Alberto Fernández recibió al nuevo embajador de Estados Unidos en medio de las negociaciones del FMI
|En medio de las negociaciones por el acuerdo con el Fondo Monetario que aún no terminan de llegar a buen puerto, Alberto Fernández recibió este lunes durante casi una hora a Marc Stanley, el nuevo embajador de los Estados Unidos que llegó al país hace algunos días y que recibió un trato preferencial por parte del Gobierno.
“Es un honor para mí haber sido elegido para cumplir las tareas de embajador ante un gran país como Argentina”, declaró Stanley según consignó el comunicado formal distribuido al unísono por la embajada y por el Gobierno, que preparó una bienvenida preferencial sobre la explanada de la calle Rivadavia, repleta de granaderos, para la presentación de las cartas credenciales del político, un abogado nacido en Dallas del riñón del presidente Joseph Biden que también estuvo cerca de los Clinton y de la administración de Barack Obama.
El encuentro, encabezado por Fernández y acompañado por Juan Manzur -envuelto en trascendidos durante todo el día-, Santiago Cafiero y la ministra consejera de la Embajada de Estados Unidos, MaryKay Carlson, se dio en un contexto más que particular: entre la gira del canciller de la semana pasada por Washington y el viaje que la semana próxima tiene previsto emprender el Presidente por Rusia y China.
En el encuentro con el nuevo embajador no se habló específicamente del acuerdo y los funcionarios presentes informaron a Clarín que se trató de una conversación formal y protocolar.
En ese sentido, en medio de una delicado equilibrio geopolítico que el Gobierno mantiene desde hace rato, la Casa Rosada buscó enviar este lunes un gesto a la administración Biden con una pomposa bienvenida al flamante embajador norteamericano, que calificó de “excelente” el encuentro, según resaltó el comunicado.
A fines de diciembre pasado, Stanley había almorzado en privado con Jorge Argüello, el embajador argentino en Washington que, como su par estadounidense con Biden, también es amigo de Fernández y transmite de forma directa los mensajes de la Casa Rosada.
Stanley acompañó después a Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, en la reunión que el martes pasado encabezó en el edificio Harry Truman frente a Cafiero, que viajó especialmente para encontrarse con él.
Los contactos entre ambas administraciones se suceden en paralelo a las negociaciones que Martín Guzmán lleva adelante con el staff del Fondo Monetario para la renegociación de la deuda con el organismo que contrajo la administración de Cambiemos y que, según exhibió el propio Gobierno, aún no cuenta con el pleno respaldo del Tesoro norteamericano.
En particular, por el ajuste fiscal -“sendero fiscal”, lo llamó Guzmán en la reunión de principio de año con los gobernadores del PJ- que pide el FMI.
“La Argentina es un hermoso ómnibus turístico al que las ruedas no le están funcionando correctamente”, había dicho Stanley de manera elegante pero concreta en octubre pasado ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
“La deuda del FMI es enorme. El problema, sin embargo, es que es responsabilidad de los líderes argentinos elaborar un plan macroeconómico para devolverla, y aún no lo han hecho. Dicen que ya viene uno”, abundó tiempo antes de volar hacia la Argentina.
Dos minutos antes de las 6 de la tarde, el embajador dejó la Casa Rosada bajo un poco frecuente operativo de seguridad que desentonó con la calma logística de estos días de verano.