Monseñor Puiggari: “El sufrimiento de nuestro pueblo, exige dejar de lado toda mezquindad”
|El arzobispo de Paraná, monseñor Juan Puiggari, presidió el tedeum por el 9 de Julio, día de la Independencia argentina, en la parroquia San José Obrero, donde destacó: “Creemos que nuestra Patria es un don de Dios confiado a nuestra libertad, un regalo de amor que debemos cuidad y mejorar”.
“Esto mismo nos exige superar progresivamente las tensiones históricas de nuestro ser como país. En tiempos marcados por la globalización y por tantas dificultades, no debe debilitarse la voluntad de ser nación, una familia fiel a su historia, a su identidad y a sus valores humanos y cristianos”, planteó en la homilía.
“La patria es nuestra madre. Nos engendró ella, somos pedazos de sus entrañas, nos abriga bajo su bandera celeste y blanca, nos da su nombre, el de argentinos, nos hace participes de sus triunfos y fracasos; sus alegrías y sus sufrimientos, sus sueños y esperanzas”, agregó.
El arzobispo paranaense invitó a pedir la gracia de “renovar nuestro entusiasmo por construirla juntos y curar cuidadosamente sus heridas”.
“Este es un momento de magnanimidad y de renuncia, como los que distinguieron a nuestros héroes, como San Martín y Belgrano, para que todos, sin excepción, nos sintamos pequeños obreros en la construcción de la Patria. Como decía el entonces cardenal Jorge Bergoglio, hoy papa Francisco, hay que ponernos la Patria al hombro”, subrayó.
“El sufrimiento de nuestro pueblo nos está exigiendo dejar de lado toda mezquindad, para enfocarnos en los graves problemas que afectan a nuestros ancianos, a los hombres y mujeres que ven un horizonte oscuro, a los jóvenes y niños sin futuro por la falta de educación y de trabajo, a tantos hermanos nuestros a los que les falta lo más elemental para una vida digna”, agregó.
Monseñor Puiggari elevó su oración a Dios, fuente de la Sabiduría, para que “asista a todas las autoridades del país, de nuestra provincia y de nuestra ciudad”.
“Que el Señor los ilumine y les dé la fortaleza necesaria para las grandes responsabilidades que tienen entre manos, y dé fecundidad a sus esfuerzos en la búsqueda del bien común”, sostuvo.
“Porque somos conscientes de nuestra necesidades, una vez más, con confianza, quiero terminar invocando a María, la madre de Jesús, mujer creyente y humilde, a quien, bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, reconocemos como Madre y Reina de nuestra Patria, que nos alcance del Espíritu de Diosla fortaleza para el alma de Argentina”, rezó.
Monseñor Puiggari señaló que, “así, los hombres y mujeres nacidos en nuestra querida patria podremos caminar, con paso seguro y fraterno, hacia una vida con la dignidad, el gozo y el verdadero progreso que Dios quiere para todos, como anticipo de la Vida definitiva”.
“A Cristo, el Señor, sea todo el honor y la gloria, ahora y para siempre”, concluyó.