Se celebra el Día Nacional de la Enfermería
|El Día Nacional de la Enfermería se celebra el 21 de noviembre con motivo de la fundación de la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería, que nombró como patrona a la Virgen de los Remedios, cuya festividad es en esta fecha.
Una enfermera o enfermero es un profesional de la salud al servicio de la comunidad. Está capacitado para prestar servicios en la prevención de las enfermedades, promoción, protección, y recuperación de la salud, así como en la rehabilitación, ya sea individual, familiar o comunitaria. Es decir, su capacitación es orientada en lo asistencial, administrativo, docente e investigación.
A nivel mundial, el Día Internacional del Enfermero fue promovido por el Consejo Internacional de Enfermería, se celebra cada 12 de mayo y conmemora el nacimiento de Florence Nightingale, considerada “fundadora” de la enfermería moderna.
Nightingale, que nació en Florencia en 1820 y murió en Londres en 1910, también fue escritora y estadista. El mundo la conoció como “La dama de la lámpara” tras su participación en la Guerra de Crimea (1853) y por una crónica publicada en The New York Times con un retrato de Florence llevando una lámpara y atendiendo pacientes. Bajó la mortalidad de los soldados al sostener que “los hospitales podían ser más mortales que la guerra”, mejorando así las condiciones sanitarias, algo que no era atendido hasta el momento.
En cambio, en Argentina no recordamos a una figura en particular, tenemos nuestro propio Día de la Enfermería y es bastante después en el año: cada 21 de noviembre.
Así, hoy, a diferencia del resto del mundo, se recuerda la fecha en la que se fundó la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería, que nuclea a las enfermeras y enfermeros argentinos.
Hace 57 años, el Ministerio de Salud de la Nación también instituyó el 21 de noviembre como el Día de la Enfermería, en coincidencia con la festividad de Nuestra Señora de los Remedios, considerada patrona de la actividad.
Al igual que otras disciplinas del campo de la salud, la formación en enfermería surgió fuera del espacio universitario. En sus comienzos, tenía un carácter más bien benéfico y empírico, relacionado con la necesidad de contar con su aporte frente a guerras, plagas y catástrofes.
Sin embargo, en la década del ‘40 se inició en América Latina un proceso de industrialización que demandó la atención médica para proteger la mano de obra, lo que llevó a su profesionalización.
En nuestro país, las primeras universidades en incluirla fueron la Universidad Nacional del Litoral, que en 1939 creó la Escuela de Nurses y la Universidad Nacional de Tucumán, que en 1952 abrió la Escuela de Enfermería.
Hoy, son más de 60 universidades entre públicas y privadas las que la dictan en nuestro país, siendo la séptima carrera más estudiada, con una matrícula de más de 85 mil estudiantes entre universidades públicas y privadas y un crecimiento anual del 6,5% en la cantidad de inscriptos.
A partir de 2006 se implementaron políticas públicas que impactaron en dos aspectos: en el aumento del número de inscriptos y el rejuvenecimiento del perfil de los estudiantes, ya que muchos de ellos finalizan el secundario e ingresan inmediatamente a esta carrera.
Un dato a destacar es que cerca del 80% de los estudiantes son mujeres, algo que es histórico en la enfermería, que inició como un trabajo muy ligado a los cuidados. No obstante, su profesionalización no pudo revertir esta tendencia, ya que en los últimos años la matrícula femenina en nuestro país se mantuvo estable en ese porcentaje (por ej, en las estadísticas universitarias de 2018, las mujeres representaron el 79,5% del total de estudiantes de esa carrera).
La pandemia puso en evidencia la necesidad de contar con más profesionales con mayores niveles de formación, principalmente, en cuidado humanizado. Esto implica el fortalecimiento de las carreras de grado, el desarrollo de los posgrados y la articulación entre pregrado- grado.
Uno de los momentos claves para la profesionalización de esta carrera fue en 2013, cuando el Consejo de Universidades incluyó a la Licenciatura en Enfermería dentro del régimen del “artículo 43”, lo que significó que se considere prioritaria y deba acreditarse ante la CONEAU.
En 2019, la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU) lanzó la convocatoria PROMENF dirigida a las carreras que atravesaron este proceso de acreditación, con el objetivo de fortalecer y mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje y elevar los índices de retención y rendimiento académico. A la fecha, se financiaron proyectos de 30 universidades públicas, llegando a 19 provincias e impactando a más de 46.800 estudiantes.
Este año, la SPU anunció nuevas líneas de acción que permitirán fortalecer sus plantas docentes, capacitar a docentes y gestores universitarios en formación centrada en los estudiantes, la práctica profesional y el enfoque por competencias, y adelantó una convocatoria de Fortalecimiento de la Biosimulación, que brindará a los estudiantes de Enfermería, junto a otras carreras, la oportunidad de realizar prácticas análogas a las que desarrollarán en su vida científica y/o profesional, a través del entrenamiento basado en modelos de simulación.
Nuestro país necesita más enfermeros y enfermeras. Quedó demostrado en la actual pandemia y por eso desde el Gobierno se trabaja en líneas de fortalecimiento de la Enfermería y la sanidad en general, para que más chicos y chicas la elijan y también para que los/as auxiliares o técnicos que ya la ejercen puedan continuar avanzando en su proceso formativo.