Que Amaya no pierda la humildad
|“Como entrenador debo reconocer los errores y trabajarlos en la semana para no volver a repetirlos”, arrancó diciendo Miguel Amaya ante los medios, y consignó: “no sé si es conveniente hacer una análisis de los errores de los árbitros. Repito, es conveniente ver las falencias del equipo”.
A su vez, resaltó: “no todo se da por culpas propias, el rival tiene sus méritos”. Hasta ahí todo bien… Lo preocupante es su no haber oído el sentir de la gente. ¿Será un síntoma de soberbia o poner paños fríos a la calentura del hincha?.
En el “Grella” hubo otra tarde/noche de división entre simpatizantes, plateístas y ocupantes del palco. Chocaron, sin discusión gracias a Dios, las posturas que “se debe rescatar el invicto y la unidad alcanzada ante un fuerte rival que jugó mejor”. Posición coherente, mesurada, criteriosa.
Y la otra: “hay jugadores que no están poniendo lo que debe ponerse, otros que no juegan a nada, y Bértoli no es el de antes”.
A eso debe agregarse otros grupúsculos, minoría, que insultaron a viva voz, pero se hicieron oír.
Por eso es rara la conducta de Amaya. O calla para no poner más leña al fuego, o sufre de sordera, o hace caso omiso al clamor del simpatizante.
Si es lo primero, no está mal… Digamos que es cauto y opta por el bajo perfil; si es lo segundo, no estaría mal que Juan Manuel Hermida le recomiende un otorrinolaringólogo.
Nosotros le aconsejaríamos al Dr. Leonardo Parcerisa por ejemplo.
Y si es lo tercero, cuidado… Alerta “Tigre”… Hubo un desfile de técnicos en las dos últimas décadas que prefirieron asumir una postura soberbia y terminaron muy mal.
Hasta hoy, Amaya ha evidenciado un accionar muy moderado y respetuoso con el periodismo. Habrá sido el del domingo un síntoma de cansancio y tirar todo por la borda???… Creemos que no.
Nos aferramos a la ilusión que haya privilegiado lo primero, el no entrar en pleitos. Aunque, pudo transformar la frase en un: “la gente tiene todo el derecho a criticar y/o a expresarse. Por algo pagan su entrada y quieren verlo siempre ganador a su equipo. Los entiendo y tratamos de hacer lo mejor posible, pero a veces hay que contar también con las virtudes o una noche inspirada del rival….”. palabras más, palabras menos, se ponía a la gente en el bolsillo.
Eso de “no escuché…”… mmm… suena a ironía y no es bueno “Tigre”. Venías muy bien. Claro está… No es nada grave. Solo hay que evitar un desborde de presunta soberbia. La humildad es buena consejera.
Francisco J. Calderón
Director Periodístico