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El Campo pide una urgente baja de retenciones para acelerar el ingreso de dólares

Entre los productores agropecuarios argentinos, hay una sensación de conflicto entre las señales políticas y económicas y la realidad financiera. Esto se ha generalizado en el campo respecto a la política agropecuaria del gobierno de Milei, que, más allá de su administración, sigue contando con un amplio apoyo personal debido a sus declaraciones, más que a sus acciones, motivado por el contraste con décadas de hostigamiento fiscal y verbal hacia los productores rurales.

Esta visión de vaivén se hizo evidente entre los primeros “oficialistas críticos” durante el verano, cuando los precios internacionales bajaron y los costos subieron. Walter Malfatto, presidente de la filial Bragado de Federación Agraria y referente del Grupo Independencia de los productores autoconvocados, expresó: “Voté a Milei, espero que no olvide las promesas de campaña cuando era candidato. Es crucial eliminar las retenciones”.

Ariel Banchi, otro productor crítico del kirchnerismo en años anteriores, dijo: “Todos los productores queremos que (a Milei) le vaya bien, pero necesitamos que cumpla con lo que prometió para poder trabajar en el campo”.

En este contexto, el Gobierno recurrió a sus aliados, utilizando tanto incentivos como advertencias. El ministro de Economía, Luis Caputo, preocupado por la falta de ingreso de dólares debido a las lluvias, los precios más bajos y las incertidumbres económicas, habló de un “factor especulativo innato”.

La presión se intensificó con la advertencia oficial de que el beneficio de liquidar un 20% al contado con liquidación terminaría el 30 de junio. Esto busca incentivar la venta de granos antes de esa fecha, que marca el final del segundo trimestre, momento simbólico anual de la liquidación de la cosecha gruesa y que el Ministerio de Economía ha considerado como una forma de comenzar a reducir el déficit fiscal y comercial.

El jueves se llevó a cabo una reunión más amigable de la mesa de enlace con Juan Pazo, secretario de Planeamiento y Gestión para el Desarrollo Productivo, y Fernando Vilella, secretario de Bioeconomía. Durante el encuentro, surgió nuevamente la necesidad de que la economía cuente con los dólares provenientes del campo.

Con su diplomacia desarrollada a lo largo de los años ante funcionarios de diversos gobiernos, los representantes de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la Federación Agraria Argentina (FAA), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) y las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) rechazaron las acusaciones de especulación y expresaron la urgencia de devolver rentabilidad al productor, incluyendo la eliminación o al menos la reducción de las retenciones.

Se argumentó que los resultados son negativos, independientemente del rendimiento del cultivo, y se explicó que nos encontramos en un período crítico de definiciones de inversión. El mensaje fue claro: si el Gobierno desea más dólares hacia fin de año, especialmente en el caso del trigo, eliminar las retenciones es eliminar una restricción de inversión en este momento.

El Gobierno tiene como prioridad reducir la inflación y los ruralistas lo comprenden, pero fueron firmes en su diagnóstico. Quizás por eso, el sábado el vocero presidencial, Manuel Adorni, recordó la promesa del ministro Caputo realizada un mes atrás sobre la rebaja de aranceles para importar fertilizantes y herbicidas, medida que se efectivizó este lunes según el Boletín Oficial.

En términos económicos, es en este punto donde las emociones a favor del cambio propuesto por Milei generan sensaciones ambivalentes. Frente al pedido de reducir las retenciones, central en la campaña electoral del Presidente, la rebaja de aranceles a algunos insumos es vista por muchos ruralistas como una medida paliativa y no como la solución prometida para curar la “enfermedad macroeconómica-fiscal” que afecta al campo desde hace años.

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