Insumos por las nubes: por qué hay medicamentos para tratar el Covid que subieron hasta 1300% en un año
|Atracurio, Pancurionio, Fentanilo, Midazolam y Propofol. El quinteto de medicamentos, casi desconocidos un año atrás, está hoy en el ojo de la tormenta por los aumentos que se comprobaron -y convalidaron en un nuevo acuerdo de precios- tras 12 meses de pandemia. Uno de ellos se encareció hasta 1300%. Todo sucede en un contexto de escasez global y trabas burocráticas en la Argentina.
Un relevamiento de la Unión Argentina de Salud (UAS), que representa a clínicas, sanatorios, hospitales, centros de diagnóstico, obras sociales, financiadores y servicios de urgencia, entre otros actores del sector privado de la salud, informó aumentos entre abril de 2020 y abril de 2021 que van del 362% al 1229%, según el medicamento. Todas subas bastante por encima de la inflación en ese mismo período, que muy probablemente no dé por encima del 45% cuando se conozca el número oficial del Indec.
El precio de estos medicamentos se congeló por seis meses, el pasado 22 de abril, pero la UAS denuncia que hubo “incrementos desmedidos en el último año” y que el nuevo acuerdo de precios que firmaron representantes de los laboratorios y del Gobierno “los convalida”. En noviembre de 2020 ya se habían establecido precios máximos de venta institucional, por debajo de los actuales. El valor del oxígeno también se mantendrá constante durante 90 días.
La UAS también relevó subas de hasta el 120% en el oxígeno líquido y comprimido, ambos utilizados por clínicas y hospitales para atender pacientes con Covid-19. Por su parte, el Hospital Italiano de La Plata relevó aumentos entre marzo de 2020 y marzo de 2021 del 317% en el caso de la morfina, del 1615% para el Midazolam y del 884% para el Lorazepam, ambos medicamentos anestésicos.
En el caso de las clínicas, el problema es crítico. A los aumentos se suma el problema de que las compras deben pagarse “de contado y contra entrega”, explica Luciano Erramuspe, gerente financiero y contable del hospital. Los ingresos, además, se vieron muy resentidos “porque no se puede programar actividad” y se atiende “solo urgencias y emergencias”. En otras palabras, se cortaron los ingresos de las cirugías no urgentes. Asegura que el establecimiento se “salva” por los programas de ayuda estatal para pagar salarios.
Colegas de TN.com.ar dialogaron con gran parte de los actores de la industria -desde quienes se encargan de importar los principios activos de los medicamentos hasta las clínicas que los utilizan- para entender por qué ocurrieron estas subas astronómicas y qué hay detrás de ellas. Reconstruyó las razones que llevaron al aumento en conversaciones en las que la mayoría de los interlocutores prefirió preservar su identidad.
En primer lugar, juega el “factor escasez”. La Argentina no produce los principios activos de estos medicamentos. Según pudo saber este medio, hay un solo productor de Fentanilo que dejó de entregar producto hace ya varios meses. Varios de estos bienes se consiguen en países como Brasil e India, que hoy, en crisis sanitarias sin precedentes, se quedan con su stock y hasta prohíben la exportación de algunos insumos y medicamentos.
Por otro lado, el “factor licencias”. Hubo problemas para la importación de algunos insumos que se utilizan para producir estos medicamentos; en concreto, hubo licencias para importar que no se liberaban, lo que complicó la fabricación, ya de por sí dificultada por el boom de demanda. Finalmente, se suma el “factor burocracia”: algunos de estos ítems requieren aprobaciones de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), que pueden tardar hasta 60 días.
En el medio, las órdenes de compra a los proveedores globales siguen llegando. En medio de una pandemia, el mundo está en modo “sálvese quien pueda”, y la Argentina, con sus retrasos ya tradicionales por las trabas burocráticas, no está llegando primera.
¿Por qué se convalidaron, entonces, nuevos precios con aumentos de esta magnitud? Quienes conocen bien la industria de los medicamentos que se utilizan en las unidades de terapia intensiva acuerdan: es casi imposible que un congelamiento funcione en un mundo en pandemia, desesperado y capitalista, que se rige bajo las normas de la oferta y la demanda.