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Javier Milei visiblemente emocionado por una noche “mágica” con Trump, Musk, Vance, Kennedy, y… Rocky!!!

La primera sorpresa sucedió en el mismo instante en que el presidente Javier Milei descendió de la camioneta negra, tras pasar los controles de seguridad de uno de los lugares más custodiados de la tierra. “Mister President, how are you?”, lo saludó el mismísimo JDVance, el futuro vicepresidente de los Estados Unidos, que estaba esperando a la comitiva argentina en la residencia de Mar-a-Lago, la mansión de Donald Trump en Palm Beach hoy convertida en una virtual Casa Blanca a orillas del mar. “Encantado de que trabajemos juntos”, siguió el vice electo.

Tras los saludos de rigor, Milei, junto con su hermana Karina, secretaria general de la presidencia y el canciller, Gerardo Werthein, ingresaron al complejo de 8.000 metros cuadrados, 114 habitaciones y un inmenso salón de baile que albergaba a los invitados al encuentro organizado por el America First Policy Institute para celebrar la victoria del republicano el 5 de noviembre. El presidente argentino era uno de los oradores principales del acto que cerraría el mismo Trump.

Hacia allí se dirigían cuando se toparon con Mike Waltz, el asesor nacional de Seguridad designado por Trump, con quien intercambiaron saludos y teléfonos. Continuaban por el laberinto de pequeños salones y terrazas cuando apareció Susie Wiles, figura fundamental en la campaña de Trump y elegida como su jefa de Gabinete.

Más tarde, se saludaron con Robert Kennedy Jr, que justo ese día había sido designado secretario de Salud, y con Matt Gaetz, nominado a fiscal general. También con los hijos de Trump, Donald Jr y Eric, y con el empresario Vivek Ramaswamy, entre tantos otros. A pesar de que Mar-a-Lago es hoy el epicentro del poder, los argentinos se sorprendieron al encontrarse con buena parte del futuro gabinete estadounidense.

Mientras se abrían puertas y se sucedían salones, la comitiva llegó al “ballroom”, donde esperaban más de 700 personas listas para una cena de gala. En ese momento le salió al cruce el propio Trump. Justo allí, también, se sumó Elon Musk con su hijita de unos tres años a upa y todos juntos se sacaron la foto que Milei tanto ansiaba, con Trump levantando el pulgar al estilo mileísta. El argentino ya se llevaba un trofeo, pero había más.

Comenzó un diálogo de más de 10 minutos entre ambos, con partes en inglés y otras con traductor de por medio. Trump felicitó a Milei por el trabajo que está haciendo en la Argentina y de alguna manera el republicano le anticipó lo que luego diría en su discurso en el que elogió al libertario.

Con la característica música de Rocky de fondo, el Gobierno difundió un afectuoso abrazo entre Javier Milei y el actor que interpretó al protagonista de esa recordada película, Sylvester Stallone.

El argentino explicó a Trump cómo había logrado bajar el gasto público y eliminar regulaciones, y hablaron del trabajo que hará Elon Musk como jefe de una agencia desreguladora en Estados Unidos. Justo se sumó Ramaswamy, que acompaña al dueño de Tesla en esa tarea, y mencionaron la importancia de la “motosierra”, el símbolo asociado con las políticas de Milei.

Ambos también coincidieron en seguir promoviendo las ideas de la libertad y Trump señaló que su victoria había sido una señal de que la sociedad de Estados Unidos estaba lista para un cambio. “Seguimos mucho lo que estás haciendo en el mundo”, le dijo el magnate a Milei. El diálogo fue como de grandes amigos, había gran sintonía, señalaron desde la comitiva. “Hubo una notable coincidencia de pensamientos”, agregaron.

Trump se alejó para saludar a otros invitados y Milei se dirigió hacia su mesa, que estaba al lado de la del presidente electo. “La gente lo vitoreaba, aplaudía”, contó una fuente que presenció la escena. Los esperaba un menú de lomo con guarnición de papas y un postre de chocolate. Había buen vino, pero nadie en la mesa bebió.

Milei subió luego al escenario como uno de los principales invitados de la noche. De hecho, fue el primer presidente que Trump recibió tras la elección. Felicitó al republicano por su victoria y dijo: “Hoy el mundo es mucho mejor porque soplan vientos de libertad que son muchísimo más fuertes. Un verdadero milagro y prueba fehaciente de que las fuerzas del cielo están de nuestro lado”.

Luego Trump tomó la escena para su discurso de cierre, tras ser presentado por Sylvester “Rocky” Stallone, que dijo que el republicano sería “un segundo George Washington”.

Y desde allí el futuro presidente de los Estados Unidos lanzó en público los elogios a Milei. “Javier, me gustaría felicitarte por el trabajo que has hecho en Argentina”, dijo Trump. “Tu trabajo es increíble. Hacer a la Argentina grande otra vez. Él es una persona MAGA (por el movimiento trumpista Make America Great Again)”.

Los invitados, que habían pagado entre 5.000 y 25.000 dólares cada entrada, aplaudían y comenzaban a moverse al ritmo de la canción YMCA, de Village People, meneado los brazos con el pasito que Trump impuso en esta campaña y que se ha viralizado.

Aunque algunos seguían bailando al ritmo de una banda, ya era hora de partir y Milei se acercó a Trump para despedirse. Se quedaron hablando por otros 10 minutos. El republicano le dijo al libertario que siempre será bienvenido, en calidad de amigo y como ejemplo de gestión para difundir las ideas de la libertad.

“Después de la conversación, en la que se fortalecieron claramente los lazos de amistad y la afinidad con las ideas de la libertad, se plantaron las bases para una relación sólida entre dos países amigos”, dijo luego el canciller Werthein. “Esta relación promete abrir enormes oportunidades para Argentina y fomentar un intercambio más profundo y beneficioso entre ambas naciones”, agregó.

Milei, Karina y el canciller volvieron a desandar el camino de salones, terrazas y pasillos. Se llevaban elogios, una charla valiosa con el presidente electo y un arsenal de contactos con futuros funcionarios clave. Al llegar a la camioneta negra que los llevaría de regreso al hotel estaban felices, pero sin duda algo shockeados por la intensidad de lo vivido.

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