El presidente del BCRA, Miguel Pesce se sumó al debate por el elevado stock de Leliq
|El presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce se sumó al debate que se intensificó en los últimos días sobre qué hacer con las Letras de Liquidez (Leliq), el instrumento de deuda con el que la autoridad monetaria administra el circulante de pesos, y que es apuntado por economistas y candidatos presidenciales como uno de los problemas para resolver los desequilibrios macroeconómicos, entre ellos la inflación.
La cuestión de las Leliq fue retomada con fuerza durante el debate presidencial del domingo pasado en Santiago del Estero, y fue un tema de cruce entre los candidatos opositores Javier Milei (La Libertad Avanza) y Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio). Milei le preguntó dos veces a su contrincante qué haría con las Leliq, que además son uno de los obstáculos que tendría un eventual gobierno suyo para implementar una idea como la dolarización.
En ese contexto, el titular del BCRA planteó su propia visión sobre las Leliq. “En la Argentina, las entidades financieras cuentan con depósitos en pesos por el orden de los $35 billones. De ellos, $18 billones son colocaciones a plazo fijo. A su vez, los préstamos al sector privado se ubican en 12 billones de pesos”, publicó Pesce en un comunicado este martes.
“Esta diferencia expresa el desbalance entre la capacidad prestable y la demanda efectiva de crédito. A los efectos de canalizar los excedentes de liquidez y evitar que afecten negativamente a las tasas de interés, en especial las tasas pasivas (plazos fijos), el Banco Central interviene absorbiendo la diferencia a través de las Leliq, que alcanzan los 15 billones de pesos”, planteó.
“La tasa de interés que paga el Banco Central por las Leliq remunera a los bancos que están obligados a pagar a los ahorristas y a las empresas tasas mínimas determinadas por la propia autoridad monetaria. De esta manera, se busca preservar el valor relativo del ahorro. La forma virtuosa de resolver este desbalance entre capacidad prestable del sistema bancario y demanda de crédito es que el ahorro de empresas y familias se canalice hacia la inversión productiva”, mencionó el presidente del Banco Central.
En ese sentido, habló sobre qué cuestiones deberían alinearse para resolver el elevado stock de Leliq. “En los próximos años, la limitación al crecimiento, originada en la restricción externa, se superará gracias al dinamismo exportador de sectores estratégicos tales como el petróleo y el gas, la minería, la agroindustria y los servicios basados en el conocimiento”, enumeró el funcionario.
“Entonces, el financiamiento bancario será fundamental para impulsar el sendero de desarrollo. Para ello, es necesario preservar el valor del ahorro y desarrollar un mercado de capitales y financiero doméstico profundo y transparente. Asimilar la remuneración a las Leliq al déficit fiscal es un error que puede conducir a políticas equivocadas, impidiendo la futura aplicación del ahorro local a la inversión productiva y al financiamiento del consumo”, concluyó Pesce.
Los “pasivos remunerados” eran al jueves pasado, 28 de septiembre, de poco más de $22 billones contando Leliq y Notaliqs ($15,1 billones), Pases (otro “instrumento de política monetaria”, de aún más corto plazo, $6,9 milllones) y una miríada de otros instrumentos, incluidas Lebacs, que la actual gestión monetaria volvió a emitir, incluso en dólares.
Esos $22 billones a una tasa del 118% anual, significan que la deuda del Central aumenta a razón de más de $2 billones por mes. Desde el 10 de diciembre de 2019 al jueves pasado el aumento de esa masa de pesos represados fue de 1.916%; en dólares bordea lo USD 63.000 millones al tipo de cambio oficial y supera los USD 27.500 millones al tipo de cambio libre.
Esa deuda es el principal problema que enfrenta cualquier plan económico y en especial una eventual dolarización: una cosa es conseguir USD 10.000 millones para canjear la “base monetaria”, y otra conseguir cerca de USD 40.000 millones para rescatar también la deuda del Central.