La Capilla Norte de San Miguel Arcángel conmemora 202 años de historia
|La singularidad de esta obra puede reconocerse desde diversas miradas: la primera, refiere a su presencia única en el espacio urbano, ya que en 1822 cuando se inicia su construcción, Paraná recientemente ascendida a Villa, era un caserío conformado mayoritariamente por ranchos de paja sin edificios públicos destacados. La ausencia de fundación determinó que, hasta su ascenso a la categoría de Villa, no existiera un cabildo y, por ende, las actividades públicas se desarrollaban en las residencias particulares de los funcionarios.
El segundo rasgo importante es su tipología espacial y su resolución estructural, constituida por una nave central de planta cuadrada, cubierta por una cúpula con linterna y sostenida por cuatro arcos a la que se adosan dos salas laterales. En el contexto regional no se ha verificado la existencia de otra obra de similares características. Estas condiciones responden a la selección de los materiales de la industria local, tales como el ladrillo de barro cocido y la cal que se extraía de las barrancas del Paraná.
Barrio del Tambor y el nacimiento de una capilla
Al comenzar el siglo XIX en la Bajada del Paraná, las características de la topografía natural generaban dificultades en la comunicación entre los pobladores que vivían en las manzanas próximas a la Plaza mayor (luego Plaza de Mayo) y los vecinos más alejados, en particular, los habitantes de la zona conocida como barrio del tambor. Este último núcleo de población estaba integrado por una numerosa comunidad afrodescendiente. La preocupación de la autoridad eclesiástica, motivó a llevar adelante la construcción de una nueva capilla, decisión que contó con el apoyo del jefe político Lucio Mansilla y las familias devotas de San Miguel Arcángel.
Desde la piedra fundamental hasta su puesta en valor
La piedra fundacional data del 14 de marzo de 1822, desconociéndose la autoría y planos de la construcción. La obra en pie hasta hoy permite apreciar la temprana adopción de líneas neoclásicas y más tarde, siendo Paraná Capital de la Confederación Argentina, habría recibido una intervención, lo que explicaría la profusa ornamentación que se observa en el interior de su espacio central. En claro contraste con la generalidad de las construcciones existentes en la ciudad por esa época, materializadas con muros de tapia y techos pajizos, la Capilla Norte de San Miguel ofrece testimonio, por un lado de la presencia de una arquitectura profesional y por el otro del uso de materiales de mayor duración y nobleza como ladrillos cocidos, revestimientos de cal, maderas duras y algunas componentes de hierro.
Un trabajo de investigación coordinado por la Comisión Municipal de Preservación y Defensa del Patrimonio Urbano, en el año 1998, permitió revalorizar este hito de la arquitectura religiosa en Paraná y el contexto social urbano en el que fue erigido. Sus resultados documentaron el pedido de Declaratoria como Monumento Histórico Nacional, lo que ocurrió en diciembre de 2000. Luego en 2005, se crea la Fundación San Miguel Arcángel y desde la provincia en 2015 se inicia un proceso de visibilización del bien a través de la obra de consolidación ornamental del espacio central, lo cual permitió el inicio de actividades culturales.
En el 2000 la Capilla Norte de San Miguel fue declarada Monumento Histórico Nacional y restaurada por el gobierno provincial en 2019. Es hoy el monumento religioso más antiguo. Se desarrolla allí una intensa función cultural, permitiendo de este modo su conocimiento, valoración y disfrute por parte de toda la comunidad entrerriana.
En la próxima Semana Santa, en el mes aniversario de la colocación de la piedra fundacional, se realizará en el lugar una visita guiada del predio y el edificio junto a una representación teatral sobre la historia de la Capilla. Será el sábado 30 por la tarde en el lugar. La actividad es organizada por la Secretaría de Cultura de Entre Ríos.