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Un Lanús-Obras polémico

Como ya contamos, Obras se alzó con un triunfo espectacular en Lanús ante el “Granate”. Fue en Tiempo extra por 98 a 96 luego de un reglamentario igualado en 78. Ramallo y Martinetto tuvieron una noche de espanto. El “Rotilli” no lució seguro y hubo incidentes.

El espectáculo fue sensacional. Condimentos de todo tipo ofreció el partido. Emocionante, con suplementario incluido, con alternativas de juego cambiante, con 3000 personas que le dieron un marco de público extraordinario a la casa de Lanús. Goleo alto, final apasionante.

La mala fueron los notables errores arbitrales y los disturbios en las tribunas provocados por personas que poco tienen que ver con a familia del básquet y no deben ingresar en ningún estadio de la Liga Nacional. Hinchas o barras de Lanús y Obras ofrecieron un lamentable enfrentamiento. Poca prevención, las parcialidades no estaban debidamente separadas en la misma tribuna (la popular de calle 9 de Julio). Y poco accionar policial.

El primero de los problemas fue faltando 3:34 para el final del primer tiempo en un gran pasaje de Lanús en el juego. Un grupo reducido de barras de Lanús cruzaron todo la popular y se quisieron enfrentar a golpes con el público de Obras por algunas cargadas que tienen que ver con el inexplicable folklore futbolero. Deberá tomar nota la dirigencia del “granate” para prever y prevenir este tipo de disturbios. Primero no permitirle la entrada a un pequeño grupo de personas que concurren a un estadio a hacer lío. Y segundo organizar mejor el operativo de seguridad que tuvo muchas falencias. En los momentos más calientes la policía bonaerense no estaba separando a las dos parcialidades, varios de los uniformados observaban el juego desde la platea. Santander discutió con una de las personas que fue decididamente a buscar a los de Obras y Prego, parado en la mesa de control, le pedía calma a la gente.

El segundo cruce de hinchas fue en el final del juego. Los de Lanús no le permitieron la salida del estadio a los de Obras, la derrota y algunos festejos alborotados, produjeron corridas en las escaleras, se arrojaron alguna botella y se escucharon innumerables insultos.

El trabajo arbitral tuvo su influencia en el cierre del juego en contra de Lanús. Ramallo y Martinetto no estuvieron a la altura de un encuentro en donde está en disputa la punta de la Liga entre el líder y su escolta.

La tarea de Martinetto fue mala en líneas generales, no tuvo intencionalidad a favor o en contra de alguno de los equipos. En el final del segundo cuarto cobró dos fallos inexplicables a favor del local (un doble mal sancionado de Byro y una falta inexistente) y en el cierre del juego pitó dos infracciones que no fueron a favor de Obras. Las acciones negativas no tienen que ver con el beneficiado o el perjudicado.

Los horrores arbitrales no colaboran con el normal desarrollo del espectáculo. Y todo ocurrió ante la atenta mirada de Eduardo Bellón.

Informe: Gentileza de Matías Traversa (Pick and Roll).-

Foto: www.ligateunafoto.com