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Luis Petri fue rotulado de “hipócrita” y “desprolijo”

“No estoy enojado, estoy decepcionado”, afirmó el ex secretario de Investigación y Producción para la Defensa, Raúl Guillermo Marino, quien rompió el silencio sobre su despido del Ministerio de Defensa junto a Constanza Coni Bravi, la influencer libertaria mendocina que era parte de su equipo y llegó a estar apenas unas horas en el cargo de coordinadora de Exportaciones e Importaciones de Materiales Estratégicos para la Defensa.

“¿Si hay una doble vara? Una sola vara, contra ella. ¿Porque es influencer, joven o mujer? La juzgaron por eso, la desacreditaron porque es influencer”, sentenció Marino.

“El ministro (Luis Petri) conocía que esta persona estaba en mi equipo, y no fue el único ingreso a la secretaría. Al jefe de ella lo puso el propio ministro, es el director del área y es ingeniero, Leonardo de Lucía, pero no tiene las competencias, esto es lo más escandaloso”, dispara el ex ahora funcionario en defensa de la joven Bravi, que fue cuestionada en su idoneidad para el cargo.

La noticia del despido de Marino y de Bravi se conoció el lunes, y Defensa alegó a través de sus voceros que se debía a “diferencias en las metodologías de trabajo para el ejercicio del cargo previsto a cubrir”, y “no ajustarse a los perfiles” de dicho trabajo.

Pero además, le endilgó el nombramiento a Marino. Lo cierto es que la resolución publicada en el Boletín Oficial hace una semana estuvo firmada por Petri junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Marino defendió con firmeza a la influencer. Dijo que él tiene experiencia en gestión y sabe “elegir” a la gente capacitada. “¿Que cómo esta ella? Y, está mal. Tiene 27 años y siente que la quemaron”. Sobre su propio futuro aseguró: “Yo nunca estuve por el cargo, no estoy desesperado. Soy profesor en la Universidad Nacional de Cuyo, vuelvo a la docencia, a la consultoría”.

Y agregó: “Soy el primer militar en más de veinte años que terminó un doctorado en el Instituto Balseiro, fui rector normalizador de una Universidad nacional (Adrogué), llegué a capitán del Ejército y fui parte de la custodia de dos presidentes (Duhalde y Kirchner, cuando servía en el Regimiento de Granaderos). No soy un improvisado, me he roto para ser lo que soy, no voy a pasar a la historia por ser el que nombró a una influencer”, protestó Marino con convicción, sin perder el tono calmo.

El ex funcionario dice que no fue recibido ni pudo hablar con el ministro. Ambos son mendocinos -al igual que Coni Bravi- pero refiere que no llegó por amistad ni relación personal con Petri, a quien recién conoció en la Navidad pasada, cuando lo convocó para el cargo.

“Esto fue una desprolijidad, una hipocresía”, sostiene. Marino le envió a Petri una nota aclaratoria firmada de puño y letra.

“Quiero recordar que tal como le consta a Ud. y su equipo, la profesional en cuestión, participó activamente en la Secretaría a partir desde el 01 de marzo de 2024, cumpliendo funciones técnicas y operativas demostrando solidez y competencia en las tareas asignadas, las que estaban en conocimiento desde el primer instante del proceso, tal como yo se lo presentara personalmente, conforme al curriculum vitae acreditado y verificado para poder desempeñarse tanto en la función de marzo a septiembre, como la coordinación a la que fuera designada desde septiembre”, sostuvo.

En la nota resaltó también que “anteriormente ya había sido todo analizado y consensuado con la Sra. jefe de la Unidad de Gabinete de Asesores. Es decir, que bajo ningún modo esto fue una decisión arbitraria ni unilateral de mi persona”.

Agregó: “En la participación en exposiciones de proyectos que desde la Secretaría se le hicieran a Usted, ella estuvo presente, por lo que aducir desconocimiento llevando todo al momento de la formalización de la designación, es un simplismo preocupante”.

Sobre el nombramiento, manifestó: “Asumo mi responsabilidad en la gestión del trámite, como ha correspondido con todo el personal que de mi depende, pero no es mi potestad su designación”.

Marino, ex militar de carrera, doctorado en Ciencias de la Ingeniería en el Instituto Balseiro, es uno de los 70 funcionarios que lleva despedidos el actual gobierno en sus 300 días, a razón de uno cada cada cuatro días de gestión.

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