Pruebas Aprender 2021: los alumnos mostraron un deterioro significativo en la comprensión de textos
|El Gobierno nacional difundió hoy los resultados del último operativo de evaluación de la calidad educativa. Las pruebas Aprender 2021 fueron tomadas finalmente en diciembre del año pasado, esta vez solo a los alumnos de sexto grado del nivel primario en casi 20.000 escuelas de todo el país, en las disciplinas de Lengua y Matemática. Los resultados obtenidos luego de analizar el desempeño de aproximadamente 623.000 chicos y chicas muestran un deterioro significativo en la comprensión de textos, mientras que en Matemática hay cierta estabilidad, aunque con una leve caída.
Luego del impacto de la pandemia, las escuelas cerradas y la intermitencia en las trayectorias de aprendizaje de los estudiantes, se generó gran expectativa sobre los resultados del último relevamiento, que en 2020 no se realizó por la falta de presencialidad escolar; y que estuvo a punto de suspenderse también el año pasado, en manos de una propuesta que causó una fuerte polémica y que trató de defender el exministro de Educación de Educación, Nicolás Trotta.
Ahora, con los resultados en la mano, entre los datos que más preocupan, según reconoció el actual ministro de Educación, Jaime Perczyk, están las dificultades que los estudiantes tienen en Lengua. “Las tenían antes, y el estudio de la Unesco de 2019 ya reflejaba estos problemas. Pero la pandemia y los cuatro años de desfinanciamiento del Gobierno de Mauricio Macri los potenció”, señaló Perczyk, en una conferencia de prensa realizada esta mañana en el Palacio Sarmiento.
En números, los resultados del examen muestran que, en esta área, el desempeño básico y por debajo del nivel básico es del 44%; mientras que en 2018, esta asignatura se había plasmado como el caballito de batalla del examen, con un 75% de alumnos que habían alcanzado un nivel satisfactorio lo que significaba una mejora en todas las provincias del país, entre colegios rurales, urbanos, públicos y privados con respecto a 2016 (66,8%).
La radiografía actual demuestra que solo dos de cada diez alumnos (22%) están capacitados para comprender sin ningún tipo de dificultad —en un nivel avanzado— las preguntas que tenían que ver con los textos narrativos. Otro 33% lo hizo de forma satisfactoria; un 21,7% mostró un nivel básico y un 22,3% restante estuvo por debajo del básico, sin poder jerarquizar información ni tener incorporada la práctica de la relectura ni la profundización de los textos escritos, donde debían reflexionar sobre algunas cuestiones como el tipo de narrador o las características de los personajes.
¿Qué pasa en Matemática? Los aprendizajes en esta disciplina continúan siendo un reto, pero en términos estadísticos “no hay cambios significativos”, agregó Germán Lodola, secretario de Evaluación e Información Educativa. “No se registraron mejoras en los desempeños a nivel nacional, pero la variación fue mínima”, sostuvo el funcionario.
En 2018, el 42,6% de los chicos no alcanzaban el nivel satisfactorio, y ahora ese número aumentó a 45,2%. Eso significa que estos estudiantes no logran identificar propiedades específicas de las figuras geométricas ni logran resolver situaciones problemáticas que involucran operaciones con fracciones, entre otras consignas.
En un análisis un poco más detallado, Perczyk explica que hay una relación directa entre el nivel socioeconómico (NSE) de los alumnos y el rendimiento escolar. Son los estudiantes de los niveles socioeconómicos más bajos los que obtienen los peores resultados. Uno de los gráficos que se detiene en esta variable señala que el 42,4% de los alumnos que forman parte del nivel socioeconómico alto logró un nivel avanzado en Lengua; mientras que en la otra punta, los del NSE bajo, ese estándar de desempeño se ubicó apenas un 6,6 por ciento.
La mayoría de los chicos y chicas de NSE bajo están en niveles básico (28%) y por debajo del básico (43,1%). Mientras que en el otro extremo, solo el 8,6% de los estudiantes del NSE alto no tienen los conocimientos mínimos en la materia. “Aquí sí hay mucha variación —afirma Perczyk—. Como no podemos preguntarles a los chicos por el nivel de ingreso de sus padres, se les preguntó por la posesión de bienes”, explicó el ministro, y señaló la urgencia en mejorar las condiciones sociales para tratar de revertir la situación.
En lo inmediato, y aunque revertir la pérdida en los aprendizajes pueda demorar varios años, Perczyk pasa lista de las acciones implementadas durante su gestión, con el objetivo de trazar una ruta que apunte a las mejoras en la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Silvina Gvirtz, secretaria de Educación, agrega sobre este aspecto: “No se puede determinar con exactitud, pero hay estudios que indican que podría demorar entre tres y cinco años recuperar lo perdido”.
En ese camino, Perczyk señala que una mayor inversión en políticas educativas, más días de clases, más libros en las casas de los estudiantes y más chicos y chicas que ingresen antes al nivel inicial, sobre todo en las salas de 3 y 4 años, son algunas de las medidas están en marcha. “Invertimos más de 6 millones de pesos en libros, pero con una metodología basada en el uno a uno; es decir, no solo que las bibliotecas de las escuelas y los docentes tengan los libros, sino que cada alumno tenga su propio material, lo lleve a su casa y pueda trabajar en el libro de manera personalizada”, detalla Gvirtz.
Son libros, según agrega el ministro, que cada jurisdicción eligió, que pertenecen a doce sellos editoriales diferentes. “Libros que los chicos van a llevar y traer de la escuela a sus casas, y los maestros tendrán los suyos. Lo mismo para fortalecer el nivel inicial. Creemos que la Argentina tendrá dificultades en ese primer ciclo, por eso hay que fortalecer los procesos de alfabetización inicial”, refuerza Perczyk.
En cuanto a los días de clases, el ministro recuerda que 2022 está signado por la presencialidad, y que en los 190 días de clases fueron acordados por todas las jurisdicciones se va trabajar para recuperar esa cotidianeidad y mejorar los aprendizajes, sobre todo en Lengua, una cuenta pendiente en la que los alumnos argentinos deben mejorar. Habían dado un salto de calidad hace cuatro años, pero volvieron a caer, con aulas más desiguales y pérdida de conocimientos. Una radiografía que la pandemia, dicen los expertos, no hizo más que profundizar.