Thor, el nuevo integrante de la Casa Rosada
|Minutos antes de las cuatro de la tarde, el vocero presidencial Manuel Adorni, anunció que la Casa Rosada tenía un nuevo integrante.
Justo en un día, además, en que un miembro del Gabinete, el polémico secretario de Culto, Francisco Sánchez, dio un paso al costado y se designó en su lugar un reemplazante del riñón libertario.
Los números, al momento del posteo que hizo público el anuncio de Adorni en su cuenta oficial de X, los tenía todos Nahuel Sotelo, elegido para reemplazar a Sánchez en la cartera de Culto, como luego oficializó la canciller Diana Mondino.
A él, se pensaba, se refería el portavoz como “el nuevo integrante”; pero la intriga se zanjó horas más tarde y también por comunicación del vocero: el asunto se trataba, en realidad, de Thor, un boyero de Berna de 4 meses de edad que, desde este miércoles, será el perro “de la Casa Rosada”.
¡Bienvenido Thor!
Fin. https://t.co/vKJ2X239Rm pic.twitter.com/oqp8Gzt9uP
— Manuel Adorni (@madorni) August 14, 2024
“¡Bienvenido Thor! Fin”, publicó Adorni, pasadas las 19 y con su estilo para redes, junto con dos fotos: una, junto al perro en un plano selfie, y otra, con el can y Karina Milei, secretaria general de la Presidencia de la Nación.
Al rato, la periodista acreditada en la Casa de gobierno Liliana Franco precisó que, en realidad, Thor acompañará a la hermana del presidente en el despacho que tiene en Balcarce 50.
Un macho como Thor puede alcanzar hasta 70 centímetros de altura, aunque la altura ideal oscila entre los 66 y los 68, y el peso alrededor de los 50 kilos. Hocico fuerte, de largo mediano, ojos de color marrón pardo, orejas medianas, triangulares; la espalda fuerte y el lomo ancho, el pecho ancho y profundo. El pelaje característico es marrón, blanco y negro.
Ese es el porvenir para un boyero de Berna, raza cuyos ejemplares suelen vivir entre los diez y los doce años. Este tipo de perro, cuando fue hibridado en 1912 en el cantón de Berna, Suiza, estuvo pensado para el pastoreo de ganado de las zonas alpinas.
En el mercado local, un ejemplar cachorro de boyero de Berna no desciende del millón de pesos en los criaderos que se dedican a esta raza.
Thor, en particular, pasó la tarde fotografiado en un despacho de la Casa Rosada, principalmente sobre algunas de las mesas. En las varias imágenes que trascendieron, se lo vio fotogénico y con una correa roja y negra.
No trascendió aún su procedencia ni dónde pasará sus días mientras los funcionarios, o al menos Karina Milei, estén cumpliendo funciones; tampoco si ella o alguien más ha sido quién lo nombró Thor. Como su hermano, la secretaria general es apasionada de los canes.
El presidente Javier Milei tiene sus perros en la Quinta de Olivos, cinco ejemplares de raza mastín, a quienes denomina “hijos de cuatro patas” y a quienes considera parte de su esfera privada. Todos, menos uno, se llaman como famosos economistas: Milton (Friedman), Murray (Rothbard), Robert y Lucas (Robert Lucas es una sola persona, un economista estadounidense recientemente fallecido). Conan, lejos de la economía, se llama así por un personaje de Arnold Schwarzenegger, de la película Conan el bárbaro.
Pero al menos hay referencia de Javier Milei hacia Thor, no el perro sino la divinidad vikinga asociada siempre con un martillo. En 2021 filmó un comercial para promocionar su libro “Pandenomics: La economía que viene en tiempos de megarrecesión, inflación y crisis global”, con un elenco que contaba con Lilia Lemoine, actual diputada por La Libertad Avanza, entre otros.
La escena. Javier Milei es vitoreado “Javier, Javier”, mientras una dama de rubio y vestido negro con vivos dorados ingresa surcando la multitud y tiende a Milei un maletín y le dice: “Es hora de cerrarlo… de una buena vez”. Él lo abre, y dentro hay una máscara. El gentío se agita al ritmo de un cántico, “Destrucción, destrucción”, mientras se perfila para que entre en plano una maqueta del Banco Central de la República Argentina. Milei no se pone la máscara, pero blande el martillo, cuya maza es cuadrada y prominente, es la que embate, al ritmo del cántico, hacia la maqueta, que también es destrozada por la multitud.
El martillo del dios Thor, una de las armas más temibles de toda la mitología, tenía nombre propio, Mjölnir, que en nórdico antiguo significaba demoledor. El cotizado cachorro Thor, mastodóntico como el martillo de la deidad nórdica, ¿llegará demoledor a la Casa Rosada?