Apertura de AFA: Estudiantes es el cómodo líder
|Por la 9ª fecha, Estudiantes derrotó por la mínima expresión a San Lorenzo y es el n° 1 del certamen. Lanús dejó muy incómodo a Boca, ganándole por 2 a 1 con un penal en tiempo prolongado. Borghi fue expulsado y habría renunciado. River logró en el epílogo empatarle a Banfield. Cappa dio un repertorio grotesco de furia incontrolable. Colón le dio la bienvenida a Fernando Gamboa, con un sobrio triunfo por 3-2 sobre Olimpo en Bahía Blanca.
Estudiantes cosechó un importantísimo triunfo por 1-0 sobre San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro y logró sacar una interesante ventaja en lo alto cuando promedia el Torneo Apertura. Al Pincha le alcanzó con su solidez en el primer tiempo para hacer olvidar la ausencia de Juan Sebastián Verón, y luego confió en su inteligencia en el segundo para neutralizar a un Ciclón que, pese a que dominó, fue estéril en ataque.
Fue el conjunto de Alejandro Sabella el dominante del período inicial. Con un mediocampo fuerte, con Rodrigo Braña en gran nivel y una buena tarde de Juan Pablo Pereyra, la visita se las arregló para ser el más peligroso en la zona ofensiva y maniatar al Ciclón, muy dependiente de un Leandro Romagnoli que no gravitaba.
Braña inquietó en dos oportunidades a Damián Albil, cuya tarea impidió que el Pincha se retirara el descanso con una ventaja mayor. También asustó Gastón Fernández, con un disparo cruzado y desviado. Pero a los 25, Enzo Pérez visualizó el hueco por el que llegaba la Gata, lo habilitó desde la derecha y lo dejó cara a cara con Albil para que amagara y definiera bajo y a la derecha del arquero.
El gol no cambió demasiado las cosas: el Ciclón seguía sin encontrar espacios ni respuestas, mientras que el León ostentaba el control. Sobre el final, Pereyra volvió a exigir a Albil.
Pero en el complemento los de Sabella salieron con otra actitud: la de aguantar con inteligencia, defendiendo lejos de Agustín Orión. Sin embargo, ese retroceso le permitió a Romagnoli jugar con soltura, y allí los de Ramón Díaz ganaron en juego. Claro, no alcanzó con el Pipi ni con la voluntad de Menseguez, porque el Azulgrana terminó cayendo en el pelotazo y no creó ninguna chance clara pese a manejar los hilos del desarrollo.
Estudiantes, como el astuto equipo que es, ya le había inoculado el veneno mortal a un San Lorenzo que tal vez mereció mejor suerte, pero fue la presa perfecta para su verdugo. El Pincha no perdona, y se llevó todo el premio para candidatearse seriamente al título, aunque todavía falte mucho.
Lanús le pegó un mazazo a Boca y lo alejó aún más de la pelea
Fue un verdadero golpe de nocaut, seguramente la derrota más dolorosa en el corto ciclo de Claudio Borghi. Aunque arrancó rápidamente abajo en el resultado, Boca se levantó, lo empató y merodeó el área de Marchesín durante todo el complemento, pero quedó muy mal parado en una contra y cayó por 2-1 a los 49 minutos, con un penal que derivó en la expulsión de Clemente.
La pelota fue del conjunto xeneize desde el comienzo, pero una desatención inadmisible lo condenó a empezar desde el vestuario con el resultado en contra. A los 7, el Granate sacó rápido y corto un tiro de esquina, Blanco encaró sin marca, se metió en el área y la calvó abajo, con algo de colaboración de Lucchetti, para decretar el 1-0.
Borghi demostró toda su impotencia: con los dientes apretados de bronca, le pegó un puñetazo a un cartel de publicidad. Sin embargo, el dueño de casa no pareció sentir el golpe dentro de la cancha y siguió jugando con bastante tranquilidad, sin rifar el balón y tratando de llegar de manera asociada por abajo. Claro que le costó bastante.
Boca fue de menor a mayor. Durante los primeros 20 minutos sumó una imprecisión tras otra, pero luego la máquina se aceitó y empezó a crecer, aunque sin brillar. Cañete manejó los tiempos, Gaona Lugo fue desborde constante en velocidad y Clemente se encontró en varias ocasiones con el enganche sobre el sector izquierdo. Sin embargo, por momentos careció de sorpresa.
Y el local llegó, pero siempre con centros. Primero fueron dos chilenas sin destino de Viatri, luego un derechazo de Clemente tras un envió de Gaona y más tarde, el empate: a los 33, Cañete tiró el córner, la bola le rebotó a un jugador de Lanús e Insaurralde la clavó arriba. El defensor, que tuvo que ser atendido por un corte en la nariz, le puso justicia al resultado.
Lanús casi no atacó, ya que prefirió replegarse y apostar por alguna contra aislada, pero tuvo una clarísima para ponerse nuevamente en ventaja. Clemente no volvió, Insaurralde salió lejos, Pizarro le ganó a Caruzzo y Lucchetti salvó en el mano a mano; el rebote le quedó a Romero, quien tuvo todo el tiempo del mundo e increíblemente la mandó por arriba del travesaño.
El dueño de casa salió con las mismas ganas con las que había abandonado el campo para el entretiempo y al minuto, Gaona tiró el centro, Palermo la bajó por el segundo palo y le quemó las rodillas a Marchesín. Minutos más tarde, el paraguayo volvió a desbordar por la derecha, la puso en el punto del penal y el eterno goleador cabeceó a las manos del uno.
Boca siguió buscando por los extremos, su única arma, ya que por el centro nunca encontró un socio para Cañete. Así, el equipo fue perdiendo frescura, Clemente y Gaona, físico, y Lanús se terminó de acomodar. Los ingresos de Chávez, Mouche y Escudero no fueron la solución y el local se quedó en eso, en tener la pelota y en moverla, pero sin profundidad.
Es más, el Granate, de contra, empezó a tener alguna que otra chance. A los 37, Blanco quedó de cara al gol y Lucchetti llegó a cortar con lo justo en la medialuna. Al elenco de Borghi le quedó sólo pensar en una bola parada. Y la tuvo a los 47 en la puerta: Caruzzo le dio por abajo al medio y Marchesín, quien se había pasado, la sacó milagrosamente el tiro de esquina.
El Xeneize fue con todo a buscar el córner, pero Lanús la sacó, salió muy rápido y se produjo la debacle. Clemente lo empujó a Ledesma cuando iba a definir frente a Lucchetti y Laverni cobró penal; el lateral, que se tendría que haber ido antes por su juego brusco, lo pecheó al juez y vio la roja directa. Pelletieri ejecutó al medio y le dio el triunfo a los de Zubeldía.
River rescató dramáticamente un punto y Cappa dio pena
River empujó con más actitud y ganas que con el tiki tiki que pretende encontrar Ángel Cappa y rescató un empate a poco del final ante un Banfield que fue muy superior en el primer tiempo y se quedó en el segundo. Carrizo tuvo responsabilidad en los dos goles del Taladro, pero también tapó un penal y le permitió a su equipo estar a tiro en el resultado. Fue 2-2, en el Florencio Sola.
El equipo de Falcioni golpeó de arranque: a los 4 minutos, Carrizo salió muy mal en un centro frontal y luego le tapó un disparo a Romero, pero el mismo mediocampista, luego de sacarse a un hombre de encima, tiró un excelente centro al medio y Ramírez la empujó de cabeza a un metro de la línea. El 1-0 llegó muy rápido y todo se hizo cuesta arriba para la visita.
El Millonario quiso tener la pelota y buscar por abajo, pero el Taladro se multiplicó en el medio para frenar cualquier intento de conexión: Ortega pasó desapercibido, los laterales no pudieron proyectarse, Lamela y Pereyra nunca ganaron en la individual y perdidos en el área quedaron Funes Mori y Pavone. La muralla verde, infranqueable.
Por su parte, Banfield generó peligro cada vez que cruzó el círculo central, sobre todo por arriba. A los 24, Dos Santo la bajó y Víctor López no la pudo empujar y a los 30, Bustamante cabeceó y Carrizo la descolgó del ángulo. Uno más tarde, Arano quiso despejar en el área, lo tomaron, Romero se la robó, el defensor estiró la pierna y Pezzotta se equivocó al dar el penal. Sin embargo, el arquero de River hizo justicia y le tapó el remate a Ramírez.
El goleador del Taladro tuvo la revancha a los 40, pero el uno, que se reivindicó tras el error del primer gol, se volvió a lucir en el mano a mano. La única clara del equipo de Cappa en la etapa inicial llegó con un cabezazo de Román que Pavone no llegó empujar por el segundo palo.
El complemento comenzó con otra gran atajada del arquero millonario ante Ramírez y con un corte a tiempo de Pereyra cuando Romero se disponía a decretar el 2-0 por el segundo palo. Pero River fue de menor a mayor, se adelantó y su rival prefirió replegarse por completo para apostar a alguna contra. Román avisó con otro cabezazo y a los 16, López lo tomó a Pavone dentro del área y Pezzotta cobró penal. Ortega lo cambió por gol.
El Taladro se adelantó nuevamente y volvió a generar peligro sobre el campo de River, que sintió la ausencia de Almeyda en el medio y quedó muy mal parado durante todo el encuentro. A los 19, Zelaya remató y el balón se perdió muy cerca y a los 22, Erviti tiró un córner, López anticipó y clavó el 2-1 con la complicidad de Carrizo, quien había salido muy mal a cortar.
A partir de ese momento la pelota fue del visitante, que empezó a inundar el área de centros y generó peligro. Banfield se metió demasiado atrás y sufrió las consecuencias. Pavone le dio de derecha a los 33, la pelota se desvió y se fue muy cerca ante la mirada de Bologna. Y a los 41, Román le ganó a todos al borde del área chica y decretó el 2-2. Cappa, un show aparte, insultando al árbitro, amenazando, profiriendo gritos propios de un enajenado y realizando ampulosos gestos. Desagradable, por cierto.
Técnico que debuta, gana
El Sabalero jugó un gran primer tiempo y se impuso por 3-2 sobre el Aurinegro en Bahía Blanca. Higuaín (PT 15 y 46m) y Moreno y Fabianesi (PT 24m) hicieron los goles del equipo del Negro. En tanto, Tejera (ST 17m) y Galván (ST 46m) descontaron para el local, que sufrió su quinta derrota al hilo y tiene el segundo peor promedio.
En su estreno como técnico del elenco santafesino, Gamboa optó por armar un planteo basado en el buen juego. Los intérpretes de dicha empresa fueron “los cuatro fantásticos”: Damián Díaz, Federico Higuaín, Joaquín Larrivey y Esteban Fuertes. La idea fue asumir la iniciativa en el Roberto Carminatti y, a ese cuarteto de habilidosos, se sumaron Iván Moreno y Fabianesi e Ismael Quilez.
Olimpo tuvo su primer llamado de atención al minuto de juego, cuando Larrivey conectó un centro de Díaz y la pelota pegó en el travesaño. Sin la presencia de volantes creativos, el Aurinegro procuró con trepar por las bandas, pero todos sus bocetos ofensivos terminaron en pelotazos sin destino para la dupla Alejandro Delorte-Néstor Bareiro.
Luego de acumular méritos, Colón encontró el primero a los 16 minutos, cuando Higuaín aprovechó un mal despeje después de un centro de Quilez y picó la pelota por encima de Laureano Tombolini. El segundo golpe llegó a los 24: Fuertes fue derribado en el área y asumió la responsabilidad de patear. El arquero atajó el débil remate, pero Moreno y Fabianesi capturó el balón (hubo invasión de área del volante) y festejó. Y a los 46, Higuaín también tomó un rebote tras un tiro libre de Fuertes y estiró la diferencia.
En el complemento, Olimpo sacudió su modorra y se abalanzó sobre Diego Pozo para buscar el descuento. A los 8, el ingresado Juan Manuel Cobo avisó con un cabezazo que no terminó en gol por culpa de Diego Pozo. Dos minutos más tarde, Facundo Castillón derrochó otra gran posibilidad frente al arco. La tercera fue la vencida: el uruguayo Juan Tejera, reemplazante de Jerez, se escapó de la marca de Mauro Bellone en un córner y achicó la brecha de cabeza a los 17.
A partir de allí, el encuentro adoptó un trámite vertiginoso y ambos protagonistas contaron con chances para relamerse. Colón se despertó con las apariciones de Díaz, picante desde su rol de volante izquierdo. Y Olimpo respondió con un par de remates desde fuera del área de David Vega y Diego Galván. A su vez, el ingreso de Carlos Salom le inyectó una dosis de velocidad al opaco ataque bahiense.
Inesperadamente, Colón terminó el partido arrinconado contra su arquero y sufrió un nuevo descuento en el primer minuto adicional. Galván hizo una pared con Salom, doblegó a Pozo y le dio aire a la esperanza del limitado Olimpo. Sin embargo, la remontada heroica quedó postergada por falta de tiempo. El Sabalero viajará de regreso a Santa Fe con una sonrisa por el arraque de la nueva etapa. Por su parte, el panorama de Olimpo es una pesadilla: perdió siete de sus nueve partidos y está penúltimo en la tabla de los promedios.