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París 2024: el olor de los natatorios olímpicos tiene una fundada explicación

En el mundo de la natación, la disciplina y el cumplimiento de estrictas normas son esenciales, especialmente en competencias de alto nivel como los Juegos Olímpicos. Sin embargo, existe una práctica poco conocida pero común entre los atletas: orinar en la piscina.

Lilly King, nadadora olímpica de Estados Unidos que competirá por tercera vez en París 2024, admitió abiertamente en una entrevista con The Wall Street Journal: “Probablemente me he hecho pis en todas las piscinas donde he nadado”. Esta confesión refleja una realidad compartida por muchos nadadores, que encuentran en esta práctica una solución práctica a la necesidad de orinar durante las competencias.

La razón detrás de este comportamiento no es simplemente descuido. Los nadadores suelen hidratarse en exceso antes de las pruebas para evitar deshidratación, lo que aumenta la necesidad de orinar. Además, los trajes de competición, diseñados para mejorar la hidrodinámica, son ajustados y difíciles de quitar, lo que hace complicado acudir al baño de manera tradicional.

Jake Mitchell, otro nadador olímpico estadounidense, relató al mismo medio: “Siempre tengo que hacer pis porque estoy muy hidratado”. Zach Harting, también olímpico, compartió su experiencia de tener que orinar en una piscina durante un campeonato estatal, un momento que cambió su percepción sobre la natación. “Solo considero que he nadado en una piscina si me hago pis”, afirmó.

Los trajes de alta tecnología, como el LZR Racer de Speedo, desarrollados en colaboración con la NASA, han evolucionado para permitir la salida de aire y líquidos, facilitando esta práctica. Sin embargo, el problema persiste y se han establecido códigos no escritos entre los nadadores para evitar situaciones incómodas. Cullen Jones, cuatro veces medallista olímpico, advirtió sobre la evitación de “corrientes cálidas” en la piscina, mientras que Katie Hoff, ex nadadora olímpica, recordó haber visto a una compañera orinar en la sala de espera durante el Campeonato Mundial.

A pesar de ser una práctica común, los encargados del mantenimiento de las piscinas enfrentan desafíos debido a la presencia de orina. Brian Spear, responsable de la filtración química para las pruebas olímpicas de natación en Estados Unidos, explicó que el característico olor de las piscinas se debe a la reacción del cloro con compuestos orgánicos, incluida la orina.

En conclusión, aunque pueda parecer inusual, orinar en la piscina es una realidad en el mundo de la natación competitiva, dictada por las circunstancias y la necesidad. Esta práctica, sin embargo, está regulada por ciertos códigos y es una parte más del complejo entramado de normas y costumbres en este deporte.

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