubes (la AFA del básquet profesional argentino) y mis reclamos en cuanto a que desde la AdeC siguen haciendo operaciones poco claras, dudosas, ante la asombrosa pasividad, mansedumbre de las entidades afiliadas.
Ahora, “invitan” a los clubes de la ex Liga B a sumarse a la 2ª categoría que planea tener 20 o más equipos en la temporada 2011/2012. Pero resulta que la “invitación” es paga, o sea, quien quiera jugar el TNA, sin importar posición en la última edición de la 3ª División, debe poner -según colegas mendocinos y rosarinos- 80 mil pesos aunque sin la necesidad de hacerlo con todos los billetes juntos.
Al Archivo nadie se resiste, y ningún dirigente del Atlético Echagüe Club podrá negar que hasta el año pasado la misión “comprar plaza” se deshizo por completo en cada rumor o hipótesis tejida al respecto, prevaleciendo el respetar un proceso de recuperación institucional, trabajando esencialmente en lo social, incorporando gente nueva, socios nuevos, y junto a ello actividades como servicios nuevos, reestructurando además lo concerniente al básquetbol amateur y reforzar la chance de avanzar en lo inherente al tema de contar con una escuela dependiente del Consejo General de Educación de la Provincia dentro de la misma entidad.
Por eso éste asombro que nos invade. NO estamos en contra de subir al TNA. Para nada. Solo que estamos extrañados por el cambio de idea, cuando entendíamos que la temática de relieve era profundizar el replanteo que se inició a nivel institución y reformular lo actuado a nivel básquet profesional, en especial precisamente respecto a tantas compras de plaza, campañas nefastas y deudas que pusieron en severo riesgo el patrimonio de la institución.
Luego de aquel último descenso ante Oberá, se contrató a un Jorge Urquiza de poca fama pero de enorme cantidad y calidad de laburo, plasmando -como lo hizo en Andino de La Rioja- una elogiable campaña con un plantel muy austero y en condiciones profesionales no ideales tras la herencia sufrida. Por lo cual nos pareció raro que no se lo seduzca lo suficiente como para que se quede.
Tras el corto pero positivo paso de Urquiza, llegó el ignoto Cristian Ruiz y una estructura interna detrás que solventaría su tarea, con la premisa de paulatinamente trazar un eje que pase de fortalecer el andamiaje del semillero, a repetir saludables experiencias de reclutamiento y seguir armando planteles lo más autóctonos posible.
Echagüe volvió a ser protagonista y terminó dejando una muy buena imagen en lo concomitante a posición final aunque solo con el regreso de Lisandro Ruiz Moreno, la incipiente consolidación de Lucas Calleja y la inicial promoción de Bautista Todone, quedando la amarga sensación de tener que dejar ir a algunos valores de la cantera no tenidos en cuenta por éste DT marplatense como concluyendo fracturada aquella estructura que al principio resultó su sustento vital.
Francamente, muy a pesar mío -pues no me agradaron un par de actitudes de Ruiz-, esperaba que continúe y que para ésta temporada la consigna requiriese un sensible interés en pelear con mayor ambición el retorno a la segunda categoría, respetando la base del último plantel aunque afianzando el impulso de valores surgidos de la cantera o del reclutamiento caso Catellotti, los cuales permitiesen no erogar en demasía a futuro para ascender al TNA con el objetivo primario de mantenerse y en un par de años más aspirar a mayores logros.
Por lo visto, me equivoqué y todo lo que se dijo en cuanto a no comprar plaza pasó a la historia como todo lo que se expresó en lo inherente a proyectos a mediano plazo está a punto de hacerse añicos, más aún si uno escucha a un entrenador que supo dirigir y fue apalabrado para conocer sus pretensiones, afirmando él que se hace imprescindible “traer por lo menos cinco mayores de experiencia”
Con honestidad, pensaba que no se quería seguir comprometiendo absurdamente el patrimonio institucional y en cierta forma arriesgando el orden que de a poco se iba logrando en materia económica-financiera fuera del baloncesto de alto rendimiento.
Consideraba que se iba a mantener una tendencia saludable, de plena coherencia y la temporada que se avecina sería la búsqueda de dar el gran salto competitivo con la base que nos viene dando satisfacciones, trasuntando la mayoría una fibra íntima especial, con el orgullo pleno de lucir en sus pechos la casaca “Azul y Negra”, defendiéndola hasta la última gota de sangre, sudor y lágrimas.
David Oviedo, Lucas Calleja, Lisandro Ruiz Moreno, Román Rodríguez, y Juan Meza deben seguir en el equipo. No nos cabe duda, y recordar que para suplirlos ya hay dos pibes en quien se debe confiar como “Bubu” Todone y Leo Catellotti. Por ende no coincidimos con eso de traer “POR LO MENOS” cinco mayores experimentados. Ya está la base y hasta no me olvido que Luciano Ricle podría tener su gran chance de proyectarse o el mismo Maxi Marzilli -si volviese a ser aquel de antes de la operación de rodilla- es una buena ficha de TNA por su oficio en dicha divisional.
Por hoy deseaba salir a la palestra y manifestar mi desconcierto y hasta cierto grado de confusión con ésta resolución de comprar plaza de TNA, para jugar un certamen que aún no se sabe cuántos clubes tendrá, como se armará el mapa, cuántos kilómetros se recorrerán y cuáles serán en definitiva las obligaciones de cada entidad en lo inherente a fichas Mayores, plaza extranjera, etc, etc…
La idea surgió por el temor al formato de la Liga Argentina, como si lo que armaría no daría garantías suficientes de pasar a las instancias más calientes. Pero sí hay certezas aparentemente de poder hacer frente con la erogación de una plaza de TNA para el cual “se lo invita” y armar una nueva estructura mucho más profesional que la que venía responsablemente trabajando.
Sin respetar ésta vez la eficaz labor de su área Prensa que en la última temporada plasmó una tarea equitativa en cuanto a la distribución de las novedades, lo anunciado –mínimamente- es sorprendente. Escuchar a su dirigencia transmite convicción y hasta satisfacción por interpretar que todo está lo debidamente evaluado para no tropezar con la misma piedra.
Pero no puedo olvidarme que en 25 años de periodismo he sentido tantas oratorias cargadas de optimismo que surge insoslayablemente una pequeña cuota de duda, y hasta de inevitable (pedimos disculpas) perplejidad. Ojalá que le salga bien ésta compra a Echagüe!!!…Lo deseo desde lo más recóndito de mi corazón.
Eso sí… Les pido humildemente a los dirigentes que reflexionen acerca de la designación del nuevo coach. Que reevalúen lo hasta hoy emprendido. Será el primer paso luego de la reunión que mantengan el miércoles próximo en Capital Federal donde se plasmaría, o no, la adquisición de la plaza.
Contratar un técnico puede realizarse con dos visiones: la de alguien que conozca profundamente la actualidad del TNA y tenga recontra vistos a la mayoría de sus futuros rivales habiendo logrado sensibles éxitos en dicha categoría y de alguna manera infunda una presencia a respetar por adversarios y jueces; o la de alguien que venga mesuradamente a adaptarse a la realidad, a éste presente del club, y tenga como misión básica el mantener la plaza, continuando con la promoción de valores juveniles del club, fomentando nuevos reclutamientos, reedificando la estructura profesional del área básquet e interactuando férreamente con el baloncesto amateur de la Institución.
La última palabra la tienen los directivos que hasta hoy con ésta novedad me han generado una honda incertidumbre la cual se reproduce fidedignamente en el ambiente basquetbolístico paranaense por el brusco giro que se ha dado, mutando el mensaje oportunamente tributado.