A quien no está de acuerdo con él, Milei lo discrimina
|A pesar de que Javier Milei había anunciado un “gran acuerdo nacional” con mandatarios, ex presidentes y líderes partidarios, la Casa Rosada ha aclarado que restringirá las invitaciones.
Cuando Milei convocó al Pacto de Mayo, enumeró los puntos de acuerdo que propondría al arco político, sin especificar quiénes serían los destinatarios de la invitación. Sin embargo, a un mes del encuentro en Córdoba, importantes referentes del círculo del Presidente han afirmado que los opositores solo serán invitados si dan previo apoyo a la Ley Bases.
“Van a estar invitados aquellos gobernadores cuyas provincias apoyen la Ley Bases”, afirmó un alto asesor del Jefe de Estado, dejando en claro que “siempre fue así”.
La Casa Rosada considera “lógica” esta distinción y señala que “no tiene sentido” invitar a líderes que se muestran alineados con la posición dura de la ex mandataria. Los libertarios no quieren que la pelota quede del lado de la oposición más crítica y buscan evitar escenas de titubeos sobre la asistencia, como las vistas durante convocatorias anteriores.
La Casa Rosada, consciente de la influencia directa de los gobernadores en el Senado, planea seducirlos con un reconocimiento futuro si cooperan y castigarlos si se rebelan. Observan especialmente a los jefes de fuerzas provinciales, cruciales en la votación, y calculan que al dejarlos fuera, los enfrentarían al riesgo de quedar ubicados, ante la opinión pública, en la misma “bolsa” del kirchnerismo, que ya ha anunciado que no apoyará. Esto refleja una nueva aplicación de la vieja lógica amigo-enemigo, adaptada a las categorías de “la casta” y “los argentinos de bien” que los libertarios utilizan en su discurso para presionar.
Con Martín Lousteau cada vez más distanciado y sin claridad sobre la postura de Maximiliano Abad, consideran que la clave está en manos de Claudio Vidal (Santa Cruz), Alberto Weretilnek (Río Negro) y Hugo Passalacqua (Misiones). También observan de cerca al peronista Raúl Jalil (Catamarca), quien estuvo muy cerca del Frente de Todos y se ha mostrado abierto a colaborar con los libertarios. Hoy dudan entre entregar su apoyo total o votar en disidencia, lo que podría complicar la votación.
Además de castigar a los dudosos y distanciarse de los duros, los libertarios también buscan mantener contentos a sus aliados, diferenciándolos en la convocatoria. Responden así a los pedidos de algunos gobernadores de JxC para ser reconocidos por su apoyo. Si mantienen su decisión de separar, es probable que no estén invitados ni Axel Kicillof (Buenos Aires), ni Ricardo Quintela (La Rioja), ni Gildo Insfrán (Formosa). También es probable que queden afuera Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y casi dan por perdido a Gerardo Zamora (Santiago del Estero), a pesar de los esfuerzos del ministro del Interior, Guillermo Francos, por convencerlo.
Es muy probable que inviten a todos los referentes provinciales de Juntos por el Cambio, pero no descartan sorpresas. Si hubiera ausencias en ese sector, el Pacto podría profundizar el distanciamiento con los “cambiemitas” más críticos, como Maximiliano Pullaro (Santa Fe) o Ignacio Torres (Chubut), que pertenecen a la coalición aliada pero han expresado reservas en los últimos meses. Sin embargo, se cree generalmente en la Nación que no obstaculizarán el evento.
El caso de Martín Llaryora (Córdoba), un peronista anti-kirchnerista, es distinto: dejó atrás sus críticas y sugirió que dará su apoyo, incluso actuando como anfitrión y colaborando en la organización del Pacto de Mayo junto a Karina Milei. La ubicación aún es un misterio, pero se rumorea que podrían optar por un espacio más reducido e institucional, como el Palacio de Justicia local en lugar del Estadio Mario Kempes. Aunque redujeron el enfoque del acuerdo al plano económico para evitar controversias, en la Casa Rosada advierten que el acto se llevará a cabo a toda costa, incluso si asisten pocos. En ese caso, la foto política del evento podría ser más un revés que un logro.