Maran Suites & Towers

La Argentina es el país más caro de América Latina

El presidente, Javier Milei, solía repetir hacia fines de 2023 que el peso, la moneda nacional, “no vale ni excremento”. Estaba en campaña y aún proclamaba la dolarización y el cierre del Banco Central (BCRA) como el único remedio posible contra la inflación, que por entonces volaba por arriba del 10% mensual. Poco más de un año después, Milei redujo la inflación por debajo del 3% mensual, pero no dolarizó, no cerró el BCRA y el peso ya no es “excremento”. Lo que se dispararon fueron los precios en dólares…

La fórmula que aplicó el ministro de Economía, Luis Caputo, fue más ortodoxa: emisión cero y atraso cambiario. Es decir, que vació poco a poco el mercado de pesos y mantuvo a raya la cotización del dólar con un tipo de cambio que sube ahora a razón del 1% mensual y restricciones de capital (cepo).

El daño colateral de la estrategia fue una disparada de los precios en dólares, porque la inflación en pesos, si bien ha bajado, no se detuvo.

Cualquier turista extranjero que pase por Buenos Aires puede dar cuenta de ello. Hoy, tomar un café en un bar de la capital argentina cuesta el equivalente a unos US$3,5, contra los US$1,5 de Bogotá o São Paulo o los US$2,5 que habrá que pagar en Ciudad de México o Santiago de Chile.

En la comparación de algunos precios de referencia realizada por los periodistas de EL PAÍS América y EL PAÍS México, la Argentina es el país más caro de la región. Para una hora de estacionamiento, el porteño gastará US$4,5 por hora, contra los US$2 del mexicano o el colombiano. El patrón se repite en el litro de leche de primera marca o en una lata de Coca-Cola en el supermercado. La brecha es especialmente amplia en un menú de mediodía en un restaurante céntrico: US$18 en Buenos Aires, contra un promedio de US$7 en el resto de las grandes ciudades latinoamericanas.

Los precios se disparan aún más en los casos de la ropa, los automóviles o los electrónicos, sectores que en la Argentina están muy protegidos de la competencia externa. Ni siquiera compensa el salario mínimo, que solo es más alto, por poco, que el de Brasil, y está muy por debajo del de Chile o México.

La consecuencia inmediata del encarecimiento de los precios en dólares es que la clase alta y media compra todo lo que puede online con su tarjeta de crédito en el extranjero, ahora que Milei redujo aranceles y facilitó el ingreso de productos desde el exterior. La foto de este verano fue además la de las playas de Brasil y Uruguay atestadas de argentinos que huyen de los precios de las playas de su país; también las horas de fila en las oficinas de migraciones de Chile o Paraguay para ir de compras a los shoppings al otro lado de la frontera.

No es la primera vez que los argentinos disfrutan de un “peso fuerte”, como celebra ahora Milei, que encontró motivos para defender la revalorización de aquel “excremento” de antaño.

El economista Juan Manuel Telechea, columnista de La Nación recuerda que hubo en el pasado “tres episodios importantes de apreciación del peso”.

“En orden de magnitud, tenemos el de la dictadura en los 70, seguido por la Convertibilidad del peso con el dólar en los 90 y, por último y más reciente, el que se dio durante el segundo mandato de Fernández de Kirchner y parte del gobierno de Mauricio Macri. Este último terminó con una devaluación del 50% en 2018, luego de que se pidiese un rescate financiero al Fondo Monetario Internacional (FMI)”, dice.

Juan Carlos Hallack, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet, advierte que “hay signos muy fuertes de atraso cambiario y siempre que pasó las cuentas externas terminaron no siendo sustentables”.

“Las importaciones van a aumentar mucho, por el precio relativo favorable, por la quita de impuestos y porque muchas otras restricciones arancelarias y no arancelarias se están eliminando. Eso es bueno en general, pero hoy contribuye a que aumenten más las importaciones. Y con un tipo de cambio que no es flexible va a empeorar la balanza comercial y la cuenta corriente. Este tipo de cambio no es sostenible, salvo que entren muchos capitales para financiar un déficit creciente”, dice Hallack.

Milei asegura que, más temprano que tarde, esos capitales llegarán porque la economía va a despegar y la actividad necesitará de grandes inversiones. En lo inmediato, espera que el FMI envíe un tanque de oxígeno de unos US$12.000 millones para reforzar las reservas del BCRA, que hoy son negativas en US$6000 millones. Milei dijo en una entrevista este lunes que al acuerdo “solo le falta el moño” y que incluirá “fondos frescos”. Y aprovechó para negar con vehemencia que en la Argentina haya atraso cambiario.

Defender la política cambiaria ocupó buena parte de la semana de Milei, enfrascado en una dura disputa con economistas que considera unos “econochantas”, algo así como “poco serios”, por utilizar una traducción amable.

Add a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Desde Cuestión Entrerriana, te invitamos a formar parte de nuestra familia. Mandanos tus fotos y la información que quieras ver publicada.

X